Capítulo 4

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CAPITULO 4

Edward se sintió un poco nervioso, su corazón comenzó a latir audiblemente.

— Si, Dime. — Contesto en voz baja.

"Como se lo digo... Qué debería preguntarle? Debería preguntar si lo que dijo Al es cierto? Y si me contesta que no? Podría aceptarlo sin derramar una lagrima? No estoy segura, suelo ser demasiado impulsiva. Pero... si me dice que si? de ser así, que haría? Saldría corriendo? Me sonrojaría? Podría al menos formular una respuesta? Tampoco estoy segura de ello..."

Pensó Winry mientras realizaba su trabajo por puro instinto con la mirada perdida.

— Win ¿pasa algo? En qué piensas? — Miró confundido el rubio a su amiga esperando una respuesta.

"O Dios... que le digo? No estoy lista para contestar, necesito una distracción cambiar de tema pero que... Lo tengo!" Pensó rápidamente Winry.

De pronto sin que pasara un segundo más, se pudo escuchar el sonido de engranajes, seguido al acto de un fuerte grito de dolor angustioso.

Las conexiones a los nervios, era lo que Edward más odiaba en la vida, el dolor era casi insoportable. Según Edward se asemejaba a cuchillos calientes atravesando la piel y carne, pero aun así, siempre daba lo mejor de sí para no derramar ni una lágrima. Al parecer este no era el caso, porque al sentarse en la cama y mirar desconcertado a su amiga, lagrimas traicioneras de dolor y frustración caían de sus ojos.

— PERO, QUE DEMONIOS WINRY ROCKBELL!

— Ed... Lo siento! tenía que hacerlo rápido — inventó una excusa.

— YA, YA, No importa. — Contestó el rubio frustrado mientras sacudía su cabeza y secaba sus lagrimas.

— Ed...

— Ya! Dímelo de una vez Winry! Déjate de rodeos, por favor, sea lo que sea sabes que te voy a escuchar, no hace falta que me tortures con la conexión a los nervios! Porque soy tu amigo... Tu confidente — Su tono de voz fue bajando hasta convertirse en un susurro— Al menos quiero serlo...

Edward fue calmando su actitud desbocada al ver la inmensa ternura con la que lo miraba Winry por esas últimas palabras suyas. Se sonrojó y miró hacia otro lado.

Winry dejo caer el destornillador que tenía en su mano y se levantó lentamente de su banqueta, rodeó con deliberada lentitud la pequeña mesa para sentarse al borde de la cama, al lado de él.

— Edward...— La voz de la muchacha era muy suave y se quebró en la última silaba.

— ¿Y ahora por qué lloras?— Con los ojos en blanco mientras giraba su cabeza lentamente hasta quedar frente a ella.

La miró confundido, con ternura y amor, sin estar seguro de lo que sentía. Para su sorpresa, vio como Winry de pronto lo abrazó impetuosamente y se largó a llorar en su pecho. Tibias lágrimas acariciaban su piel desnuda mientras caían de arriba abajo por su pecho, que lo hacían estremecer.

Preocupado por las acciones de su amiga, correspondía a su abrazo, apretándola bien fuerte contra su pecho.

— Win... Por favor, ¿Qué sucede?— Susurró suave y cariñoso en su oído muy preocupado.

— Aunque quisiera... No podría preguntarte, te burlarías de mí y tengo miedo a tu respuesta. — Contesto escondiendo el rostro aun más en su pecho.

No se esperaba esa respuesta de Winry por lo que su corazón comenzó a acelerarse y el calor a subir a su rostro.

Se separó de ella para poder ver sus hermosos orbes celestes derramar lágrimas sin sentido. Tomó su rostro con sus manos. El frío del metal de su mano derecha, ahora en movimiento, hizo estremecer a la muchacha en un escalofrío.

— Tonta...— Dijo mientras se acercaba lentamente a su rostro, dejando ver el deseo que se reflejaba en su mirada.

— Enano. — Susurró mientras sus ojos se iban entrecerrando.

— Puedes preguntarme lo que quieras, escucharé lo que sea. Confía en mí. — Susurró Edward cada vez más cerca de su rostro mientras limpiaba las últimas lagrimas que caían de los ojos de Winry.

Winry hecho su cabeza hacia atrás en un intento de esquivar su hermosa mirada dorada que la volvía completamente loca, dejando al descubierto su pálido y suave cuello. Su rostro se liberó de las manos que lo aprisionaban pero, pero al poco tiempo el frío metal se aferro a su cuello, cerca de su nuca, estremeciéndola levemente.

"Dios me vuelve loco! Loco!.. Su inmaculado cuello en mis manos, sus labios pequeños y rojos a tan solo unos centímetros de los míos, el carmesí de sus mejillas...Pero qué estoy diciendo? Es Winry!" Pensó Ed. Mientras acercaba su rostro cada vez más al cuello de Winry a tal punto de que su respiración chocó con su piel.

La muchacha suspiró audiblemente de una manera triunfante y eso fue la gota que derramó el vaso para Edward. Sus labios se hundieron dudosos en su cuello mientras ambas respiraciones se aceleraban.

"Que hermosa... me vuelve loco, loco! Su respiración, su sedoso cabello, su suave piel... todo" Pensó Ed. Dejándose llevar sin caer en cuenta de la situación.

— Dime que es lo que te preocupa. — Susurró aun en su cuello mientras lo besaba levemente.

El corazón de Winry era totalmente audible, su respiración alocada, y sus sentidos estaban totalmente confundidos, aun así se las arregló para contestar, mientras cerraba sus ojos.

— No puedo... No me sobornes...

CONTINUARA!

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