Capítulo 7

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   Aquella mañana Yoongi no necesitó ninguna alarma para despertarse. Lo hizo poco a poco, sintiendo cómo el sueño lo agarraba con sus manos invisibles e intentaba convencerlo de que se quedara un rato más vagando por su mundo. Y lo hubiese hecho de no ser por el calor ajeno que casi sentía como suyo propio. Abrió los ojos de forma lenta mientras obligaba a su mente a funcionar correctamente y acabar de despejarse. Al principio el corazón le dio un vuelco al no reconocer la habitación en la que se encontraba y después por notar un cuerpo pegado a su espalda con unos brazos que lo mantenían firmemente contra él. Entonces los recuerdos vinieron y se relajó instantáneamente, aunque su corazón siguiera taquicárdico. El aroma de Hoseok era dulce, su abrazo cálido y su aliento suave chocaba contra la piel desnuda de su nuca. Quizá para otra persona pudiese resultar asfixiante, pero para Yoongi era como estar en el paraíso. Fue inevitable que sus mejillas no se ruborizaran ante el pensamiento, porque hasta hace un par de días la idea de estar así con Hoseok le parecía algo lejano. Él tenía claro que en algún punto le diría cómo se sentía, ya que al final acabó aceptando que aquel chico de cabellos castaños y sonrisa preciosa le gustaba, y mucho. Pero realmente no se esperó que el día anterior fuese ese día.

   Aún recordaba perfectamente la sensación de sus labios, cómo se amoldaban a los suyos y lo mucho que le gustó besarlo, la dulzura que hubo de por medio y las miradas cómplices. Solo de rememorarlo el pulso volvió a acelerarse y el calor inundó sus blancas mejillas. Cerró los ojos momentáneamente, centrándose solo en la sensación de estar con él y evitando pensar más allá. Quiso volver a dormirse, descansar un poco más, pero unas palabras apenas más audibles que el sonido de sus propias respiraciones sonaron tras él, Yoongi sintiendo cómo le erizaban el vello de la nuca cuando también se le sumaron un par de besos tiernos y cálidos.

   —Se te va a salir el corazón del pecho.

   Y era cierto, más ahora sabiendo que Hoseok se había despertado y tenía que enfrentarlo. Se tragó su vergüenza como pudo y asintió, removiéndose entre sus brazos hasta darse la vuelta y quedar frente a él. Estaban tan cerca que sus narices casi se rozaban, pero ninguno hizo el amago de apartarse.

   —No es mi culpa —Yoongi prefería echársela a su mente. Hoseok le regaló una sonrisa de boca torcida.

   —¿Insinúas que es mía? —El castaño percibió cómo el contrario se encogía de hombros con una pequeña sonrisa en los labios.

   —En parte sí.

   Hoseok soltó un par de carcajadas con voz ronca, la misma que a Yoongi le pareció condenadamente sexy, y no esperó más para juntas sus labios con los del mayor. A penas fue un roce al principio, pero bastó para que el rubor ascendiera a las mejillas de ambos. Yoongi, insatisfecho, se inclinó para juntar de nuevos sus labios y empezó un suave ritmo que ninguno de los dos supo (ni quiso) parar. Al menos hasta que sus pulmones chillaron por un poco de aire, pero la cercanía siguió latente entre ambos. Hoseok apoyó la frente en la de Yoongi y le miró haciendo una mueca.

   —No quiero enfrentarme a esa monstruosa montaña de papeles —obtuvo una carcajada por parte de Yoongi y un casto beso que no parecía que fuese a ser el último—. En serio, es muy aburrido y cansado.

   —¿Para cuándo tienes que tenerlo listo?

   Hoseok soltó un gruñido, todavía más fastidiado en cuanto recordó la fecha tan próxima.

   —Para el martes. —Con lo cual, calculó Yoongi, en un par de días. El peligris suspiró, compadeciéndose de él.

   —Tómatelo con calma. Aún tienes todo el día para hacerlo. ¿Cuánto te lleva prepararlos?

Beautiful You || SopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora