RWBY ZERO

Capitulo 82

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Beta-ed por Ryujomaru15

Arte de la portada: nytemarezero300

Kirei se desesperó tan pronto como cayó la cúpula de barro de Salem, el cuerpo de Kiritsugu se desvaneció en un centelleante polvo de zafiro.

"Ganó", señaló el sacerdote sin comprender. A pesar de su enfoque en el Asesino de Magos, no era tan tonto como para pensar que su adversario estaba igualmente preocupado por él. Su objetivo había sido la destrucción de la Reliquia y en ese asunto, lo había logrado con gran éxito. Y con el intento de la Reina de alterarlo frustrado, había salido victorioso de su encuentro incluso cuando pereció.

" No " , siseó Salem, sus puños apretados con furia lívida. "No, no ha ganado. No me ha vencido. Sólo ha retrasado lo inevitable. Mi mundo vendrá y el mal se convertirá en este reino. Su preciosa nieta será mi heraldo. Y el Héroe de la Justicia puede mirar hacia abajo desde el Trono y la desesperación por cómo su cobardía una vez más le ha fallado por completo ".

Kirei suspiró. Golpeó al insectoide Grimm de su pecho, poniéndose de pie. Incluso entonces, mientras se obligaba a moverse con cada gramo de su voluntad, podía sentir la agonía de su cuerpo devastado. Su aura todavía estaba intacta y sus circuitos mágicos no habían tenido suficiente prana corriendo a través de ellos para paralizarlo cuando la Ronda de Origen golpeó, pero sus habilidades de mago aún estaban irrevocablemente paralizadas. Además, el hecho de que recibir dos disparos en el pecho con balas de alto calibre generalmente no influye en la salud de nadie. Si no fuera por la curación de su aura y el insecto de Salem, y la dura resistencia proporcionada por su nuevo cuerpo y el entrenamiento de Ejecutor, nunca hubiera vuelto a respirar, y mucho menos caminar.

Sin embargo, todavía era un hombre muerto caminando. Los copos negros que se desmoronaban constantemente de su piel gris eran prueba suficiente de que su cuerpo se estaba pudriendo tal como Salem le había advertido. Era una construcción incompleta, y sin su combustible constante para mantenerla unida, colapsaba bajo el peso de su alma, un proceso que solo aceleraba con la Ronda de Origen.

Kiritsugu había comprado a sus aliados quince minutos. Kirei no tenía ninguna duda de que estaría muerto antes de que se levantaran.

Nunca vería el nuevo mundo. Nunca sabría si había un lugar donde mereciera existir. Había una cierta tristeza en eso, una que le dolía el negro corazón.

Pero apenas estaba roto. Sabía las posibles consecuencias cuando tomó su decisión y las aceptó. Si este era el precio que tenía que pagar por la satisfacción, que así fuera. Kiritsugu pudo haberse deslizado entre sus dedos una vez más, pero no podía perder el tiempo en eso. Tenía que seguir avanzando, avanzar hacia su mayor premio, su brillante esperanza.

Rubí.

"¿Donde esta ella?" preguntó, con una mano en la pared para ayudarlo a pararse. "Necesito ir con ella."

"No."

"¿Qué?"

Salem se volvió hacia él, su rostro sorprendentemente libre de ira. "Estás herido. Si descansas en el pozo, existe la posibilidad de que pueda detener la descomposición hasta que las Reliquias completen su tarea".

"O hasta que destruyan a otro," respondió Kirei, mordiéndose los dientes. "Los héroes son más capaces de lo que les crees".

"Todavía se enfrentan a héroes más grandes", declaró Salem. "El nuevo mundo llegará y me gustaría que tuvieras la oportunidad de vivir en él".