Capitulo 13

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- Eso es tomaran las manos de su pareja, como apoyo

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- Eso es tomaran las manos de su pareja, como apoyo.-

- Riza toma mi mano.- Gabriel se ofreció a hacer el ejercicio con ella, ya que no estaba acompañada. Le sentaba bien el papel de entrenador. - Clara separa un poco más las piernas, eso es, perfecto. Ahora todos de pie.-

La mujer siguió las intrusiones que Gabriel le exigió con calma con ayuda de su esposo.

- Soy la única sin pareja, debiste explicarme eso antes.-

- No eres la única Valeria no llego a la clase hoy, pero ella también viene sola. Las dos podrían hacer un buen equipo.-

- Me gusta tener compañía.-

- Lo se

- ¡Aaa! !Una lagartija! ¡Hay una lagartija en el suelo.- La mujer de vientre abultado al final del salón grito. Todos se colocaron de pie por instinto. - Todas cálmense, es solo una lagartija.- Gabriel hablo fuerte y claro surtiendo el efecto esperado en las parejas.

- Buscare una rama.- Fue a la recepción donde recordó había una planta con hojas grandes y tomo una. Fue corriendo de vuelta al salón. - ¿Qué haces Gabriel?-

- No es obvio, saco la lagartija.- El siguió empujando el pequeño cuerpo con una escoba.

- La mataras, yo lo haré. - Colocó la hoja en el suelo cerca de sus piernas y espero a que subiera u empujo más la hoja hasta llevar el cuerpo del animal sano y salvo en la hoja. - Eres muy traviesa. ¡Ehh! No deberías entrar en lugares así.- La llevo fuera de la clínica en la hoja colocándola al pie de un árbol.

- La tiraste fuera.- Gabriel se acercó mientras las demás parejas salían del salón, supuso que la clase concluyo. - Está a salvo en el árbol. -

- Eres buena con los animales no puedo decir los mismo.- Bromeó tomando las llaves de su camioneta del escritorio.

- No cabe duda de eso.- Risa sonrió por lo tonto de la situación.

- Mi segundo grupo llego.-

- Si también tengo que irme. Hablamos luego. -

- Recuerda la cena. -

- Tendré todo listo te enviare mi dirección. - Salió de la clínica y fue al hospital a llevar la hoja de renuncia. Su jefe sorprendido la acepto sin rechinar. Condujo a casa ya cansada tiro las chaves al cerrar la puerta. Fue directo por un baño seguido de una siesta. Por momentos algo se deslizaba por su espalda hasta apretar su trasero. Abrió los ojos alarmada.

- No quise despertarte.- Evan sonaba arrepentido. Acostado de lado con su cuerpo extendido. Aún con su uniforme escolar.

- ¡Me as dado un susto de muerte!- llevo las manos a su pecho alarmada.

- Lo siento, es que hay un problema grave en mis pantalones. Y todo tú olor me éxito y luego colocas ese encendedor de olor que me vuelve loco. -

 Besos RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora