Para el final de esa primera semana de castigo, Donghyuck estaba a punto de perder la cabeza. Incluso había pensado en ir con Jaemin y pedir su ayuda con respecto a la situación de Mark, porque al fin y al cabo él también estaría afectado con ello. Pero luego se echaba para atrás, pensando que si él había sido el bocón que había dicho todo y que se había metido en semejante problema, entonces él mismo se sacaría de él.
—Minhyung... —murmuró, interceptando al mayor en la biblioteca.
El de último año había estado en una mesa, dándole tutorías a un muchacho de segundo y Donghyuck había esperado hasta que el muchachito se retirase para ir y sentarse junto a Mark y hablar con él de manera civilizada.
Notó al mayor tensarse al ser llamado así, lo vio respirar profundo y cerrar el libro con paciencia para luego girarse hacia él haciendo que sus miradas se encontrasen. Donghyuck también respiró profundo y ordenó las ideas en su cabeza.
—No digas nada, por favor —pidió, haciendo que Mark alzará ambas cejas en sorpresa—, no quiero que Jeno lo sepa, así que por favor, no le digas. Tampoco a Renjun.
—¿Y por qué haría eso?
—¿Para no ser un idiota por primera vez en la vida? —intentó, sacándole una risa incrédula al mayor que empezó a recoger sus cosas. Donghyuck lo detuvo poniendo una mano sobre las ajenas—, es en serio, Minhyung-
—No me digas así.
—Jeno es importante para mí y no quiero...
—¿No quieres qué? ¿Qué sepa lo egoísta y manipulador que fuiste y que su relación nació en base a una mentira?
—Nosotros no... Simplemente no quiero que piense mal de mí, yo lo quiero.
—Si en verdad lo quisieras, le hubieses dicho todo mucho antes y no estarías aquí conmigo pidiéndome guardar silencio —sentenció el castaño y se levantó de su lugar, sacudiéndose la manos de Donghyuck de encima.
Vio a Mark irse y se quedó ahí, rodeado de silencio con las palabras ajenas haciendo eco en su memoria. Claro que podía decirle a Jeno, pudo haberle dicho mucho antes, pero el miedo siempre estaba presente. No miedo a ser odiado, porque confiaba en que Jeno era demasiado bueno como para odiar a alguien. Si no miedo a ser dejado. No quería que Jeno se fuera de su lado, no de la manera que un amante pierde a otro, sino porque no quería perder a su mejor amigo.
Por eso nunca se declaró sus sentimientos antes, cuando tenía la oportunidad, porque no quería que las cosas entre los dos cambiaran y que su amistad se perdiera. Nunca confió en ser suficiente para su amigo, nunca lo suficientemente guapo, o divertido u ocurrente, y cuando aceptó el plan de Jaemin lo hizo con la de idea de ayudar al muchacho a conseguir a Renjun más que él conseguir a Jeno, porque en su cabeza no habían posibilidades de que eso ocurriera.
Y aún luego de que Jaemin y Renjun empezaran a salir, él no hizo ningún movimiento en Jeno y se quedó esperando, solo esperando a que por algún milagro Jeno lo amara de vuelta o que él finalmente pudiera olvidarse de lo que sentía.
Cuando finalmente Jeno pareció responder a sus sentimientos, había sido como un milagro para él, y se dijo que no se ilusionaría con ello, porque ambos habían prometido intentar y ver qué pasaba, diciendo que podían seguir siendo amigos si no funcionaba. Y Donghyuck se había aferrado al deseo de que funcionara, trabajando cada día para que así fuera.
Y lo que tenía con Jeno había sido fruto de la perseverancia y no quería que eso se fuera por un error estúpido que había cometido hace años. Él había esperado demasiado, esperado a que Jeno lo notara, a que Jeno lo quisiera y decidiera permanecer con él. No podía dejar que Mark frustrara eso, solo porque sí.
Su celular lo sacó de su burbuja de pensamiento y al revisarlo se encontró con un mensaje de Jeno, como si lo hubiese llamado con el pensamiento, preguntando donde estaba. Rápidamente le respondió con su ubicación y esperó a por el mayor cuando este le respondió justo después que iría a verlo.
Jeno no tardó mucho en llegar, y luego de que lo encontrara en medio de las mesas de estudios, no tardó en acercarse casi trotando, sentándose en la silla contigua a la suya y ofreciéndole una de esas sonrisas brillantes que Donghyuck calificaba como sanadoras. Con solo verlas curaban todo mal existente.
—¿Pasa algo? —preguntó el pelinegro cuando sin previo aviso, Donghyuck se inclinó hacia él, hasta tener el rostro hundido en el espacio entre su hombro y cuello.
—Solo necesito un abrazo, es todo —murmuró para tranquilizar al otro, que no tardó en rodearlo con sus brazos y acariciar su cabello suavemente.
—¿Solo eso?
—Tal vez un beso también.
• • •
—Hyuck...
—¿Mhmp?
—Hyuck-ah —volvió a llamar Jeno, más fuerte y tirando un mechón de su cabello.
Donghyuck se quejó y lanzó un manotazo para que dejara su cabello quieto, sin realmente ver porque estaba muy concentrado pensando en cuál pieza mover. Era una tradición para los dos jugar al ajedrez, incluso si Donghyuck era terrible, sentados en el sofá de la sala mientras sus padres no estaban.
Él realmente no sabía por qué jugaban ajedrez entre todos los juegos, pero no le importaba porque a Jeno le gustaba, y Jeno nunca se quejaba cuando Donghyuck pedía jugar al póker, así que no podía quejarse.
—Hyuck...
—Si crees que con eso vas a desconcentrarme, pues déjame decirte que no... Te ganaré esta vez.
—Creo que me gustas, Hyuck —soltó el mayor como si nada, y es cuando Donghyuck levantó la vista para verlo, sintiéndose sin palabras mientras un dejavu le recorría el cuerpo.
—¿Quién? —preguntó estúpidamente, porque estaba seguro de que había oído mal.
—Tú.
Donghyuck permaneció congelado como hielo en su lugar, las piezas en su mente moviéndose hasta calzar y darle sentido a la situación. Y decidió que era un broma, una muy terrible, así que solo entornó las cejas y le dio un puñetazo al otro en el hombro.
—No es divertido.
—No estoy jugando, es en serio —dijo Jeno, frunciendo el ceño también porque no había estado esperando esa reacción.
—Te dije que no es divertido, así que déjalo, ¿quieres?
—De verdad creo que me gustas, Donghyuck. ¿Por qué no puedes creerme?
Sonaba a reclamo, y no le gustó oírlo en el tono de su amigo. El que debía estar reclamando era él, él era de quien se estaba riendo. Donghyuck bufó y se puso de pie, caminando por sala para evitar ver a Jeno a la cara y que este viera lo mucho que le afectaban sus palabras. Sentía ganas de llorar porque estaba convencido de que era un juego para el mayor, y no podía soportarlo.
—¿Por qué crees que te gusto? —preguntó él entonces.
—Porque eres tú... No sé, ¿por qué tendría que explicarlo? ¡Tú le gustas a todo el mundo! Porque eres divertido, ocurrente, inteligente... porque me conoces mejor que nadie, no sé, podría llenarte de razones. Tú siempre has estado conmigo y no te había notado hasta ahora, pero...
—Exacto, somos amigos desde que estamos en pañales y nunca antes me habías visto con otros ojos, ¿por qué ahora?
—Porque conseguiste a otro y no me gustó, cuando saliste con Woojin pensé que debía estar feliz, pero no lo estaba, me dieron celos de solo verte con él.
Donghyuck rodó los ojos y sorbió por la nariz, tragándose las lágrimas que tanto quería soltar—. Solo tienes miedo de perder tu amigo, eso no significa que te guste.
—Déjame probarte que si, por favor. Salgamos, como en una cita y si no funciona todo seguirá igual. Di que sí, por favor.
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No digas Nada ➳ Nohyuck/Markhyuck.
FanficDonghyuck creía estar al borde de la muerte, y solo por eso se le ocurrió decir en voz alta su mayor secreto. Y Mark, el jodido y odioso Mark Lee, estaba ahí para escucharlo. Pero cuando sale vivo y coleando de aquella experiencia cercana a la muer...