18

2.9K 321 107
                                    

Desde que ya no íbamos al colegio y que ahora cada uno había seguido con su vocación rara vez nos juntábamos a la tarde, solo nos veíamos en el gimnasio y a la noche cuando volvía de mis estudios. Pero Chris me había invitado a su casa esa tarde, aprovechando que ahora que no tenía más clases estaba con mucho tiempo libre.

Llegué en solo unos minutos por lo cerca que vivíamos y me recibió su madre junto a Berry, la pequeña perrita de la familia Bang. Ambas me saludaron con entusiasmo y me invitó a subir al cuarto de Chris.

El cuarto estaba vacío y supuse que había ido al baño. Estudié sus cosas con la vista aunque todo seguía igual que hace unos meses. Tenía sus medallas en natación y boxeo, algunos trofeos, algunas pesas tiradas en el piso y sus enormes parlantes. Era un aficionado de la música y me había dicho una vez que si no hubiese sido boxeador le hubiera gustado ser productor de música. No pude reprimir una sonrisa al recordar sus orejas rojas por la vergüenza que sintió al hacerme esa declaración.

-Oh, llegaste - habló una suave voz detrás de mí desde la puerta.

Estaba usando ropa para estar por casa, con ropa holgada como solía vestir pero aún así podía notar a sus anchos hombros. Tenía el cabello húmedo como si recién hubiera salido de la ducha y podía notar que comenzaba a tener las raíces oscuras.

No me había dado cuenta que me había quedado parada en el lugar, viéndolo, hasta que Chris carraspeó.

-Es raro verte aquí después de tanto tiempo - comentó y se tiró en la cama, estirando su largo brazo hasta el parlante a un lado para prenderlo y poner música con su celular en un volumen lo suficientemente bajo para poder hablar.

Su cama era enorme comparada con la mía y en otro momento no hubiese dudado en tirarme en ella a su lado, pero ya no era tan natural.

Chris me vió desde la cama con una mirada triste y sabía que estaba sintiendo en ese momento. Se levantó nuevamente y se paró frente mío, juntando nuestras callosas manos. Aunque no era extremadamente alto tenía que inclinar la cabeza hacia arriba y más por la cercanía de nuestros cuerpos. No podía moverme, o más bien no quería. Tenerlo cerca, luego de tantos días distanciados, me traía la tranquilidad de siempre y calmaba los nervios que había tenido yendo hacia su hogar.

-Soojin, te invité para aclarar algunas cosas... - sus orejas estaban totalmente acaloradas y soltó una pequeña risa nerviosa-. Nunca me molestó ser tu mejor amigo ya que siento lo mismo por ti, te quiero mucho y no se que haría sin ti... pero no se cuando fue que comencé a sentir cosas que no debería. Tal vez desde siempre, tal vez desde hace poco. Pero ese día cuando te vi hablando con... Hyunjin... - se detuvo unos segundos y vi en su mirada que no solo estaba nervioso si no que también con celos. Respiro profundo para calmarse y siguió-. Cuando te vi hablando con él me di cuenta que estaba enamorado de tí y que no quería perderte. Entiendo que esa pequeña declaración haya incomodado todo y por eso no quería decirte nada y también entiendo que no quieras hablarme un tiempo pero no quiero perderte - comenzó a hablar rápido, siendo el Chris maduro y amable a quien admiraba-. Eres mi mejor amiga.

Me quedé en silencio unos segundos. No porque no sabía que sentía, ya había tenido varios días para pensarlo y estaba segura. Pero era raro tener frente a alguien que había considerado mi hermano y que ahora tenía unas enormes ganas de besarlo.

-Esta bien, no te presiones - sonrió Chris y me acarició las manos mientras se encaminaba para la puerta-. Te llevaré a tu casa si quie...

No pudo terminar. Puse mi mano en su rostro para obligarlo a girar hacia mí y le di un corto beso en los labios. Los ojos de mi mejor amigo se abrieron como platos y no dudó ni dos segundos para tomar mi rostro entre sus manos para volver a besarme pero esta vez más largo.

Era un beso necesitado pero no apasionado, era un beso donde se demostraban todos nuestros sentimientos. Aunque quería procesar este momento para poder recordarlo por siempre con lujo detalle, sus labios no me dejaban concentrarme.

Chris se alejó unos centímetros y apoyó nuestras frentes mientras sonreí embobado. No pude reprimir mi sonrisa igual de atontada hasta que una suave y familiar voz habló.

-Mejor cierro la puerta - dijo Hannah, la hermana pequeña de Chris, quien nos miraba con una pícara sonrisa y nos guiñaba un ojo antes de cerrarla. Luego gritó hacia el piso de abajo en inglés, ya que toda la familia era de origen australiano-. ¡MAMÁ! ¡Chris se declaró primero, me debes 10 dólares!

-Las voy a matar - rió avergonzado Chris y volteó a verme nuevamente, tomándome de la cintura-. Ahora ven que te quiero dar los besos que no te pude dar hasta recién - habló con voz seductora y me tiró suavemente en la cama.

boxer » bang chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora