El desayuno frente a sus ojos se veía espectacular, obviamente para los chef del castillo, era una prioridad hacer un desayuno, un almuerzo o una cena digna para el futuro Rey... Y Reina. No quería pensar en ello, su mente estaba llena de imágenes de su mayordomo Akaashi diciéndole su nombre tan seriamente pero con cariño. De verdad lo enamoraba.No necesitaba una Reina, quería que su Reina fuese Akaashi. Era amable, dulce, pacífico y tomaba buenas decisiones. Era digno de ser su mano izquierda. Eran un dúo, un equipo, almas gemelas, ojalá lo viera así.
Pero sin más preámbulos comenzó a degustar los deliciosos panqueques, comiendo con rapidez y tomando su exquisito café a la par. Pero fue regañado por Akaashi como si fuese un niño, diciéndole que comia muy rápido y se podía atragantar. Tan preocupado por él ¿es que no era un amor?
- ¡Bokuto!
Aquel grito lo sobresaltó un poco, pero no podía enojarse, era uno de sus amigos más confiables que tenía también en el palacio, Tetsuro Kuroo. Él era el guardia general del Reino, siendo uno de los más fuertes y serios en su trabajo de mantener a salvo la ciudadela. El segundo al mando era Kozume Kenma, que se mantenía distraído a su lado.
Eran especiales para él y de seguro que tenían noticias buenas que contar, ya que hace unos días habían ido a una ciudad vecina para explorar y cuidar.
- ¡Kuroo! Hace tiempo no te veía, ven, ven, toma asiento, cuéntame que ocurre
El pelinegro junto al de cabellos rubios en las puntas se sentaron a su lado y tras mirar sobre la mesa, le entregaron una formal carta junto a un enrollo de papel. ¿Que era?
- ¿y esto? - en realidad sabía perfectamente que era -
- Bueno... El Rey y la Reina de la ciudad que fuimos quieren presentarte a su hija.
Oh no, ahí iban de nuevo. Estaba cansado de que cada vez que sus guardias visitaban las ciudades del exterior, llegaban con cartas de sus reyes para proponer un matrimonio arreglado con sus hijas. Llegaban con una carta más una foto y las princesas eran hermosas pero... Nada se comparaba con la radiante mirada serena de Akaashi que conquistaba sus mañanas al despertarlo.
- No lo necesito ¿cuantas cartas han sido ya que he tirado a la basura?
- Pero Bokuto, serás el próximo Rey, según las leyes tú...
- Lo sé, lo sé, debo casarme, lo sé... Pero no quiero. - si quería, pero no obligado con alguien que no amaba y que ni le hacia latir el corazón ningún segundo -
- Bokuto-san debes ser serio en esto - habló esta vez un tranquilo Kenma, mirando las flores al medio de la larga mesa, hasta que sintió su penetrante mirada sobre él. Era un poco escalofríante - Si no se casa nunca será Rey... Y sé que tampoco tiene aquella avaricia de tener más poder, pero, la gente espera a que madure, a que tengan un Rey fuerte y que sea un buen esposo alguna vez, como ejemplo. Hay lindas princesas, al menos debería intentarlo. No quiero obligarlo tampoco, pero la gente espera a una Reina.
- No necesitan una Reina, punto final
Necesito a mi lado a Akaashi, a nadie más.
Quiso decir aquello en voz alta, gritarlo, decir su amor a su mayordomo al lado de él, pero aún se le hacia imposible. Sentía las miradas de los tres, ya hasta se le había perdido el apetito por la noticia que le traían. Sabía que Kuroo y Kenma ya estaban cansados también de aquellas cartas y dejarlo tranquilo con su vida, pero también eran fieles a las leyes que debían respetarse en el reinado. Estaba tan perdido.
- Esta bien, nos iremos ahora. Debemos limpiar los caballos. Vamos Kuroo. - así el segundo al mando se fue junto a Kuroo afuera del comedor, quedando a solas con su mayordomo. Quizás podría parecer que no le interesaba los sentimientos de su Rey, eso parecía, pero a su alta capacidad de vista y suposición, podía afirmar que su Rey lo único que necesitaba a su lado era a Akaashi. Conocía perfectamente a ese chico, sabía sobre las miradas que se llegaban a regalar, pero eran extrañas, misteriosas... No podría decir correctamente que era lo que quería el mayordomo, pero con mucha seguridad, deseaba que Bokuto fuera valiente alguna vez y que no perdiera el amor de su vida por el infeliz camino que obligatoriamente la corte le daría si no se casaba.
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Tras quedar solo en el comedor mientras Akaashi ayudaba en la cocina, comenzó a pensar en la manera en confesarle sus sentimientos a él. Debía ser serio, debía ser seguro de si mismo y hacer ver al mundo que Akaashi era perfecto para estar a su lado, para ser la "Reina" que el pueblo quería. ¿Y por qué debía acatar órdenes de su pueblo? No creía que fuese infantil no estar casado aun para ser Rey, además, ¿querían que fuese infeliz? ¿Un príncipe preso que no siente amor por la x persona que estuviera a su lado? No quería amargarse la vida, Akaashi era lo único que le alegraba los días, lo acompañaba y lo quería tal como era. Quería ser feliz con el chico que ama de verdad. Y el amor verdadero y sincero, es lo más puro del mundo, y lo más sano para un pueblo.
Su amor por Akaashi era tan fuerte, que no se iba a rendir. Le haría ver a Akaashi, cuanto lo amaba, que no era su simple mayordomo, que será y es el amor de su vida.
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Un reino junto a ti...
FanfictionBokuto Koutarou es el príncipe de un hermoso reino, pero para ser llevado a rey, deberá casarse con alguien que no ama. Su amor verdadero es Keiji Akaashi, su mayordomo de toda la vida.