Por mucho que Hoseok hubiese intentado conciliar el sueño de nuevo manteniendo la mente ocupada en otra cosa, era inevitable que los nervios no se lo comieran vivo. Podía sentir el corazón bombearle sangre a una velocidad más rápida de lo normal, a las puñeteras mariposas montarse una fiesta en su estómago e incluso a los pulmones trabajando más de la cuenta. Porque hiciera lo que hiciera, el hecho de que en unas horas podría saber lo que llevaba esperando casi toda una vida lo aterraba. Aunque se hubiese comportado con serenidad frente a Yoongi desde la tarde en que le confesó su decisión, aunque se hubiese repetido más de cincuenta veces que estaba bien, que no era sano darle más vueltas de lo necesario... El miedo seguía ahí, y Hoseok estaba seguro de que no se iría hasta que acabara la cita que tenía aquella misma mañana con la doctora Wang.
Suspiró, llevándose las manos a la cara durante unos segundos antes de retirarlas y echar un vistazo al chico que tenía durmiendo plácidamente a escasos centímetros de su cuerpo, el castaño notando el calor que Yoongi emanaba. Durante unos segundos estuvo tentado en despertarlo para recibir las palabras conciliadoras que tanto necesitaba leer, pero la carita dulce y relajada del peligris detuvo el impulso. En vez de eso, se removió en el sitio hasta quedar recostado frente a él y pasarle un brazo por la cintura. Acercó su rostro al cabello de Yoongi y dejó un tierno beso sobre su cabeza, escondiendo la nariz entre las finas hebras grises mientras respiraba ese aroma que tanto le gustaba. Notó cómo su cuerpo se relajaba un poco y decidió quedarse ahí, refugiado en aquel chico que le hacía sentir tantas cosas maravillosas. Su intención era cerrar los ojos y, aunque no consiguiera dormirse, concentrarse únicamente en la paz que el peligris le aportaba. Sin embargo, su cambio de postura había hecho que Yoongi abandonara el mundo de la inconsciencia y empezara a despertarse. El chico tomó una gran bocanada de aire por la nariz y la expulsó suavemente, acurrucándose más contra Hoseok en cuanto fue consciente de que lo tenía pegado a su cuerpo. Parpadeó repetidas veces intentando situarse en espacio y tiempo mientras notaba cómo la boca de su amigo se movía sobre su pelo.
—Perdona, no quería despertarte —susurró el castaño. Yoongi negó con la cabeza mientras la inclinaba hacia atrás para encontrarse con el rostro de Hoseok, lo suficientemente cerca para que su corazón aleteara contento.
—Buenos días —dijo con voz adormilada, recibiendo un beso en la frente que le inundó el pecho de calidez.
—Buenos días Yoon. Aunque aún es temprano para decirlo, así que puedes volver a dormirte —fue entonces cuando el peligris recordó el día en el que estaban y la cita tan importante que tenían aquella misma mañana, sobresaltándolo. Se removió en el sitio, inquieto.
—¿Qué hora es? No podemos llegar tarde —dijo con preocupación. A Hoseok la escena le estaba pareciendo de lo más adorable porque el pobre chico no sabía ni dónde tenía la mano derecha de lo atontado que estaba por el sueño. Soltó una suave risita que hizo que el ceño de Yoongi se frunciera, el mayor de los dos estando ahora apoyado sobre su antebrazo y teniendo que mirar al contrario desde arriba— ¿Qué pasa?
Hoseok llevó la mano que no estaba en la cintura de Yoongi al rostro de este para hacer que se inclinara y poder besarlo castamente, el peligris dejándose hacer sin rechistar.
—Que son casi las seis y cuarto de la mañana y no tenemos hora hasta las doce —Yoongi parpadeó confuso ante la respuesta de su amigo, buscando con la mirada el reloj de la mesita que, efectivamente, dio veracidad a sus palabras. Enrojeció levemente, avergonzado, y se dejó caer de nuevo contra el pecho de Hoseok. Este lo estrechó entre sus brazos mientras aguantaba las nuevas carcajadas que amenazaban con escapar de su garganta—. Ya he dicho que vueltas a dormirte, no te preocupes.
Yoongi negó con la cabeza, desenterrando el rostro del torso del castaño para mirarlo a los ojos mientras hablaba.
—No creo que pueda, cuando me despierto me cuesta mucho conciliar el sueño otra vez —confesó. Hoseok torció el gesto, sintiéndose mal por haberlo causado.
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Beautiful You || Sope
FanficHoseok siempre había sido un chico de lo más alegre, intentando contagiar su positivismo allá donde iba. Sólo había una parte de su vida que podía llegar a ensombrecerlo. Min Yoongi no pensó que se enamoraría de él. Y estaba dispuesto a demostrarle...