OCHO: Ex.

89 11 6
                                    

Un nuevo día, un nuevo problema.

Hoy vuelve mamá de su viaje, por lo que Rick siempre le cocina sus platos favoritos, el problema es que siempre quiero ayudar, pero nunca me permite entrar a la cocina, claro que eso no me detiene. Todo tranquilo ahí, hasta que decido entrar de todos modos y distraigo a Rick, ocasionando que no le preste la atención debida al curry, quemándolo casi todo. En definitiva no debo ayudar a Rick de esta manera <Deberías anotarlo, porque se te olvida siempre>. No es ni mala idea <Era sarcasmo, genio>. Pues tu sarcasmo me dió una gran idea para ocaciones futuras.

Salgo abatida de la cocina, no me gusta sentirme inútil, y es algo que se ha vuelto muy común últimamente. Camino hasta uno de los sofás de la sala de estar y me lanzo en el más grande, al cabo de unos minutos Danniel aparece con una radiante sonrisa, lleva unas bolsas en mano, despertando mi curiosidad, me levanto de golpe para tratar de ver qué hay ahí dentro. Me acerco a Danniel con una sonrisa traviesa y la de él se vuelve divertida al notar mis intenciones.

—¿Qué traes ahí? —pregunto viendo las bolsas.

—Unos ingredientes para papá (que tuve que salir corriendo para comprar más para el curry) —dice mirándome divertido, sabiendo que fui yo la causante de eso, me sonrojo un poco por la vergüenza y él se ríe suavemente antes de continuar—. También compré las calcomanías para poner en el techo.

Eso último capta mi entera atención, olvidándome del incidente del curry—-que es como seguramente lo llamarán ellos por semanas—, abro la bolsa que me tiende y veo varias calcomanías de estrellas y planetas, aparte hay un envase con una pintura extraña. Saco el envase y se lo muestro, preguntándole sin palabras qué es eso.

—Es la pintura, con eso volveremos fluorescente las calcomanías —dice guardando de nuevo el envase en la bolsa—. Ponlas en un lugar seguro, cuando haya terminado de ayudar a papá pondremos esto, ¿de acuerdo?

—Sí, te espero allá —digo para tomar la bolsa y subir a paso veloz las escaleras.

<¿Te das cuenta que Danniel te trata como a una niña pequeña?>. Sí, es un trato especial que tenemos <Eso es extraño>. No, extraño es que yo tenga una Mini Cara que discuta conmigo por todo.

Camino hasta mi cuarto, entro en él y pongo la bolsa con las cosas en mi escritorio, junto a mi laptop. Me dejó caer en mi cama y justo en ese momento un mensaje llega a mí.

Danniel: Ya pronto terminaremos.

Cara: Estaré esperando.

Salgo de la conversación y reviso mis demás mensajes, tengo 50 mensajes no leídos del grupo «Los Fruti Fantásticos», que es el grupo de la banda, Gastón decidió ponerle así en lugar del nombre de la banda porque era un grupo para conversar casualmente, no uno oficial de la banda. Entro en ella y leo las payasadas que dicen Gastón y Jason, más los comentarios secos de Mike y las bromas malas de Dylan. En un mensaje Gastón me menciona, lo leo y mis ojos se abren de la sorpresa.

Gastón: @Cara de mi corazón seguramente cantaría mejor que tú.

¿¡En qué demonios me está metiendo!?

Mike: Oh vamos, Gastón! Deja ya de molestar.

Gastón: No.

Cara: ¿Qué sucede?

Mike: Gastón cree que tú puedes cantar mejor que yo.

Sola en el Mundo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora