Las mangas del uniforme de repente se sintieron molestas, causándole picazón mientras jugueteaba con ellas; estirando los puños y forzándolos a alcanzar sus palmas para esconder sus manos. Era una acción imposible, lo sabía, porque el uniforme le quedaba bien, casi perfecto y la tela se negaba a ceder. Pero no podía evitar jugar con ellas, estaba fastidiado, como una mezcla entre los nervios y el enojo. Apenas levantaba la mirada para mirar a su madre, pero apenas ella le devolvía una mirada furiosa junto con una retahíla de regaños, volvía a bajarla. Quería esconderse, pero no había escapatoria y ese era solo el comienzo.
—Hoy me encontré con tu consejero en el supermercado y me preguntó si tu padre estaba de vuelta en el país —había empezado ella nada más al verlo llegar a casa, y Donghyuck supo que estaba en problemas porque su tono de voz lo decía todo—. Y yo no supe qué responder, porque aparentemente tu padre lleva meses trabajando fuera del país y cada que lo llaman dice que está ocupado... Pero hasta donde yo sé, tú padre ni siquiera ha dejado la ciudad. Así que quiero que me expliques qué sucede.
Apenas había sido el comienzo, y Donghyuck ni siquiera pudo justificarse porque ella siguió retándolo, ahora por el castigo que llevaba con Mark. Su madre no sabía de su eterna pelea con Mark, según ella y su padre ambos seguían siendo amigos. Y lo eran, cada que tenían que estar frente a ellos, y lo habían sido, una vez cuando eran niños. Pero ya no, y él no se atrevía a decírselo a su madre.
—¿Cómo es que tú y Minhyung están castigados? ¡Pensé que estabas llegando tarde a casa por tus prácticas de Volleyball, Donghyuck! No entiendo, ¿qué es lo que pasa? Minhyung dijo que pelearon por tonterías y que tú-
—¿Hablaste con Minhyung? —interrumpió cuando su cabeza no procesó más que aquella oración. Primero con sorpresa y al repetirlo se lleno de un sentimiento parecido a la traición—. ¿Hablaste con Minhyung antes que conmigo?
—Lo llamé antes de que llegaras, pero ese no es el punto aquí, Donghyuck.
—¡Claro que sí! Yo soy tu hijo, ¡No él! Apuesto a que te dijo que era mi culpa y le creíste —se quejó, de pie y con el ceño fruncido. El nerviosismo de antes completamente en el olvido—. ¿Si te digo que la pelea fue por su culpa, me creerías? Yo creo que no, porque para ti y para papá él es perfecto. Incluso para Taeyong, Minhyung es perfecto y yo... Yo solo soy el problemático, la oveja negra. ¡Si, estoy castigado! ¡Si, peleé con Minhyung!
—Pero, ¿por qué? Ustedes son amigos.
—¡Ya no! —explotó, alzando las manos y dejándolas caer de golpe. Los ojos le ardían y tuvo que respirar profundo y murmurarse palabras de aliento para no llorar por el enojo. Se cubrió la cara con las manos y respiró profundamente antes de volver a encarar a su madre—. Ya no somos amigos, hace mucho que no, pero siempre fingí delante de ustedes porque sé lo mucho que lo quieren.
—Donghyuck...
—Lamento haberle dicho al consejero que papá estaba fuera del país, si es lo que quieres oír, solo no quería que supieras que vivo peleando con Minhyung —se encogió de hombros y por la expresión de su madre, adivinó que le sorprendía saber que esta no era la primera pelea—. Pero no lamento haber peleado con él, y no me disculparé. Castígame si quieres, mamá, ya me he acostumbrado de todas formas.
La vio dudar, como si no pudiese entender todo lo que acababa de oír y como si no supiese que decirle. Donghyuck recogió su mochila del sofá y se fue a su habitación antes de que la conversación se alargara. No tenía ganas de explicar porqué su amistad con Mark había terminado, porque no lo recordaba. Había sucedido hacía mucho y en ese punto le era más sencillo recordar sus peleas que los momentos de cuando habían sido amigos. Tampoco quería explicar porqué se llevaban mal, porque no lo sabía. Minhyung había sido el primero en darle la espalda, en molestarlo y hacerle la vida a cuadros. Donghyuck solo se defendía.
Sintió unas ganas incontrolables de llorar al tirarse en su cama, y se abrazó a una almohada mientras pensaba en lo que acababa de pasar. No podía creer que esas palabras hubiesen salido de su boca, se sentía mal por ellas. No había pensado en lo que su madre podía haber sentido al oírlas, su intención no era lastimarla con ellas, si no hacerle ver cómo ella lo hería sin darse cuenta. Mientras algunas lágrimas rebeldes bajaban por sus mejillas, recordó aquellos años en los que Minhyung había vivido con ellos, las veces en las que se sintió desplazado y las que llegó a creer que Minhyung pertenecía más a su familia que él mismo.
Quizá su enojo se debía eso, no lo sabía. No estaba seguro. Pero recordaba lo mucho que a veces odiaba que sus padres quisieran tanto a Mark.
Con el enojo renovado, se sentó sobre la cama, con la almohada sobre el regazo y se sacó el celular del bolsillo. Tenía el número de Minhyung desde que le habían regalado el celular, y no lo había borrado por puro descuido, pero ahora le servía de mucho porque haría que el mayor lo escuchase.
—¿Qué le dijiste a mi mamá, pedazo de imbécil? —bramó cuando Minhyung contestó la llamada.
—¿Quien te dio mi número?
—¡¿Qué coño le dijiste a mi mamá?!
—¡Nada! —exclamó Minhyung, pero Donghyuck no le creía—. No le dije nada malo, así que deja de gritar en mi oído.
—No te creo.
No podía ver al otro, pero el ruido de la llamada adivinaba que estaba fuera, un lugar al aire libre. Quizá seguía camino a casa de su abuela, no lo sabía, no le importaba.
—Pues es tu problema. Ella preguntó por qué estábamos castigados y le dije que habían sido tonterías de amigos —dijo el mayor, seguido de una exhalación y Donghyuck lo conocía también que sabía que estaba usando esa expresión de fastidio donde sus labios se apretaban y sus cejas hacían una forma rara—. Me caes mal, Donghyuck, pero aprecio a tus padres y les debo mucho, lo menos que puedo hacer es no decirle la verdadera mierda que es su hijo.
—Idiota.
—Tu me llamaste, más idiota eres tú.
—Como sea, ya no te tienes que preocupar por mis padres. Le dije a mamá que ya no somos amigos.
—¿Tu qué?
—Todavía te quiere si es lo que te preocupa.
Mark exhaló y casi pudo sentirlo rodar los ojos. Él rodó los ojos también—. ¿Eso es todo? Porque estoy ocupado aquí y me estás estorbando, como siempre.
—¿Ocupado? A lo mejor solo estás jalandotela como el enfermo que eres
Escuchó a Mark reírse—. ¿Me imaginas jalandomela? No sabía que me veías de esa manera, Hyuck-ah... Se lo diré a tu novio.
—Baboso.
—Yo no empecé —el mayor siguió riéndose y de pronto colgó. Donghyuck solo gruñó molesto y lanzó el celular a la cama, escondiendo la cara en la almohada mientras gritaba.
Que error había sido creer que podían volver a ser amigos. El profesor Park estaba equivocado y su castigo no los ayudaría. Él detestaba a Minhyung.
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No digas Nada ➳ Nohyuck/Markhyuck.
FanficDonghyuck creía estar al borde de la muerte, y solo por eso se le ocurrió decir en voz alta su mayor secreto. Y Mark, el jodido y odioso Mark Lee, estaba ahí para escucharlo. Pero cuando sale vivo y coleando de aquella experiencia cercana a la muer...