[cicatrices]

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Había pasado una semana desde el suicidio de michael. Hoy era el día del entierro. Tenia unas palabras escritas en una servilleta. Desde su muerte los días eran mas oscuros y mas fríos. La tarea de aguantar las lágrimas cada ve era mas complicada. Le echaba tanto de menos que dolía en el pecho. Los segundos parecían minutos, los minutos, horas, y las semanas...años. Los enfermeros entraban y la salían de mi habitación constantemente ya que no quería comer, ni salir, solo quería alejarme de todo. Realmente quería morir. La vida sin Michael clifford era muy dura. Cada día estaba mas aterrorizada de las cosas. Volvía a tener pesadillas. Oía susurros detrás de las paredes. Una sombra oscura con capucha me seguía y a veces me estrangulaba. Tenia algunas marcas de dedos en mi cuello debido a sus dedos apretandome.

Salí de mi habitación por primera vez en días y camine hasta las afueras del jardín donde se encontraba el cementerio. El dia estaba nublado, gris, triste. Me senté en una de las sillas. Solo el director y tres médicos mas asistieron. Trajeron el ataúd y lo metieron en el agujero. La lluvia hizo correr a los demás alejándose de allí. Yo me quede, con michael. Mire la servilleta, me limpie las lágrimas y la tire al hoyo junto a su ataúd.

-Te quiero- susurré. El ataúd se cubría poco a poco de tierra creando un vacío mas profundo dentro de mi. Todos iban a morir por michael clifford.

Camine por la tierra húmeda empapada. En mi cabeza planeaba el plan mas macabro nunca creado. Iba a matar a todos. La sombra negra caminaba a mi lado.

-Todos merecen morir, Ayleen.- dijo su voz grabe. -Si michael estuviera aquí te diría que los mataras- tenia miedo, estaba asustada. Quería correr. Comencé a llorar y la sombra se esfumo. Tenia sueño, tenia hambre, tenia miedo, tenia el alma echa pedazos. Los médicos me encontraron y me llevaron a mi habitación. Ellos me cuidaban ya que estaba en cuidados intensivos. Me tumbaron en la cama y me inyectaron veinte mil sueros y me trague treinta pastillas diferentes.

-Tus defensas están cayendo en picado. Tu insomnio empeora por instantes. Tu cuerpo esta pidiendo comida a gritos.- dijo el medico leyendo un papel a través de sus lentes. -nos comentastes el otro día que tenias pesadillas y desmayos. Vos a hacerte un tag para estar seguros de que no tienes un problema cerebral- mas pruebas añadidas a la lista. Estaba echa polvo. Este sitio no hacia bien a nadie. Una vez aquí sabias que ibas a morir.

-Ayleen, te quiero- susurro michael. Me gire rápidamente. "No es real" repetía mi mente constantemente mientras me limpiaba las lágrimas.

-También estamos teniendo en cuenta tus alucinaciones- concluyo el medico-Bueno vamos a inyectarte el suero para el sueño y así podrás dormir- me clavaron la aguja en el cuello y el efecto fue inmediato consumiéndome en un sueño profundo.

Estaba oscuro, no veía nada, algo mordiéndome el tobillo me hizo gritar de dolor. Sentía los pinchos clavados en mi piel. Notaba unas garras arañandome el pecho. Sentía la sangre escurriéndose por mi piel. si es tan real  no puede ser un sueño. Grite un auxilio inútil. Nadie me oía. No veía absolutamente nada. Una respiración feroz que caminaba por la habitación me aterrorizaba. Sonidos de disparos me llevaron al llanto consumiendo mis ganas de seguir con vida. El llanto de una bebe hacia eco por la habitación acompañado del chillido de una niña. Tenia miedo. Demasiado miedo. Seguía perdiendo sangre. Me estaba mareando. No iba a poder aguantar consciente mucho mas. Ojala muera desangrada. El grito de la niña en mi oído me hizo gritar a mi también y levantarme de la cama asustada y llorando. No puede ser. Era todo una pesadilla. Continuaba llorando desesperadamente. Moriría de susto a este paso. Michael entró alarmado por la puerta y corrió a abrazarme. Sus cálidos labios me envolvían y sus suaves labios estaban apoyados en mi frente.

-Tranquila pequeña. Estoy aquí contigo, no te dejare, nunca- y michael se esfumo como si fuera polvo con el "nunca" habiendo eco. Las lágrimas seguían escurriéndose por mis mejillas. El dolor de mi pecho cada vez era mas real. La realidad me golpeaba mas fuerte de lo que lo habían echo mis padres en mi infancia. Recuerdo a mi padre gritar y pegarme con un látigo mientras yo estaba atada a un poste de madera. Desde entonces jure que me vengaría. Un día, mientras dormía,le até, le corte las comisuras de los labios y le pegué latigazos por todo el cuerpo. Al gritar de dolor las heridas de sus comisuras se abrían mas y mas hasta que murió desangrado. Y esa es una de las diversas razones por las que estoy aquí. Contemple mi cuerpo que seguía teniendo cicatrices por todos los lados.  todas contaban una historia y todas tenían algo en común, eran la razón por la que estaba aquí. Encendí mi cigarro tumbada en la cama sin saber mi que hora era, ni que día era, ni en que año me encontraba. Recordaba cada uno de los asesinatos que había llevado acabo con estas manos por venganza. Mate a mi madre, a mi mejor amiga, a mis amigos... Al único que no maté fue a mi hermano, lo mató el cáncer. Antes era el único que me protegía. Era el único que detenía a mis padres cuando me encerraban en aquel único sótano. Era el único que me abrazaba y me consolaba cuando estaba aterrorizada. El único que curaba mis heridas cuando mi padre me pegaba. El único que tenia, y me dejo, al igual que lo ha echo michael. Mi mente reprodujo el sonido de mi hermano y sus ultimas palabras antes de que el cáncer le consumiera. "-No dejes que nadie te utilice y te haga daño, eres mas fuerte que todos ellos-" lloraría pero me había quedado sin lágrimas. Todas las piezas encajaron en mi mente. Todo esto era culpa del director. Siempre vigilandome. Iba a pagar por toda esta mierda. Iba a matarle. Iba a rogar por su vida, pero no hay suplicas que valgan. Iba a mancharme las manos de su sangre. Me levante furiosa de la cama y camine hasta el despacho del director. Por el camino rompí un espejo y cogí el trozo mas grande para usarlo de arma. Una vez tuve la puerta delante de mis narices pegué una patada y la abrí dejando a la vista a el director leyendo unos artículos. Me acerque a el con el espejo amenazándole.

-Ayleen, tranquila- dijo el aguantando el miedo. Un calambrazo hizo que soltara el arma y me retorciera de dolor. Me pego un puñetazo y me encerró en una sala con 500 estanterías llenas de carpetas. El historial de pacientes.

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Holaaa. Poco corto, lo se, pero ya ha habido otro cap. Solo decir que me he obsesionado con este fic y que me encanta subir cap porque muero de dolor y aj soy masoca. Tengo millones de ideas que me encantaria llevar a acabo. Estoy bastante orgullosa de como me esta quedando, incluso de matar a michael aunque yo le hamo. Solo aclarar que NO PIENSO DEJAR INMORTAL, NUNCA. Me encanta inmortal solo que ahora mismo queria subir en esta. Esta semana no estoy segura de que pueda subir y no me pondre fechas porque luego escribo los capitulos como la mierda y justa de tiempo y prefiero tomarmelo a mi tiempo y que me queden bien. Votar y comentar sldkwlfjwlj also follow me on twitter @hemmoftpenguins

Os quiero, hemmo, x.

Sanitarium [Michael Clifford]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora