Capítulo 5

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CAPITULO 5

"Que estoy haciendo? Parece mentira... ¿La bella mujer que tengo en mis brazos ahora mismo es Winry? ¿Mi pequeña amiga de la infancia? No debería seguir con esto... En realidad esto es inconcebible, como yo..." Los pensamientos de Edward fueron interrumpidos por un suspiro de su amiga. Entonces fue cuando la vio, indiscutiblemente hermosa, con sus ojos cerrados y expresión inescrutable.

"Tiene que ser mentira... Una broma de mal gusto, un sueño del que seguro pronto despertaré" Pensaba Winry mientras sus manos se convertían en tensos puños, con sus ojos aun cerrados.

"Tengo que estar completa y descarriadamente loco" Pensó Edward sin poder controlarse mientras se acercaba lentamente a sus labios.

Sus labios rozaron los de Winry y esta sorprendida abrió rápidamente sus ojos, sus puños se tensaron más, clavándose así, las uñas en las palmas de sus manos.

Winry con temor a que ese divino momento terminara inconcluso, se acercó impetuosamente para completar el beso. Ambos labios se movieron dudosos, inexpertos y confusos. Esos sentimientos no dichos, esa confusión, ese cariño, eran palpables en el aire. El tierno beso no duro mucho hasta que de pronto.... Un llamado en la puerta interrumpió el momento.

— Hermano...— "Toc, toc, toc"— Disculpen, no es mi intención interferir en su trabajo, pero hay una llamada en espera, urgente, del cuartel general.

Ambos despertaron rápidamente de su ensueño tan perfecto y Edward se alejó al acto, enmudecido por la sorpresa. Se sonrojó rápidamente y sin saber que decir saltó rápido de la cama.

— Ehh... Arg! TONTA!— Se quejó el Rubio mientras se tapaba la cara con su mano de metal y una gota de sudor caía por su frente.

— Tonto tu! Yo no hice nada! — Se excusó la ojiazul que seguía sentada en la cama, tapándose media cara con sus extensos y dorados cabellos intentando ocultar el rubor de sus mejillas.

Quitó su mano de la cara para verla con una mirada inescrutable...

— Hermano. — Toc, toc, toc— Hermano, dicen que es urgente, si tuvieras la gentileza de apresurarte...

— Diles que en un segundo los atiendo, Al. — Contestó firmemente sin dejar de observar a Winry, antes de que su hermano terminase la frase.

— Está bien. — Tras la respuesta, sonidos de pasos en la escalera retumbaron por el pasillo.

Ambos se seguían mirando hasta que Edward corrió su mirada para buscar su ropa, se cambió rápidamente, tomó con una mano su gabardina roja del perchero y se la echó al hombro mientras con la otra mano, se peinaba su dorado flequillo hacia atrás en gesto de seriedad. Se dirigió hacia la puerta sin decir nada y se fue, sin importarle los últimos detalles que le faltaban a su automail.

— Ed! — Exclamo Winry levantándose rápidamente de la cama y corriendo hacia la puerta. Pero el muchacho ya había bajado las escaleras.

"Después de todo parece que era un sueño... Ahh mi primer beso." Pensó, mientras se tocaba los labios.

Winry confundida decidió quedar sola un tiempo para relajarse y asimilar todo lo que había sucedido, se dio una ducha caliente, se aliso el pelo y busco su atuendo mas cómodo. Luego de la hora y media aproximadamente, bajó dudosa la escalera, pero un poco más relajada y escuchó unas voces que venían de la cocina, y se acercó un poco más para poder distinguirlas. Los hermanos se encontraban charlando.

— ¿Estás seguro de partir pasado mañana, hermano?

— No quiero andar de viajes tediosos en mi cumpleaños, Alphonse, Mustang puede esperar, y si no le agrada que vaya a calcinar él mismo a esos vándalos husmeadores.

— Como digas... — Respondió dudoso el menor.

Win se dirigió con paso lento hacia la cocina, en un intentó de averiguar cómo reaccionaría Edward, y se encontró con los dos. El muchacho de más baja estatura que su hermano menor de hojalata, se encontraba engullendo un sándwich y al verla se detuvo en seco y tragó con dificultad.

— Winry! Que gusto verte. — Exclamó Alphonse.

— Bueno... Creo que me voy a estudiar un rato. — Dijo mientras terminaba de comer su sándwich — Alphonse, Winry. — Dijo a modo de saludo seguido de una simpática sonrisa, mientras se echaba a caminar hacia la sala.

— ¿Pasa algo? — Le susurró Al a su amiga, quien miraba al mayor alejarse decididamente.

— No lo sé... — Susurró con la mirada perdida a modo de respuesta.

— Winr...

— Que suerte que los encuentro niños! Tengo algo de qué hablar con ustedes. — Interrumpió Pinako — Síganme al taller.

Al se puso en marcha y Winry ensimismada en sus pensamientos se quedó parada en su lugar. Hasta que Pinako la agarró del brazo y la puso en marcha a la fuerza.

— Vamos! Winry vamos!

"Más le vale a ese enano que no esté evitándome..." Pensó Winry mientras giraba su cabeza para mirar por donde se había ido.

CONTINUARA!

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