Bienvenidos, espero la novela sea de tu agrado. Por favor, todos abstenerse de comentarios haters.
La O.N.U. había exigido una nueva reunión para el miércoles que vendría luego de esa semana. Está vez estaba solicitando a los países junto a sus capitales. Quería decir que Argentina tendría que ir junto con Buenos Aires.
— vamos Buenos Aires, tenes que ir, no podes solamente oponerte. La O.N.U. dijo que tenemos que llevar a nuestras capitales. —decía de mientras golpeaba a la puerta del cuarto de su capital. El bonaerense estaba ignorando por completo todo lo que el argentino le decía—. Mira pendejo de mierda, vos me respondes cuando te hablé y abrí la puta puerta porque, sino te la tiro. —amenazó está vez pateando la puerta de madera negra de modo que sobre asustó a Buenos Aires dentro del cuarto.
— ¡tomatela'!, ¡ni en pedo vuelvo a ir a esas tonteras de la Organización tonta esa!. —gritó desde adentro de la alcoba. Se estaba arriesgando demasiado, levantarle de aquel modo la voz a Argentina no era para nada una buena idea.
— ¡serás de-...! —se contuvo. En verdad se contuvo en soltar algún insulto a su hijo.
¿Qué haría ahora?, Buenos Aires era su capital—. ¡Bueno, hace lo que se te cante el culo pibe!, ¡anda sabiendo que esté mes no te doy ni acá de plata!. —finalizó yéndose a su oficina.No había de otra, Argentina estaba solo y seguramente tendría que decírselo a las Naciones Unidas de que él iría pero sin su capital.
— eh, vieji', ¿me das pa' ir a la juntada con los compas'?. —Córdoba había ingresado donde Argentina para pedirle dinero así poder irse a algún boliche con sus amigos chilenos y algunos hermanos suyos.
— ¡¿pero vos te pensas' que la plata sale de los árboles?!.
— ¿y entonces de qué mierda está hecho el papel con el que lo hacen?. —está vez, había sido el norteño el ganador de la pelea.
— mira papi, anda sabiendo que la última vez te di mil pesos y te lo gastaste en una sola noche. ¡Cuida!, ¡Cuida porque no te doy ni una mierda más!. —le advirtió el cordobés de mientras de su billetera sacaba el dinero suficiente que su hijo necesitaría.
— ¡dale culiao'!, ¡¿qué mierda son mil pesos ahora?!. —refutó. Argentina volvió a guardar la plata.
— ¡ah!, ¿entonces no queres?. —preguntó con un tono irónico de mientras devolvía los mil doscientos a su billetera.
— no, no; si te hacía jueguito' noma' viejito' mío. —se apresuró a ir y besar al argentino de modo que lo endulzó para que esté le de los billetes naranja y azul.
— toma, ¡toma y raja' a perderte en el centro!, ¡haceme' el favor!. —se los entrego en la mano para luego señalar a la puerta de salida.
— eh, te bichie' sin querer gritándole al Buenos Aires, ¿qué pasó con el pelotudo ese ahora?. —Argentina suspiro con demasiado pesadez, intentando calmar el dolor de cabeza que últimamente estaba teniendo demasiado. Esto a Córdoba le preocupaba demasiado, la salud de su padre siempre fue importante para él – aunque no lo demostrara –.
— nada, solamente se puso boludo otra vez. Se supone que el miércoles debo ir a Estados Unidos para una puta junta y debo de llevarlo a él, pero se hace el "hermoso", no quiere ir. —le explicó a su hijo de mientras acomodaba los papeles sobre su escritorio. Tendría que empezar a redactar una carta de disculpas en nombre de Buenos Aires.
— ybue', total, no es la única Capital que tenes. —el celeste y blanco miró a su norteño con extrañes—. Llevalo' al Tucu, hace banda que el chango quiere estar con vos, pero ni bola le das.
— ¿A Tucumán?, ¿vos te estas oyendo las macanas que me estas diciendo, Córdoba?. ¡El chorro ese, se va a llevar hasta el agua del florero!. —exasperó. Obviamente Córdoba se enfado con aquel comentario de su padre, defendía a su hermano y odiaba tener que oir a los demás insultarlo solo por ser la provincia con mayores robos y asaltos del país.
— ¡pero escuchate' noma' como hablas de él!. Hay si, la gran cosa que sos vos siendo el que más corrupción tiene. —lo último hirió bastante a Argentina, no solo porque se lo dijo uno de sus hijos, sino porque era verdad.
— ¡mira pendejo, vos a mi me respetas!. —exigió.
— y vos delante de mí vas a hablar bien de mis hermanos. —exigió con una misma tonalidad de la de él. Córdoba suspiro quitando los nervios de adentro y continuó: —. Mira', dale una chance. Capa' y te vaya a sorprender.
— cuantito sea cosa que él vaya a hacer algo que me deje en ridículo, sabe lo que vos vas a tener la culpa.
Sacando de lado el tema de que el tucumano podía ser alguien... Especial; él fue bastante importante en la vida de Argentina. Es su pequeño hijo, después de todo, aunque nunca estuvo de acuerdo con él con aquel tema de 'tomar las cosas prestadas'. En Tucumán firmó la declaración de su Independencia. Lucho batallas junto a él y lo llenó de orgullo. Cada 9 de Julio era su Capital y, tal vez, explicándole a O.N.U. lo sucedido, no habría problemas con que él pueda ir a la reunión.
— ¿ir a una reunión con vos?. —el de blanco y celeste quedo bastante sorprendido con aquella propuesta de su padre.
— si. Esté miércoles, ¿qué decís?. —volvió a preguntar.
— ¡Cla-claro!, digo... ¿No sería Buenos Aires el que tendría que ir por ser tu Capital?. —indagó él está vez.
— si pero... Hubieron algunos problemitas. En fin, ¿venís, si o no?.
— ¡pos' ya te dije que si pa'!. —tuvo que apartar un poco su oído de su celular por sentir tan fuerte la voz de su hijo.
— dale papi, entonces te esperó acá. ¡Ah! Y Tucumán, —lo detuvo antes de que cortara— no traigas al quirquincho ese tuyo.
— eh, aguanta que su nombre es Romina, no 'ese'.
Dale, entonces se la dejo al cuidado de Santiago.— ¡hace lo que quieras con ese animal, pero no lo traigas!. —finalizó la llamada. Argentina suspiro nuevamente – ultimamente lo ha estado haciendo demasiado que aparentaba el estar enamorado, cosa que es así pero no para el exageramiento –.—. ¿Por qué precinto que va a robarse todo lo que vea?.
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ᴘᴇqᴜᴇñᴏ ʏ ᴛɪᴇʀɴᴏ ᴇɴᴀɴᴏ | Moscú x Tucumán
Aléatoire𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀: En está novela leerán un shipp, tal vez, nuevo. Moscú x Tucumán ··· "ー 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙗𝙖𝙨𝙩𝙖𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙣𝙖𝙣𝙤 𝙮 𝙩𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙖 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙯 ... 𝙢𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖." Buenos Aires estaba arto de tener que asistir a las reuniones de...