Extra-Parte 3

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Marvin no esta seguro de como decirlo.

No es que estuvieran realmente mal. La obra termino con éxito sin mayores percances, Bunny ha mantenido una distancia razonable, por lo menos mientras él está presente, y Dodgers sigue saliendo con él.

El problema es que todo se siente diferente ahora.

Sus citas ya no son tan recurrentes ni tan intimas, los besos son más castos y han pasado cuatro meses desde que la obra concluyo y cinco meses desde la última vez que Dodgers se quedó en su departamento.

En un inicio comprendió la excusa sobre enfocarse mas en terminar la obra y ahora entendía que la cantidad de trabajo y los nuevos horarios del apiñonado, junto con las asignaciones de las clases nuevas, son demasiado como para dejarles mucho tiempo para verse tan seguido y es demasiado como para permitirle a Dodgers pasar la noche con el...

Sin embargo, con el paso del tiempo y la innegable diferencia en la manera en que lo toca, como si fuera casi inapropiado hacerlo, sin ir más allá de besos que nunca logran profundizar y caricias en su mejilla o manos... Marvin esta casi seguro de que algo no anda bien.

Desde esa noche que lo vio partir con Bugs, solo para acabar encontrándolo con una fiebre de casi cuarenta grados en la casa de Porky, su relación ha ido cambiado súbitamente, y siendo sincero, no esta muy seguro de que hacer al respecto.

Y por eso caminaba hacia el salón del apiñonado, dispuesto a encontrarse con él y preguntar que era lo que había ocasionado todo esto.

Siendo la primera relación en la que ha estado, posiblemente dejo pasar demasiado tiempo y debió de haber afrontado la situación desde antes, pero Dodgers parecía no querer hablar mucho al respecto de ellos, tanto como no quería mencionar nada sobre lo tratado con Bugs aquella noche.

Llegando frente a la puerta del salón, se asomó por la ventana en esta, no queriendo abrir e interrumpir en caso de que estuviera ocupada el aula o la clase continuara.

Para su sorpresa Dodgers si estaba ahí moviendo los labios casi pareciendo hablar consigo mismo en ese salón vacío, mientras que sus brazos están cruzados sobre la mesa de trabajo en la que yace sentado, y su barbilla descansa sobre ellos.

Sus ojos están cerrados y su ceño esta ligeramente fruncido.

Sonriendo algo confundido, Marvin acerco su mano a la perilla de la puerta, solo para detenerse de inmediato

Manos enguantadas colocándose en los hombros del apiñonado formaron un ligero masaje sobre estos, después fueron bajando por su espalda provocando que ojos verdes se cerraran con mas fuerza y una sonrisa ladeada se pintara en su cara.

Dedos lo recorriendo con caricias, hasta llegar a la parte baja de su espalda donde se detuvieron. Una de las manos se quedo en el lugar, mientras que la otra paso al pectoral derecho, haciendo un masaje sobre este que provoco que Dodgers abriera un poco sus ojos y levantara la cabeza de su posición recostada sobre la mesa.

El dueño de las manos enguantadas hizo su aparición, acercándose a aquella espalda, sin dejar de mover sus labios, como si estuviera hablando con el apiñonado.

Presa del pánico, Marvin intento girar la perilla, sintiendo inmediatamente la resistencia que le indicaba que el seguro de la puerta estaba puesto.

Sin mas remedio que quedarse de pie frente a la ventana, se asomó un poco más, consiguiendo un nuevo ángulo que le dejara ver como Bugs levantaba un poco la playera de Dodgers, abandonando el pectoral para meter su mano debajo de esta y acariciar el pecho del apiñonado.

Con movimientos rápidos, Dodgers consiguió apartarse, completamente sonrojado y ahora quedando de pie frente al pálido, reclamando al mismo tiempo que se acomoda la playera y pasa inconscientemente una mano sobre el pectoral profanado.

Aprendiendo a VolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora