La máquina de café emitió un pitido de advertencia en cuando la bebida estuvo lista, alertando a Yoongi. El chico se agachó ligeramente para tomar el recipiente de cartón entre sus dedos, caminando después en dirección al pequeño patio interior donde lo esperaba Hoseok. Empujó con su cuerpo la puerta de cristal e ingresó en él, su novio regalándole una bonita sonrisa en cuanto lo vio.
-Gracias -expresó el castaño una vez cogió su café con leche- ¿Lleva azúcar?
-Doble de azúcar, Hobi -dijo Yoongi monótonamente, como si no fuese obvio. Hoseok sonrió y le dio el primer sorbo, degustando el dulce sabor en su paladar-. Oye, ¿sabes algo ya?
El menor negó, suspirando. Llevaba desde el día anterior esperando a que su doctora, Wang Baola, le mandara un correo electrónico confirmando que los audífonos estaban listos para ser probados. Tenía cita provisional para dentro de dos días, pero aún no sabía nada de esos pequeños aparatos. Aquella sería la cuarta a la que asistiría y la definitiva. Había pasado por muchas revisiones, interminables pruebas y angustiosos días de espera. Pero, al fin, había llegado el momento. Después de casi un mes desde aquella primera cita donde conoció a la doctora e inició aquel proceso, iba a saber si este daría resultados. Las probabilidades eran altas según los especialistas con los que había estado, siendo de casi el ochenta por ciento. Solo un pequeño porcentaje lo alejaba de su deseo de no volver a escuchar, de que los audífonos no fueran efectivos y solo le quedase la opción de operarse. Y esta, según Baola, tenía menos posibilidades de ser exitosa.
Pero, tal y como había aprendido, prefirió no ponerse en lo peor y pensar en positivo. Tener a Yoongi dándole constantes ánimos y siendo el optimismo en persona también le estaba ayudando, y mucho.
-No creo que tarde, supongo que de hoy no pasará. -Contestó Hoseok, esperanzado. Yoongi asintió con aire ausente, enzarzándose en sus propios pensamientos. Ya casi estaba hecho, solo faltaba un paso más para conseguirlo. Porque Yoongi estaba segurísimo de que todo saldría bien, aunque aún faltase hacer la prueba con los audífonos. Tenía que salir bien. Hoseok lo merecía- ¿Sabes? Tengo muchas ganas de conocer tu voz.
El mayor le miró, sonriendo enternecido.
-¿Sí? ¿Cómo te lo imaginas? -Hoseok se llevó un dedo a la barbilla, exagerando el gesto.
-Mmm. Lo he pensado mucho, y... Creo que es tranquila. De esas que te relajan con tan solo escucharlas. Y cuando te ríes seguro que se vuelve un poco más aguda. Ah, y recién levantado tiene que ser más grave, pero sin perder ese toque neutro. No sé -acabó diciendo, avergonzado. La verdad era que había pasado bastante tiempo imaginando la voz de Yoongi, la tonalidad que tendría en cada momento.
El peligris rio mientras se llevaba el vaso a la boca para beber un sorbo de café.
-Pues nunca me he parado a analizarla, así que no sabría decirte. Pero creo que vas bien encaminado. -Hoseok sonrió también, dejando su mano en la nuca contraria y empezando a masajear la zona, colando los dedos a veces por entre le pelo de Yoongi.
-También quiero escucharte tocar la guitarra. Seguro que haces magia con esas mano -dijo el castaño, haciendo que Yoongi no perdiera la sonrisa.
-Bueno, no se me da mal. Pero tanto como magia... No sé. -Hoseok resopló, dándole un largo trago a su café y casi terminándoselo.
-He dicho que haces magia y punto. Tú una vez me dijiste que hiciese caso a Yoongi sobre los gilipollas porque era muy sabio. Bien, pues ahora te pido que hagas caso de Hoseok cuando dice que haces magia con esa guitarra. Es un tío muy inteligente y culto -Yoongi no aguantó las carcajadas, dejándolas salir libremente a la vez que se inclinaba y le robaba un beso a su novio.
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Beautiful You || Sope
FanfictionHoseok siempre había sido un chico de lo más alegre, intentando contagiar su positivismo allá donde iba. Sólo había una parte de su vida que podía llegar a ensombrecerlo. Min Yoongi no pensó que se enamoraría de él. Y estaba dispuesto a demostrarle...