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Laberinto


Era el día número cinco - lo tenía muy presente- tenía que correr con su madre para no perder la invitación, la verdad no le gustaba ir. Madre era la encargada de hablar y hablar con las señoras que estaban allí, y padre solo negaba o afirmaba algunas preguntas y él, bueno él solo podía jugar con los hijos de ellos, era tan aburrido.

—Draco querido ¿estas listo? —Preguntó madre.

—¿Tengo que ir?

—Draco, no se responde con otra pregunta, pero sí, debes de ir.

—Pero yo no soy amigo de nadie. Todos son raros y el único que a veces juega conmigo no estará.

—Oh, mi dragón, lo lamento tanto.

Y aun así fue obligado a ir a la fiesta del nuevo parlamentario o cenador, ya no recordaba. Los hijos de los amigos de sus padres o de los demás invitados eran unos aburridos. Nadie salir a investigar el laberinto. Había leído tanto de ellos que ya quería entrar, pero nadie se animaba a ir con él.

—Padre- llamo bajito para que ese no se molestara, cuando noto la mirada de su padre sonrió y hablo bajo—. Puedes ir conmigo al laberinto, por favor.

Su padre le miró y negó suavemente, luego sonrió—. Draco esto es importante, ve tu con un chico.

—Nadie quiere ir conmigo. —con su pequeño pie pisoteó el suelo e hizo un puchero.

—No hagas berrinches. Ve a buscar a alguien.

—Bueno.

Con sus mejillas como ardilla y los ojos rosados, miró a su madre hablar con mujeres que vestían casi como su madre, aunque madre siempre era la mejor y la más bella.

Cuando recibió otra negativa, se aventuró a ir solo. -No ocupaba a nadie para ir a ver el laberinto —Mala idea. Aun no lo recuerda bien, pero solo al entrar todo quedo negro. Cuando abrió los ojos sus padres con él, lado a lado. Madre llorando y padre con ojos preocupados.

—No vuelvas a hacer eso, dragón.

—¿Qué Paso?

—No te encontrábamos, y cuando recordamos tu entusiasmo por el laberinto te buscamos allí, pero...

Madre se calló, y él se sintió mal, su madre estaba triste y era su culpa.

Prometió nunca volver a ese laberinto o algún otro, a pesar de que algo llamaba dentro de ellos y le retumba la cabeza cuando los miraba.

Perspectiva de una vida diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora