El chasquido de frustración por parte del chico fue audible en la pequeña sala, habitada únicamente por su presencia y el portátil que descansaba ante él. Le picaban los ojos porque llevaba demasiado tiempo delante de la pantalla, pero se había propuesto terminar después de encontrar un maldito trabajo que se adaptase a lo poco que buscaba: cerca de casa, con un suelo medio y que no le quitara demasiadas horas al día. Seis como mucho. Pero de momento su búsqueda estaba siendo inútil y lo único que eso le aportaba era estrés. No es como si se fuera a morir de hambre, puesto que contaba con una cuenta bancaria donde tenía ahorrado una suma agradable de dinero. No obstante, prefería no tener que recurrir a ella porque le había costado mucho mantenerla. Solo la utilizaba en caso de emergencia o para comprar alguna pieza en caso de que su piano se rompiera o, en esas circunstancias, pagar la reparación.
Por eso se estaba esmerando tanto por encontrar un empleo que cubriera los gastos básicos, como su parte del alquiler o llenar la nevera cuando fuera su turno. Suspiró, resignado a seguir mirando y obviando la posible rojez de sus ojos, a la vez que alargaba la mano para coger la taza de café amargo que tenía justo al lado. No era muy fan de la bebida porque acostumbraba a ponerlo demasiado alterado, pero la tomaba solo cuando debía hacer algo importante o en lo que necesitase concentración. Bueno, buscar trabajo tampoco era lo más difícil del mundo, pero por el momento le estaba sacando de sus casillas y agradecía la sensación que el líquido dejaba en su boca porque era igual de amarga que su estado de humor. Se removió en el sofá para intentar encontrar una postura más cómoda mientras seguía clicando en más enlaces que lo derivaban a páginas de las que salía en cuanto leía lo que ofrecían. ¿En serio era tan complicado?
Ni que estuviese aplicando para entrar a la NASA.
Por fortuna para él, después de rechazar un puesto de cajero, otro de mozo de almacén e incluso uno de barrendero, encontró su salvación. La librería Book Souls necesitaba un empleado para trabajar seis horas por la tarde, de cuatro a nueve y de lunes a viernes. Le pareció la mejor opción, aunque sabía que debía enviar el currículum a otros lugares por si ahí no lo aceptaban. Pero fue suficiente para subirle el ánimo. Además, el sitio quedaba cerca de su casa, a dos paradas en autobús y quince minutos andando como mucho. Parecía ser perfecto y no se lo pensó mucho más para enviar su petición. Cuando acabó y revisó que todo se hubiese realizado correctamente, apagó el portátil para recostarse en el respaldo del sofá, suspirando. Ya seguiría al día siguiente con la caza en busca del tesoro. En aquel instante lo único que
necesitaba era llenar el estómago. Se le había pasado el tiempo volando y ya era prácticamente la hora de comer.—Hyung, ¿me dejas un momento el ordenador?
Yoongi abrió los ojos que no recordaba haber cerrado y se fijó en el chico que salía del pasillo
y le hablaba con cara de cachorro, teniendo que girar la cabeza para ello. Ah, ahí iba de nuevo. El mayor puso los ojos en blanco.—¿Otra vez se te ha roto, Kook-ah? Eres un desastre chico, no sé cómo aun te mantienes vivo —el mencionado frunció el ceño mientras negaba con la cabeza, casi ofendido por las palabras de Yoongi.
—Que no es por eso. Se lo presté a una compañera de clase para hacer un proyecto que técnicamente yo ya tengo acabado. —Jungkook tuvo que ver la cara de confusión de Yoongi, por lo que se apresuró a proseguir con su explicación—. Pero he ido a repasar la exposición de mañana y he caído en que la tengo en el ordenador. Entonces también he recordado que, como el chico listo y previsor que soy, mandé una copia a mi correo por si había algún problema. Y, bueno, el problema es que no puedo abrir el documento con el móvil y necesito con urgencia un portátil porque esta tarde he quedado con Haeri y creo que es una cita o, bueno, eso quiero pensar; pero el caso es que no tengo otro momento para hacerlo y ya sabes que si no repaso todo una última vez antes de hacer algo me pongo muy nervioso porque pienso que me va a ir mal, aunque después me vaya estupendamente porque soy un genio, y entonces me pongo de mal humor y es una mierda todo.
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Beautiful You || Sope
FanfictionHoseok siempre había sido un chico de lo más alegre, intentando contagiar su positivismo allá donde iba. Sólo había una parte de su vida que podía llegar a ensombrecerlo. Min Yoongi no pensó que se enamoraría de él. Y estaba dispuesto a demostrarle...