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Yo

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Yo.. no se que decir. Yo no pude ir a la universidad. Mi madre no tenía dinero para eso. Tal vez Jack podría lograrlo, pero seguro era que el futuro era incierto. En cambio ellos podrían tener un futuro seguro.

- Hablemos sobre eso mañana. Solo vamos a descansar hoy, estoy exhausta y tengo hambre.- Busco un pijama y camino a la ducha.

- Pediré algo de cenar. - Evan se levantó de la cama y los chicos lo siguieron.

Se recostó de la puerta del baño. Respiro hondo pesando en lo que sucedía. Ella no se perdonaría que se llevaran a Jena al orfanato o a Evan. Ellos habían crecido juntos. Debían pensar tranquilamente en una solución. Miro su silueta en el espejo del baño. Su cabello negro y su piel tostada. Miro sus ojos marones con detenimiento tan profundos que la perturbaban incluso a ella. Tenía un pequeño bulto en la esquina derecha de su frente. Se ocuparía de eso más tarde. Se ducho se puso una pijama como de costumbre y bajo.

Evan estaba viendo la tv solo. Acomodo sus lentes sobre su nariz. - ¿Y los chicos?-

- Están arriba bañándose para bajar a comer.-

- Bueno entonces iré a doblar su ropa la van necesitar luego. -

- ¿Puedo ir contigo?- Evan se puso de pies dispuesto a seguirla.

Se encogió de hombros en la siguió al cuarto de lavandería.

- Incluso clasificas la ropa eres buena en esto.-

- He tenido mucha práctica. Dobla los pantalones y yo las camisetas.- Volteó la canasta llena de ropa.

- Nunca entendí porque de pronto quisiste vivir sola en esta casa.- Evan comento mientras seguía doblando los pantalones.

- Cumpliré veintiocho en algunos meses. Solo sería una carga en casa. - Respondí con calma. Aunque Evan hubiera revuelto sus pensamientos. Ella no era una carga lo sabía. Pero su madre siempre quiso verla envuelta en una familia. Sabía que le causaba dolor verla ir a las bodas y a los cumpleaños de los niños. Así que simplemente la dejo ir cuando ella lo decidió.

- Sabes que tú madre jamás pensaría eso. - Evan termino de apilar los pantalones aun lado.

- Como te sentirías si Jena fuera yo. -

- Jena no es como tú. - Su hermana era tan extrovertida y todo lo que tenía era que hacer un puchero. Y tendría de rodillas a todos.

- Por eso no puedes entenderlo.- Tiro con fuerza la camiseta y salía de allí con lágrimas en los ojos. Su pecho escoció con dolor. Su barbilla temblo. ¿Cómo podrían entenderlo? Ellos eran adolescentes a penas planeaban su vida. Sin embargo la suya ni siquiera pudo empezar y estaba colapsando. Cada intento de aspirar a tener una familia propia se veía arrastrado a la basura. Los dedos eran insuficientes para las veces que trato de formar una relación con hombres. No pasada de algunas palabras, citas ellos rápidamente iban hacia los brazos de otra mujer. Pronto sus amigas comenzaban a preguntar. ¿Cuándo se casaría? ¿Si no quería tener hijos? Se sentía frustrada y eso la llevo a rendirse y volar lejos de casa. Poco a poco había dejado de salir de casa para evitar a las parejas tomadas de la mano. Solo hacia salidas casuales. Tenía rabia acumulada dentro de ella. Apenas podía reconocer lo que alguna vez fue. Era demasiado difícil para ella olvidar. Cambio su ropa por unos jeans y una camiseta. Bajo las escaleras en silencio tomo las llaves y salió en el carro a la estación de gasolina cercana. Compro dos botellas de licor y vasos desechables. Llevo la botella a su boca probando el sabor amargo del licor. Se puso en marcha hasta llegar al parque. Aparco el auto luego de haber bebido media botella. Se bajo era caso de noche, estaba tan solitario no había nadie allí. Camino por la arena de área de juegos se columpio un rato allí. Sintió la brisa fresca en su rostro y corrió un poco más tarde volvió al carro. Apenas rebasaba la media noche se quedó allí algunas horas y luego volvió a su casa. Bajo las botellas de licor del auto y fue a la cocina por una copa. Y subió a su habitación ebria. Sin encender la luz tomo haciento en la silla de su escritorio. Y bebió de la copa mientras lloraba. Tomo los diarios y rasgo las paginas enojada. Aún podría sentir el temblar de sus manos. Se odio por ser tan débil tan sentimental. Arrastro la silla hasta la ventana y tomó de la botella. Maniobro entre la botella y la ventana. La botella callo a sus pies así que trato de tomarla.

 Besos RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora