Estábamos tan cerca, un simple empujón y nuestros labios se unirían en uno, me sentía desesperada, necesitaba que me besara de una buena vez. Se acercó aún más y, cuando iba a besarme al fin, alguien nos interrumpió, haciendo que nos separemos de golpe. Ahora estoy más frustrada, ni siquiera un roce... nada. Miro a la persona que nos interrumpió y de inmediato mi cara se torna de color rojo. Rick nos mira desde el umbral de la puerta completamente serio, inspeccionando a Harry de pies a cabeza.
—Señorita Roth —dice Rick luego de lo que me pareció una eternidad—, ya es muy tarde, debería entrar.
—Eh... sí, ya entro —digo con los nervios a flor de piel.
—La esperaré dentro —dice entrando a la casa, dejando la puerta abierta.
Seguro me dará un sermón acerca de ser más cuidadosa.
Me volteo a ver a Harry, quién está totalmente callado, solo me mira apenado. Sus mejillas están ligeramente sonrojadas, nunca lo ví así de nervioso, ¿qué le pasa? <Quizá sea porque lo agarraron a punto de besarte, y Rick es bastante intimidante con la gente nueva>. Es una posibilidad.
—¿É-él es tu padre? —habla al fin dejando notar sus nervios. Al menos no soy la única nerviosa aquí.
—¿Rick? No, él es el mayordomo —digo tratando de calmarlo—. Aunque es lo más parecido a uno que he tenido, él es el padre de Danniel, mi mejor amigo.
—Así que conociste a Danniel por el trabajo de su padre —dice mirando a la casa, yo solo asiento—. No creí que serías el tipo de persona que tiene mayordomo.
—No lo soy, no le doy mayor trabajo al hombre, de hecho yo a veces lo ayudo. Aunque me ha prohibido en reiteradas ocasiones entrar a la cocina, soy pésima en eso.
—¿Ah sí? Creí que las chicas tenían un don innato para cocinar.
—Eso sonó muy sexista, Harry.
Y nuevamente se vuelve a sonrojar.
—Y-yo no... no era mi inte-ención.
—Calma, no pasa nada. Pero sí, se supone que somos buenas en la cocina, por desgracia cuando repartían la habilidad culinaria yo estaba en la fila de antisociales.
—Por suerte yo sí estaba, y me dieron una buena cantidad.
Me río ante su comentario y él hace lo mismo, su risa es muy linda.
—Bueno, creo que ya debería irme —dice rascándose la nuca—. Te veo luego, Cara.
—¿Ah sí? —digo sintiendo una repentina punzada en el pecho.
—Sí, ya es medianoche y...
—¿No quieres quedarte? —suelto de golpe e inmediatamente me doy una cachetada mental. ¿¡Por qué le dije eso!? ¿¡Qué mierda me pasa!? La sorpresa en la cara de Harry no pasa desapercibida, lo que me pone más nerviosa.
—¿Quieres que me quede?
¿Quiero que se quede?
—No... digo sí... digo ¡Argh! —me doy un golpe en la cabeza, pero esta vez real. ¿Por qué debo ser tan estúpida? Inhalo profundamente y luego exhalo, tratando de calmarme, para luego hablar—. Sí quiero que te quedes, pero solo si tú quieres, no estás obligado a nada...
—Okey.
—...puedes negarte si quieres —continuo antes de analizar que me respondió—, o sea... momento. ¿Dijiste que sí? —pregunto completamente sorprendida
—Sí, quiero quedarme.
—¿No te meterás en problemas?
—Nah, mi papá anda en el pueblo vecino con los chicos.
ESTÁS LEYENDO
Sola en el Mundo ©
RomanceCara Roth, una chica de 18 años de edad, castaña, de ojos verdes y con una enfermedad muy poco común conocida como XP; una enfermedad que se activa al más mínimo contacto con el sol, llevándola a una posible e inminente muerte. Su único amigo siemp...