Capítulo 10

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CAPITULO 10

Ya todos se habían ido a dormir, después de haber acabado con todo el té y pastel tan delicioso que había preparado Pinako con ayuda de Alphonse.

Mustang y sus hombres, se encontraban descansando plácidamente en un hotel de los alrededores.

— Coronel... No creo muy adecuado lo de compartir habitación. — Musitó nerviosa Riza Hawkeye mientras de sus maletas sacaba un camisón para dormir, demasiado bonito y escotado.

"Porque habré traído solo esto... Me maldigo a mi misma por distraída" Pensó la hermosa rubia, mientras examinaba con extrañeza su pieza de pijama.

— Dime Roy... Después de todo estamos fuera del trabajo. — Dijo con tranquilidad el pelinegro mientras salía del pequeño baño con el cabello mojado, un pantalón gris y el torso desnudo.

— No creo que sea posible... — Riza se hacia la indiferente mientras miraba de reojo a su coronel.

— Oh vamos, Teniente debes relajarte más. Y con lo que respecta a compartir habitación, solo quedaban estas habitaciones y todas eran pares... Era esto o dormir con Havoc, o el Mayor Armstrong en una cama matrimonial...

No era una habitación muy grande, pero era bastante agradable, tenía un bonito empapelado beige, con bonitas rosas rojas pintadas en el. El suelo estaba completamente alfombrado de un oscuro color azul, dos camas separadas por una pequeña mesita de noche color caoba ocupaban casi todo el espacio de esa acogedora habitación. En la pared del frente había un gran armario, que ahora contenía las maletas de estos viajantes, y a su lado la puerta del pequeño baño.

— Supongo que no tengo otra opción... — Riza tomó su cabeza entre las manos con aires de resignación.

— No, no la tienes subordinada. — Expresó animadamente el alquimista de fuego mientras una extraña sonrisa provocativa se formaba en sus labios.

— Debería dormir coronel, tiene que madrugar — Ignorando su comentario mientras se dirigía al baño para darse una ducha.

— Debería... — Dijo para el mismo mientras se acostaba bruscamente en su cama y comenzaba a mirar el cielo por la ventana.

Riza le dirigió una última mirada y entró al baño...

Roy se sentía inquieto, estar tan a solas con su subordinada le revolvía el estomago de nervios, muchas veces habían estados solos ya, pero en este tipo de situaciones todo era diferente, estaban fuera del trabajo y en él brotaban esos extraños sentimientos indefinidos, ese acuciante anhelo de tenerla siempre con él, ese miedo a perderla, ese sentimiento tan parecido al amor que se negaba a reconocer.

El alquimista cerró sus oscuros ojos, intentando aplacar esos sentimientos que brotaban sin compasión alguna de su corazón o presión arterial, porque su corazón estaba comenzando a latir muy fuerte.

De pronto una viva imagen asaltó sus pensamientos y a su vano esfuerzo por calmarse. Un recuerdo de aquella noche... La noche en que el Coronel Roy Mustang llevó a cabo el pedido de su agonizante subordinada, tras terminal la guerra de Ishbal.

No estoy seguro de esto...

Por favor... — Su susurro me debilitaba por dentro, sentía que no podía negarle nada, incluso algo como eso...

Porque he de recordar tan claramente algo tan doloroso? Lo recuerdo tan bien... El calor, en mis manos y en su espalda, el dolor... el hedor de la piel quemada, sus delicadas manos convertidas en puños contra la pared y su casi silencioso llanto...

Falso Corazón de MetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora