Mi primer año en Hogwarts terminó bien. La copa de las casas la ganó Ravenclaw. Sinceramente, a mí no me importaba en lo más mínimo ese tema. No volví a hablar con Sirius Black, ni nos despedimos en el andén cuando nos vimos. Algo estaba raro entre nosotros, pero no quería pensar en eso.
Severus no se enojó conmigo por haberle contado toda la verdad a Dumbledore y Slughorn. Creí que por fin había entendido que él no podía ayudarme. Pero su compañía ya me bastaba y eso era más que suficiente y agradable para mí. Así que estuve dos meses junto al jefe de Slytherin mientras él hacía un gran intento por enseñarme a controlar mis poderes de hielo.
- ¡Lo siento, lo siento! - había exclamado la primera clase cuando sin querer el hielo había salido por mis manos y cubrió todo el escritorio del profesor.
Y otra vez había vuelto el piso todo como hielo, hasta de podría patinar allí. De esta manera, estuvimos todo el mes de mayo; pero en junio mejoré, por lo menos un poco diría. Dumbledore nos consultaba cómo íbamos con las clases y también se preocupaba por mí.
En fin, recordé que el último día de clases no quería volver a mi casa. Le había preguntado a Severus si la escuela estaría abierta para aquellos que no volvían a su hogar. Pero me dijo que no. Así que tuve que regresar con mi padre.
Cuando me recogió en la estación de King's Cross no parecía muy feliz de verme. Creí que me dio igual su expresión, ¿pero a quién engañaba? Me lastimaba mucho nuestra falsa relación. No entendía como él y mi madre fueron capaces de separarme de mi hermana. Y aunque me esforzara por quererlo, no podía.
Querida hermana,
Te estarás preguntando porque te escribí una vez en todo el año escolar. Pasaron muchas cosas y apenas tuve tiempo para pensar y descansar. Quisiera contártelo todo por carta, pero créeme: es demasiado. En resumen de las cosas buenas, Hogwarts fue mejor de lo que esperaba. Nunca creí que aquel lugar pudiera hacerme sentirme como si estuviera en mi hogar. Qué decirte... Me encantaría que estuvieras conmigo.
Hace mucho calor por aquí, me imagino que en Oregon también. Mañana empiezo mi segundo año en Hogwarts y estoy emocionada. Probablemente quieres saber si tengo amigos. La respuesta es sí. Se llama Severus Snape, y es de Slytherin como yo. Nos llevamos muy bien, o eso creo. Con él estoy bien, me hace sentir bien.
Cuéntame de ti, y prometo que este año nos mantendremos más en contacto.
Tu hermana,
Yasmine.Dejé la pluma en mi escritorio y enrollé el pergamino. Vi a mi sapo a mi lado, a quien había comprado el año anterior antes de asistir a la escuela de Magia y Hechicería. Le di su comida y me dirigí a la sala para consultarle algo a mi padre.
- ¿Papá? - lo llamé, doblando por el pasillo.
- ¿Qué? - preguntó bruscamente y seguí su voz hasta verlo sentado en el sofá con un periódico en sus manos, leyendo con atención.
Me detuve en frente de él y crucé mis brazos, balanceándome.
- Me preguntaba si podía usar tu lechuza para mandarle una carta a Jade - le expliqué lenta y claramente, tragando saliva nerviosa.
Él no alzó la vista.
- Haz lo que quieras, no molestes.
Apreté mi mandíbula. Verán, mi cumpleaños es el 21 de junio, justo el día después de terminar el curso; ese día le pedí el mismo favor (ya que no estaba en Hogwarts y no podía tomar una lechuza que nos daban en la lechuceria) y me dijo que no. Igualmente preferí que me dijera eso antes que el no.
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DEFENSIVE | Sirius Black [MEH #0]
أدب الهواةYasmine Edevane no parecía una Slytherin. Ella simplemente creía que no esa era su casa, que no tenía ninguna de las virtudes requeridas. Solo que era cerrada y seria. Yasmine no solía estar mucho de buen humor ya que ella había dejado a su madre y...