02 - nightly

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tapé a jisung con su frazada de dinosaurios, dándole un beso en la frente, como siempre hacía antes de apagar la luz de su habitación.

me puse mi abrigo y salí a caminar, al menos para aclarar mis ideas, esperando a que mi cerebro me diga qué es lo que quiere de mí.

mi vecindario solía estar bastante oscuro por la noche, no teníamos muchos vecinos, y si los teníamos, ellos siempre apagaban las luces de afuera al irse a dormir.
totalmente unos excéntricos.

caminé un par de cuadras, llegando a una pequeña plaza, la cual era a penas iluminada por un farol al centro de esta.

parecía no haber nadie, así que me desmotivé un poco, aunque aquello no duró mucho.

en una de las bancas pude ver a una jovencita de unos diecisiete años. llevaba una corta falda negra y un top del mismo color. sus medias de red combinaban sus borcegos con cordones rojos.

bueno, de cierto modo sus cordones combinaban con mi cabello al ser del mismo color.

— ¿no hace un poco de frío para estar vestida así? — pasé mi abrigo por sus hombros, notando a pesar de la escasa luz cómo su sonrisa se asomaba —. entonces ¿esperas a alguien?

— uhm... podría decirse que si, pero no a alguien en específico — tomó mi mano, entrelazándola con la suya —. puedo hacerte un favor, a cambio de una pequeña recompensa.

si no supiera a lo que esta chica se refería, sería un completo fracasado.
para ser honesto, me veía realmente tentado a su oferta.

— ¿cuál favor? — me hice el desentendido —.

deslizó su mano por mi entrepierna para luego agacharse, posicionándose frente a mi.
la ingenuidad de esta muchacha me provocaba demasiada gracia.
¿en serio se creía que sería tan fácil?
al menos no conmigo.

intentó besarme, pero en su lugar introduje mi dedo medio en su boca. no pensaba besar a una completa desconocida, los besos no estaban en mis planes ni jamás lo estuvieron.

mis besos eran sólo para jisung.

aun así gimió ante esto, llevando su boca a mi miembro, moviendo su lengua astutamente.
parecía como si diera todo de ella por hacerme gemir, pero por más de que esté disfrutando de sus movimientos, no iba a hacerlo.

un poco de sexo oral no era algo que me satisfaga tan rápido, quizá para cuando me aburra, pero no caminé tantas cuadras sólo para que una prostituta me la chupara.

tomé su rostro en mis manos, haciéndole una seña de que se levante.
los dos nos levantamos, dejando nuestros cuerpos bastante cerca.
ella quería probar mis labios, así que esta vez introduje mis dos dedos en su boca, mientras que con mi otra mano bajaba su falda de a poco.
una vez me había deshecho de ella, decidí cambiar su posición.

con sus rostro en la banca, sus manos en su espalda y sus rodillas dobladas, bajé sus medias de red para luego estimular su clítoris.

una vez lista, introduje mis dedos en ella, por más que su vagina ya esté adaptada.
parecía que esta chica vendía su cuerpo más de seis veces al día.

si mi teoría era verdad, me aseguraría de ser el único capaz de provocarle tal excitación.

repentinamente introduje mi miembro dentro de ella, escuchando sus audibles quejidos, los cuales me motivaban a ser más agresivo.

mi gentileza había finalizado, no habían más que fuertes estocadas y sus odiosos gemidos, los cuales se convirtieron en continuos orgasmos.
no paraba de repetir lo bien que se sentía, o eso intentaba, ya que su voz se entrecortaba.

finalmente acabé en su espalda, provocándole leves escalofríos y dejándola rendida completamente.
echada en la banca de madera, me miró sonriente.

— por favor, vuelve siempre — soltó con un poco de dificultad a causa de la falta de aire —.

dejé el dinero junto a ella, mirándola desde arriba con una pequeña sonrisa en mi rostro, la cual no expresaba más que ego.

me retiré del parque, debía llegar rápido a casa para verificar si jisung se había dormido. ese pequeño era capaz de esperar a que me fuera sólo para bajar a comer galletas.

dejé mi abrigo en el perchero de madera que estaba al lado de la puerta principal, instantáneamente notando que había olvidado algo.

toqué mi cabello rojizo en busca de mi goma del pelo sin poder hallarla.

¿se me había caído en el camino?

aquella coleta era muy importante para mi, solía usarla de brazalete por su apariencia delicada.

lo que más me importaba era... que fue un regalo de jisung antes de mudarnos, por eso le tenía tanto aprecio.

hablando de jisung, ¿qué es ese molesto ruido proveniente del piso de arriba?

sin antes dejar unas cosas en el sótano, subí apresurado las escaleras, encontrándome con sus extraños pasos de baile y música clásica de fondo.

definitivamente no podía dejarlo solo ni un segundo.
es un niño, no puedo retarlo por hacer estas cosas, es normal a su edad la falta de sueño.

— yuta, baila conmigo — bajó de su cama tomándome de la mano — o mejor dicho, baile conmigo, apuesta doncella — besó mi mano entre risas, haciéndose pasar por un príncipe — iugh, que feo olor — hizo una mueca de disgusto, volviendo a bailar otra vez —.

se lo veía tan feliz que no pude retarlo, me encantaba verlo así, haría lo que fuera porque esa sonrisa dure para siempre.

así que simplemente accedí a bailar con él un vals improvisado.

la diferencia de estatura era demasiado grande, tanta que se veía infantil y tierno con su pequeño pijama, bailando casi a saltos.

luego de bailar por unos minutos, terminó por cansarse y tirarse a su cama, así que lo acompañé.

— yuta, duerme conmigo — susurró en medio de un bostezo —.

— ¿hm? ¿no estas un poquito grande para dormir conmigo? — peiné su suave cabello con mis manos, esto lo hacía cerrar de a poco sus ojos —.

— hasta que me duerma — me miró con sus entrecerrados ojitos — ¿puedes?

luego de pensarlo un poco, acepté sin decir nada, simplemente apagando la luz de la mesita al lado de su cama.

tenía asuntos pendientes todavía, pero no podía resistirme a sus peticiones.
después de todo era mi hermano, no podía negarle nada.

mañana será otro día, aún tengo tiempo para idear mi plan.

KiDNAP 誘拐 YUMARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora