Octubre ¹¹

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Nalgadas

Los dedos de Thor lastimaban mi brazo y apesar de que de lo dijera no tenía intenciones de soltarme, incluso lo apretaba más fuerte. Llegamos a su habitación empujándome dentro, voltee dispuesto a confrontarlo pero la intención murió apenas vi su rostro enfurecido, caminaba hacia mi, mis pies retrocedieron hasta chocar con la cama, tomo el cuello de mi traje con brusquedad

-Ya me cansaste, Loki-
Fue lo único que dijo para después empujarme a la cama

Un miedo horrible invadió mi cuerpo, haciéndome hacia atrás hasta chocar con la mesita de noche, era la primera vez que lo veía así de enojado. Estiro su mano tomándome del tobillo jalándome a él, comenzé a patalear

-No, no, no porfavor no-
Voltee mi cuerpo tratando de tomar algo con que defenderme, sería inútil pero me daría más tiempo de vida

Descanso una mano en medio de mi espalda, tocando con la otra la orilla del traje bajándolo. Mi corazón latía tan fuerte que sentía que saldría de mi pecho

-Cuantas veces eh intentado pedirte una cita ¿Eh?-

Delineó con sus dedos mi trasero, mi garganta se cerró, quería llorar y estaba seguro que lo haría

-¿Cuántas veces me rechazaste para irte con el imbecil de Svaldilfari?-
El tono de su voz se intensificó más, lo admito era mi culpa

Se supone que nos casariamos dentro de dos meses, subiría a reinar a su lado, me pareció buena idea salir del palacio y bueno, Svaldilfari se atravesó en el camino haciéndome compañía.

-¡Loki! El mercado en Vanaheim se ha instalado ¿Que tal si vamos a echar un vistazo? Tal vez encontremos ese collar que has buscado tanto tiempo-

-En Midgard hay unas cosas llamadas cines ¿Vamos a ver qué sucede allí?-

-Hoy tengo tiempo libre ¿Quieres cenar en mi habitación?-

-Leeme un libro, Loki-

Baje los hombros, dejando que las lágrimas salieran realmente sentía el final cerca, no, no quería terminar. Él estaba en silencio posiblemente esperando una respuesta que no di, lo escuché gruñir alzando su mano dándome el primer golpe, no pude evitar soltar un grito, mi piel ardió mientras más tiempo pasaba en silencio más golpes daba en mis nalgas

Estaban rojas, lo sabía. Las lágrimas mantenían mojadas mis mejillas, los sollozos salían junto a los gemidos de dolor

-¡Basta! ¡Basta! ¡Lo siento! lo s-siento-

Las nalgadas disminuyeron ahora solo dejo la mano en ellas

-¿Vez lo que provocas? ¿Te gusta verme enojado? Ya estoy cansado de ti, Loki. Cada vez que intento avanzar contigo te empeñas en retroceder ¿Porque? ¿Hay algo en mi que te moleste? Dímelo ahora antes de que termine con esto-

No dije nada, solo envolví mi cabeza en mis brazos.

Era lo mejor ¿No? Después de todo su existencia era un mero caos, el sol no le rinde cuentas a la luna.

-Dime algo, lengua de plata-
Negué

Suspiró quitando la mano de mi espalda, volteo mi cuerpo sentándome, abrazándome. No, no lo merezco.

Pasamos un rato así, después el se separó dejándome solo en la cama, no se fue, solo deambulo por la habitación. Limpie mis ojos dejándolos más rojos, levanté mi trasero un poco subiendo el pantalón lo mas lento posiblemente, dolía estaba seguro que se hincharía.

Por mi garganta subió una irá sin razón, no estaba acostumbrado a doblegarme, no lo hice antes, no lo haré ahora.

-Si lo que quieres es alguien que baje la cabeza siempre consigue alguien mas-

-¿Porque siempre mal entiendes las cosas?-
Ja. Odín me dijo lo mismo alguna vez

-¿Que quieres que entienda? Ya lo dijiste, estás harto de mi, por no estar pegado a ti como tu perro, por salir con alguien más porque según tú soy de tu propiedad-

-Bien, seamos liberales. Mañana le daré haré una visita a Jane, no debería molestarte, ahora, como su majestad no está disponible para follar iré a preguntarle a alguna chica-

Sus ojos seguían llenos de coraje pero su sonrisa me mostraba qué estaba jugando conmigo, maldito sea. Abrió la puerta, en ese instante sentí mi cordura caer.

-No te atrevas-
Cerré con magia poniéndole el seguro

-¿Ahora entiendes? ¿O quieres otra ronda de nalgadas?-
Hablaba dándome la espalda

-Entiende tu estupido, eres mío-
Se dio la vuelta caminando hacia mi tomándome de la nuca antes de que intentara huir, besándome con agresividad, poniendo nuevamente sus manos en mi trasero.

Ahora, en medio del sexo desenfrenado me pregunto cómo rayos aprendió a jugar con mi cabeza de esta forma ¿No me hizo llorar? ¿Cómo mierda me cambia de humor? Debo cambiar mis modos, creo que ya soy predecible (al menos para el)

Al día siguiente, les juro por Hela que mi trasero dolía horrores, el bastardo no se detuvo nunca, siguió golpeándome. Se sintió bien pero ahora lo odió, la ropa pica y el toque de mis dedos arde.

Moraleja: Porfavor, no hagas enojar a un Thor.

O si, tiende a ser divertido

Cuarenthorki 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora