Capítulo 6

637 46 4
                                    

CAPITULO 6

Pinako, Winry y Alphonse se encontraban en el pequeño taller, donde la abuela y Win se pasaban horas y horas trabajando por el bien de sus clientes y a espera de buenas noticias de su única familia, los hermanos Elric.

Por lo que vale destacar que ese taller era mucho más que una simple habitación especial. Era un refugio, como un abrazo cálido en invierno, sede de pasiones por la mecánica y simple entrega al oficio.

— Muchachos, creo que supondrán el porqué de traerlos hasta aquí. — Dijo la abuela Pinako llevándose la pipa a sus arrugados y graciosos labios.

— Supongo que es algo importante, y que se debe tratar en privado. — Respondió Alphonse en voz baja con tono de emoción en su voz.

— Así es. Trata de Edward. Mañana es su cumpleaños y tengo planeada una sorpresa. Lo siguiente, es lo que haremos y quiero que presten atención...

Mientras tanto Edward estaba recostado en el sofá de la pequeña sala con un libro de alquimia sobre su rostro y los brazos debajo de la cabeza intentando tomar una siesta.

"Maldición en que estaba pensando... No tengo remedio, no, si es obvio que con la idiotez se nace." Pensaba el Ambarino, a modo de reflexión, o mejor dicho auto represión.

"Sin embargo... Que labios tan suaves, que piel tan sedosa, que mirada tan estremecedora, que cabello tan largo y hermoso, cuanta perfección... Simplemente perfecta".

Los minutos pasaron y Edward, seguía ahogándose en sus pensamientos recostado en el sofá. Hasta que escucho una serie de pasos que se dirigían desde el taller, en dirección hacia las escaleras. Se quitó rápidamente el libro de la cara y fue cuando la vio.

— Winry...

— Oh... no te había visto. — Contesto Winry intentando verse indiferente.

— Estuve pensando demasiado, y creo que deberíamos hablar. — Musitó el hermoso rubio mirándola a los ojos, nervioso.

— Eh...

Ambos fueron interrumpidos por Pinako y Alphonse que venían del taller.

— Pero miren la hora que es! Ya casi es de noche! Y no prepare la cena!

— Abuela, ¿necesitas ayuda? — Dijo Winry por pura cortesía, en realidad Edward le debía una charla.

— No, hoy vas a descansar, niña... — Un gran alivio invadió a Winry, al fin podría hablar con Edward. — Hoy me ayudara el enano. — Pero al parecer no iba a ser en ese momento.

— Que yo QUE! — Exclamó Edward Impetuosamente.

— Hoy me vas a ayudar con la cocina! — Repitió Pinako desafiante.

— Por qué iba a hacer yo algo así? Vieja LOCA!

— Porque no hiciste nada productivo en todo el día niño!

— ME NIEGO!

— Atrévete a negarte y te quedaras mirando como cenamos, porque no pienso alimentar a vagos! ENANO.

— ¿A QUIEN LLAMAS PARTICULA QUE TINES QUE VER CON UNA LUPA EHH?

Winry y Alphonse que se habían quedado entretenidos viendo la escena, y opinaron al mismo tiempo:

— Nadie dijo eso Edward.

Luego de un rato de peleas y gritos Ed. Tuvo que aceptar a la fuerza, ayudar a Pinako y ambos se encaminaron hacia la cocina.

— Creo que daré un paseo por ahí...— Dijo Winry resignada una vez que Ed. y Pinako se alejaron.

— ¿Te importa si te acompaño? Tampoco tengo algo para hacer. — Preguntó la armadura que se encontraba rígida a su lado.

Falso Corazón de MetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora