Sin pecado, no hay amor

868 82 39
                                    

Habíamos llegado al dichoso lugar. Desde la entrada de la Parroquia podía ver a mi hermano ser saludado efusivamente por todos sus amigos y conocidos que al parecer le apreciaban mucho.

Y claro, ¿cómo no hacerlo? Itachi es la persona más querible que puede existir, es imposible no sentir cariño por él.

Naruto seguía sin comprender bien la razón por la cual estábamos aquí, yo no le había mencionado nada acerca de mis evidentes celos. Estaba que la sangre me quemaba por dentro al saber que Itachi pasaría todo el día con esa arrastrada de cabello rosa, y mucho más ahora que veía con mis propios ojos como ella le sonreía y le decía cosas al oído, estaba haciéndose la linda.

Zorra...

Deseaba ponerla en su lugar, junto con un bozal para perros para que mantuviera su boca alejada de la de mi hermano.

—¿Naruto? —escuché que alguien le hablaba a mi amigo y giré para ver de quién se trataba.

Era Gaara, nuestro compañero de la Universidad, que le sonreía amistosamente y el rubio le devolvía la sonrisa de igual manera.

Noté que el pelirrojo llevaba una caja entre sus manos, la cual llamó mi atención, e intuí para qué debía ser.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó el recién llegado, sin dar crédito de mi presencia allí también.

El rubio rascó su nuca, inocente, y soltó una pequeña risilla.

—Ah, hola Gaara —comenzó a decirle, tratando de encontrar una buena explicación —. Pues verás...estábamos con Sasuke buscando a su hermano, 'ttebayo. Él hace obras caritativas aquí.

El joven parpadeó un par de veces, confundido, me observó un momento y luego relajó su semblante una vez más.

Me saludó y yo hice lo mismo, aunque a penas le mantenía la mirada. No me agradaba del todo, y eso él lo sabía muy bien.

No es que tenga algún tema particular en su contra, pero estoy detestando que se lleve así de bien con mi mejor amigo...

Últimamente estoy muy a la defensiva.

Primero siento que Sakura quiere robarme a mi pareja, y ahora está este chico intentando ganarse el cariño del dobe.

¡Qué molesto es todo!

—Entiendo —habló de nueva cuenta y explicó:—. Justo yo venía a traer algo de ropa para donar...es una casualidad que nos encontremos aquí.

—Realmente —Naruto se rió —. Nunca creí que terminaríamos en una Iglesia...Sasuke detesta estos lugares, 'ttebayo.

—Tsk —gruñí —. No los odio, sólo que la religión cristiana me parece estúpida e hipócrita.

Gaara me miró inquisitivo, seguramente buscando algo en su mente para replicarme, y, cuando iba a añadir algo, de pronto se vio interrumpido por alguien a mis espaldas. Lo noté por su expresión.

Entonces me giré y me encontré con la confusa mirada de mi hermano, quien no podía creer tener mi presencia en este lugar.

—Sasuke —musitó tranquilo a pesar de todo —. No pensé que vendrías. ¿Qué estás haciendo aquí?

¡Qué carajo con todo el mundo!
Ya quería que dejaran de preguntarme eso como si yo fuera el mismísimo Demonio.

Aún así mantuve la calma.

—Yo sólo...—me acerqué a él y lo abracé por el cuello, sin importarme nada, y le sonreí con cierta picardía —. No podía estar sin ti.

ItaSasu: Herederos de un pecado [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora