La siguiente vez que se reunieron con el profesor Park, cerca de la quinta o sexta sesión de castigo en el mes, este los invitó al mismo salón de artes en el que se habían encontrado aquel primer día cuando Donghyuck casi le rompe la nariz a Mark con su puñetazo —casi siendo la palabra clave, era una pena que fuera casi y no por completo.
Esa vez no tendrían que limpiar el jardín, ni la piscina, ni pintar las nuevas líneas de la cancha de futbol con talco orgánico. No tenían idea de lo que el profesor les pediría.
—Como el servicio comunitario no parece tener efecto en ustedes, y solo he logrado que se ignoren cada vez más, decidí cambiar de estrategia y junto al profesor Jung y el profesor Choi ideé un nuevo plan.
Donghyuck le dio una mirada desinteresada al profesor y esperó a que este continuase.
—Tengo entendido que Donghyuck es parte de club de dibujo mientras Mark es parte del club de música, y toca muy bien la guitarra. Bien, quiero que le enseñen al otro sobre su habilidad.
—¿Perdón? —murmuró Mark.
—Como lo escuchó, usted señor Lee le enseñará a Donghyuck a tocar la guitarra y este le enseñara a dibujar de manera prolija, y está claro que no pueden discutir ni pelearse y los vigilaré para que eso no pase.
—¿Eso es todo? —preguntó Donghyuck con una exhalación.
—Sí, pero hoy no los dejaré ir tan fácilmente. Vamos a empezar contigo, Donghyuck, ¿qué tienes para enseñar a Mark hoy?
Boqueó y pestañeó perdido, sin ideas sobre por dónde empezar. Habían sido años desde que él había aprendido a dibujar y ya ni recordaba cuales eran los primeros pasos para principiantes. El señor Park se rio desde su lugar y decidido a no dejar que se burlara de él, buscó un par de hojas y lápices, sentándose frente a Mark con determinación en su mirada.
—Primero, déjame ver que tan nulas son tus habilidades con el lápiz —dijo fingiendo seguridad en sus palabras mientras le extendía un lápiz y una hoja al mayor—, tú me dibujarás, y yo te dibujaré.
Parecía que Mark quería negarse, por la manera en la que bufó y no se movió de su lugar. Pero luego el profesor carraspeó y le hizo una seña que logró que finalmente, Mark descruzara los brazos y se inclinara sobre la mesa tomando el lápiz para empezar. Donghyuck lo imitó.
Sentía a Mark estudiando su rostro, lo hizo por varios minutos antes de empezar a dar trazos en el papel. Mark le miró las orejas, el cabello, la nariz y las mejillas, como analizando cada detalle que pudiera encontrar en su rostro. Donghyuck le miró de la misma manera, tomándose más tiempo para absorber la imagen; reparó en sus pómulos sobresalientes y las líneas en su rostro que se marcaban cuando sonreía, pensó que era una pena que no lo hiciera porque reconocía que Mark se veía mejor cuando estaba riendo que cuando tenía el ceño fruncido justo como ese instante.
Él mismo empezó a dibujar también, trazando unas pocas líneas guías ligeramente sobre el papel, para luego dar forma a su boceto. De vez en cuando volvía la vista a Mark y su expresión concentrada y aprovechó cuando sus ojos se encontraron para notar los detalles de sus ojos grandes; las chispas de marrón claro que destacaban encima del marrón oscuro de su iris, y que parecían encenderse en un tono dorado cuando les tocaba el sol.
Mark fue el primero en terminar, volteando la hoja para que Donghyuck no pudiera verlo y se dedicó a esperar a que él también terminara. Donghyuck lo dejó en boceto sencillo, concentrándose solo en la cara, que claramente requirió de tiempo para dar detalle a ciertas cosas, pero al cabo de un rato también soltó el lápiz y levantó su hoja, mostrando su dibujo al mayor.
—Oh... —murmuró Mark, y no dijo más nada. Donghyuck sonrió satisfecho para sí mismo porque sabía que la palabra correcta para explicar la expresión de Mark era sorpresa.
—Ahora muestra tu dibujo, Mark.
Casi a regañadientes, Mark alzó su hoja, mirando a otro lado con expresión avergonzada. En el papel estaba su retrato de Donghyuck; era un rostro básico, casi sacado de la cabeza de un niño de preescolar por terrible que era y lo que más destacaba eran los cuernos saliendo de la frente de Donghyuck.
Y en lugar de sentirse ofendido, solo le causó gracia y se rió a carcajada limpia por el arte ajeno.
—Me la pones difícil, Minhyung, pero al menos hiciste algo bien —dijo y señaló al papel a un lugar específico—, dibujaste mis lunares perfectamente.
Por un momento creyó ver que la mirada ajena se suavizaba, y era casi como si volvieran a ser aquellos niños de cinco años que eran amigos. Pero tan rápido como vino se fue, y una vez más Mark estaba dándole su mirada dura y llena de fastidio. Y Donghyuck se convenció de que había sido solo una ilusión de su cerebro.
[ ... ]
—No entiendo, ¿por qué tiene que estar aquí? Mamá dijo que iría con su papá.
—Donghyuck —chistó su hermano, mirándolo con los ojos muy abiertos y la boca presionada en una fina línea. Él sabía lo que esa expresión significaba, era la misma que usaba su mamá cuando él se portaba mal.
Pero Donghyuck no se estaba portando mal, solo preguntaba por qué Minhyung estaba en su casa. Su padre había llegado con él hacía apenas unos minutos y él no entendía por qué; había creído que no lo volvería a ver después del juicio. Además, si ya tenía un papá con una casa, no tenía nada que hacer en la suya.
—No te pongas malcriado, Hyuck —dijo Taeyong apenas lo vio enfurruñarse, cruzando los brazos y haciendo pucheros.
—¡Pero es que nadie me explica! Yo también quiero saber.
—Hyuck, escúchame —dijo su mamá entonces, arrodillándose frente a él y acariciándole el cabello—. Minhyung está pasando por una situación difícil, su papá está muy lejos y tu papá y yo decidimos que se quedará aquí hasta que lo venga a buscar, ¿entiendes eso? —Donghyuck asintió, cambiando su postura poco a poco. Él era un niño bueno y no quería que su madre lo retara—. Imagina que es como tener pijamadas todas las noches con un amigo.
—Pero él no es mi amigo.
—Lo sé, pero puedes intentar ser su amigo. ¿Lo harías? ¿Por mí?
Donghyuck lo pensó un momento, y luego asintió con una sonrisa chueca. Minhyung tenía su edad después de todo, y a él siempre le habían dicho que era un niño amigable, seguro que se hacían amigos súper rápido. Además él tenía muchos juguetes, con Minhyung en casa su mamá no lo mandaría a dormir temprano y se quedarían jugando hasta tarde.
Mientras más lo pensaba, más convencido estaba de que él y Minhyung serían los mejores amigos, así que cuando su padre volvió con el niño en cuestión (luego de hacerle darse un baño) a la sala, Donghyuck no dudó en pararse frente a él con su sonrisa más grande y darle un abrazo.
—Minhyung hyung, yo seré tu amigo, ¿quieres jugar Nintendo?
N/A:
hOLA! Qué tal su halloween?
Sé que toda la historia va de atras a delante, y da vueltas y es confuso saber por qué Mark odia a Donghyuck, pero pronto llegaremos a eso.
Agradezco mucho sus lecturas, votos y comentarios, significan mucho.
Hasta luego, un besote.
les amito mucho :*
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No digas Nada ➳ Nohyuck/Markhyuck.
FanfictionDonghyuck creía estar al borde de la muerte, y solo por eso se le ocurrió decir en voz alta su mayor secreto. Y Mark, el jodido y odioso Mark Lee, estaba ahí para escucharlo. Pero cuando sale vivo y coleando de aquella experiencia cercana a la muer...