Veinte Almas

Capitulo Diez

Harmony

Bosque, asesino, cadáveres, sin salida. Me encuentro corriendo por el gran bosque se escuchan mis pisadas nada más así que me recuesto en un árbol intentando recuperar el aire y mis pulmones arden por todo el esfuerzo físico que he hecho al correr. Escuchó el sonido de unas hojas crujir y volteo asustada, cuando de pronto en medio de la obscuridad lo veo.

Unos ojos amarillos y rojos como la sangre. Empiezo a correr intentando alejarme de esa criatura,pero al ser tan torpe me golpeó con unos troncos y caigo intento levantarme pero siento un fuerte dolor en el tobillo derecho, voy arrastrándome para llegar a una choza abandonada a unos metros de mí, nunca la había visto antes. Está descuidada y se nota que nadie ha vivido ahí en mucho tiempo. Voy arrastrándome lo más rápido posible y en el acto quedó enredada con unas lianas que estaban en el suelo alrededor de unos árboles y siento un ardor en mi manos y pierna. Intento ignorar el dolor y cada vez me voy acercando más a la choza y de repente siento un crujido de una rama a mis espaldas y cuando volteo solo grito por la imagen frente a mí.

Me despierto sobresaltada por la pesadilla que estaba teniendo, me encuentro toda sudada y coloco mi mano en mi corazón mientras respiro agitadamente visualizo a mi alrededor y noto que estamos en la cabaña, Sam durmiendo a mi lado, así que todo era una pesadilla no era real.

Después de calmarme busco mi teléfono y lo enciendo para ver la hora. La pantalla muestra las 2:30 am y me quedo tranquila al saber que no está pasando nada afuera y que todos está en sumo silencio. Volteó a mi izquierda y veo a Sam durmiendo aún tranquilamente y vuelvo a recostarme intentando agarrar el sueño pero se me hace imposible y solo consigo pensar en lo ocurrido, y aunque me intenté hacer la valiente con mi amiga estoy aterrada. Recuerdo a la pequeña Maddie era tan joven y tenía tanto por delante, nadie sabe como pudo ocurrir esto pero lo que si sabemos es que el que hizo esta horrible cosa , sigue ahí fuera en el bosque cerca de nosotros. No quiero ser tan paranoica de pensar que esto lo pudo causar alguien del campamento porque la mayoría los conozco a excepción de Aiden... inmediatamente desecho esa idea de mi casa solo porque tenga menos tiempo aquí me permite juzgarlo o acusarlo de hacer algo tan horrible. Vuelvo a agarrar mi celular y me pongo a observar la hora y esperar que amanezca, ya que volver a dormir no será posible para mí de nuevo. Cada minuto pasa más lento a mi parecer, por lo que decido ponerme a leer un poco en una aplicación llamada Readlines que me permite descargar libros de nuevos escritores.

Me encuentro interesada en la trama y casi derramando lágrimas al saber que el protagonista está enfermo de cáncer y no le queda mucho tiempo cuando de repente me sobresalto cuando oigo a Sam dormida decir "Ellos ya están aquí, vienen por nosotros" me quedo confundida al no entender de lo que habla y la remuevo para que despierte. Ella despierta asustada y me ve con los ojos abiertos y un gesto de miedo por lo que le susurró que se calme. Cuando abre la boca para decirme algo, ningún sonido sale de su boca al oír sonidos de pisadas afuera de la cabaña, observamos la puerta cuando la poca luz que entra por la pequeña rendija de la puerta fue interrumpida por una sombra. Coloque mi mano sobre mi boca para no soltar ningún sonido que alertara al intruso de que estábamos aquí despiertas. Él espero un rato para después continuar su camino y alejarse. Mi amiga se levanta en puntillas para hacer el menos ruido e intenta prender la pequeña lámpara de noche que tenemos aquí, pero no funciona intenta varias veces y nada que funciona.

—Seguro se quemo—susurra mientras me observa e intenta mantener la calma en la pequeña habitación.

—Si, seguro es eso— murmuró para tranquilizarla.—Tal vez es uno de los chicos intentando colarse o huyendo de la habitación de una chica. Ya va amanecer así que es mejor que lo encuentren en su habitación—digo tranquilamente mientras me encojo de hombros.