Información inquietante

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GAIL

Asi que Selene.. es como se hacía llamar la muchacha que tenía ante mí. No es que me pareciera feo que me dijera su nombre ni nada de eso,  sino como algo innecesario porque la verdad era que no tenía fuerzas para hablar más y con extrema lentitud, permití a mis pesados y dolorosos párpados se tomaran un necesitado descanso y sumirme en la oscuridad que había estado anteriormente.

SELENE

Observando ví como lentamente se dormía tan plácidamente, sin ni siquiera una pizca de temor o remordimiento. Sentía una ligera envidia, su pecho subía y bajaba a un ritmo pausado y predecible, sin prisa y sin vacilar, aunque he de reconocer que no me sentía así  ni mucho menos puesto que yo era del clan más poderoso que existe por sentado y no teníamos debilidades, pero si queríamos hacernos con el poder necesitabámos su ayuda si o si. Él como su hermana, cuyo nombre era Luna, eran vitales para la guerra que se anunciaba y fue un total y absoluto fracaso no haber podido capturar a su hermana, con ella habríamos ganado sin ensuciarnos las manos de sangre, pero el idiota al que mandamos a secuestrarles se le escapó en cuanto se puso de manifiesto su don de transformarse. Era una verdadera lástima, los otros clanes tenían a una parte de la leyenda y nosotros otra, pero por supuesto él no era más que una herramienta para nuestros planes, pero no saldría herido, de momento.

La profecía no revelaba nada sobre el futuro de ambos hermanos, sino un trecho de su misterioso y obstaculizado camino. Además de contar con la ventaja de que piensan que ya, nuestro clan, el primer clan que conquistó la tierra habíamos dejado de existir, con lo que nos daba un gran punto además de tener a Gail por supuesto. Si aplicábamos la presión adecuada junto con algunas amenazas bastaría para no oponerse contra nosotros o sino mi hermano se haría cargo de lo que más quisiera en este mundo, que a juzgar por como llamaba a su hermana debía ser ella, la persona indicada con el que podíamos atormentarle.

Mi hermano Nero dándose como aludido, abrió la pesada puerta con un empujón bastante seco,  interrumpiendo todos los datos que acababa de recopilar y organizar. Se asomó lentamente de lado justo para ver en el hueco de la puerta un gran ojo azul, frío y alargado, tan azul como el hielo y tan blanco como la nieve que además de ello se colaba por la puerta un humo de color blanquecino mezclado con el olor a brasas y vapor que brotaba de su nariz.

No entendía que hacía transformado, su longitud era diez veces esta habitación lo que hacía imposible su intrusión.

-¿Qué haces así Nero? Respondí algo alterada, no solía llamar a mi hermano por esa palabra, puede que porque no estuvieramos muy unidos, aunque compartíamos la misma meta y éramos de la misma sangre, que casualmente solo quedaban cuatro de nosotros ya, mis padres y nosotros dos. Los legítimos reyes de los cinco clanes que existían en la tierra, tanto en el pasado como en el futuro.

-Grrrr... respondió el aludido. Hice una mueca de desaprobación, Nero no tenía modales y sabía que sólo tenía que comunicarse conmigo telepáticamente, pero le encantaba hacerse el interesante y yo la sorda así que pasé de él. Viendo como no le daba su satisfacción un rugido salió de sus labios, si es que se podía llamar labios... toda la habitación empezó a temblar de un modo alarmante.

-¡Nero! Chillé esta vez más enfadada. No iba a permitir que por su maldito ego me enterrara a mí y a la persona que residía bajo nuestro cautiverio.

Una sonrisa apareció en su semblante seguido por miles de dientes como dagas afiladas sólo que más terroríficos que los propios  dientes de un tiburón.

"Selene, nos llama Akathor sal enseguida" habló telepáticamente. Un mandato que no permitía réplica.

Me quedé observando fijamente su gran ojo. Padre nos llamaba y eso sólo podía significar que el tan ansiado momento estaba llegando, iríamos a por nuestros ejércitos para la gran y última batalla. Me separé de dónde se encontraba Gail y andé apresuradamente con el fin de no hacerle esperar, no era un hombre muy paciente por lo que recordaba.

Luna, la mujer loba (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora