⇾05: Argentina es aliado

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— no es que no tenga nada en contra de tus ideas Rusia, ¿pero por qué te metes en estos asuntos?. —indagó el latino a su novio eslavo.
Rusia y Argentino charlaban por vídeo llamada, el euroasiático le había planteando los problemas de su capital. Para Argentina esto solo era un tema que involucraba a Moscú y Tucumán, ellos ya no eran simples territorios como para necesitar su ayuda.

— Argentina, estamos hablando de tu capital y mi capital. Si ellos dos están juntos, nuestra relación podría fortalecerse. —explicaba el territorio de dimensiones bastante grandes mediante tenía una sonrisa poco común de él.

— lo sé. Pero es asunto de ellos, no nuestro. —aclaró. Él hace tiempo había dejado en libertad solo los sentimientos de sus provincias, él quería dejarles en claro que confiaba en todas ellas.

— vamos Argi, en serio quiero ayudar a Moscú. Unete a la causa. —pidió en un tono de suplica. A veces la potencia podía llegar a ser bastante insistente que se comportaba como un mocoso, de hecho, lo era. Rusia era mucho más joven que Argentina y aún así, muchos pensaban que en la pareja el maduro de ella era el euroasiático, cuando en realidad lo era más el latino.

— de acuerdo. Los ayudaré. ¿Qué tenían en mente hasta ahora?. —sí, Argentina quería darle solo el gusto a su pareja. No estaba de acuerdo con meterse en esto, pero solo lo haría para después cuando necesite algo del ruso, esté no le saque nada en cara.
Parecía que el argentino había olvidado un simple detalle: Santiago del Estero.
Sería difícil para los países hacer que Tucumán y Moscú estén juntos, a finales de cuentas, el tucumano ya tenía por quien desvivirse.

El plan lo había realizado el país comunista moderno. Primero iniciarían con romper aquella pared invisible de incomodidad entre ambas capitales. Para ello, necesitaban información del norteño y Argentina conocía tan bien a todas sus provincias como las leyes de su Estado.

El tucumano, por su parte, prevalecía en casa de Córdoba. Él y otros hermanos más habían ido hasta casa del mencionado para cuidar de su salud.
Tocia humo y ardía en fiebre. Sus brazos y piernas tenían pequeñas quemaduras, casi iguales como si hubiera sido hechas por un cigarro.

— sigue ardiendo el fiebre. —dijo el salteño poniendo un paño de agua fría sobre la frente de la provincia.

— Rioja fue por medicamentos. Tal vez puedan lograr hacerle calmar. —informó Santiago del Estero trayendo consigo vendas limpias para cubrir las lesiones físicas de la piel de su hermano.

Córdoba tocio humo negro, aquello solo indicaba que había quema en su territorio.
Corrientes abrió las ventanas del dormitorio para permitir que aire fresco entrara.

— ¿cómo está Tucumán?. —preguntó mediante acariciaba el cabello crespo del enfermo.

— por ahora, según él, mejor. No está como Córdoba, pero va por el mismo camino. —contestó el santiagueño. Salta suspiro con calma intentando quitar los nervios que se apoderaban de él. Los noticieros decían que los incendios en Córdoba eran difícil de controlar pero había posibilidad de que lo hicieran como lo han hecho hasta ahora en la provincia de dimensiones pequeñas.

— ¿dónde está él ahora?. —indagó al correntino.
Corrientes tan solo miraba la televisión sin prestar mucho apunte a lo que sus hermanos decían, tan solo levanto ambos hombros en clara señal de confusión.

Tucumán había recibido una llamada de la nación suya, por lo que hallo conveniente salir de la casa para hablar con más calma.

— ¿irme hasta Buenos Aires?. —preguntó sin entender al máximo lo que Argentina le pedía.

— si, necesito que vengas. Rusia vendrá por unas semanas y traerá a Moscú también. —contestó desde la otra línea.
Tucumán solo pudo blanquear los ojos en modo de protesta.

ᴘᴇqᴜᴇñᴏ ʏ ᴛɪᴇʀɴᴏ ᴇɴᴀɴᴏ | Moscú x TucumánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora