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Como había previsto, la decoración para la boda (sumamente falsa) estaba increíble. Las flores blancas y de un color rosa pálido se veían hermosas en los costados de los asientos, que tenían telas blancas arriba de ellas afirmadas por lazos rosados del mismo color rosado de las flores. El arco nupcial era simple pero bello, con pequeñas flores alrededor y lo más increíble es que hasta las lechuzas estaban encantadas, porque estaban desde la mañana en los árboles mirando toda la preparación.

Lamentablemente, todo iba a ser en vano. Bueno no, porque si Akaashi le corresponde sus sentimientos... Se casaría en ese mismo instante con él. ¿Por qué no? Ya lo conocía desde toda la vida y al fin... Lo tendría para él en la manera en que siempre lo quiso; reinando junto a él como su rey también. Juntos, lo harían mejor.

Mientras tanto, se encontraba paseando por el jardín junto al general de la guardia real; Kuroo. Quería un poco de relajo y que mejor que con él.

- ¿estas nervioso campeón? Todo el pueblo esta riendo y cantando, están todos emocionados y se ve que aman a la princesa. - habló el pelinegro con tranquilidad, estaba disfrutando el aroma a pasto mojado -

- a-ah, si, bueno. Que bien por ellos - vaciló. No podía mantener tanto un secreto, menos a Kuroo que era también uno de sus grandes amigos. ¿Podría decirle? Estaba indeciso, pero sabía que Kuroo no lo juzgaria mal. Parándose frente a este, guardó un silencio por varios minutos antes de contarle. - Kuroo yo... No me casaré con la princesa.

- me alegro que quieras casarte... Espera ¿qué? ¿Que dijiste? - si, estaba demasiado desconcertado con lo escuchado - espera, espera... ¿Todo esto es en vano?

- no creo que lo sea... Digo, es un plan de ella y mio.

- ¿como que un plan, Bokuto estúpido?

- la princesa ya tiene una pareja Kuroo... Y yo ya tengo el amor de mi vida, Akaashi. La boda es sólo... Un juego entre nosotros. En realidad me confesare a Akaashi cuando me oponga a la boda y la princesa me ayudara con ello.

- por Dios Bokuto... Eres tan idiota y te quiero asi. ¡Sabía que agarrarias vuelo! He estado esperando tanto tiempo que me dijeras que estabas enamorado de Akaashi. Por eso te niegas a todas las princesas que te proponían conocer ¿no? Lo suponía... O bueno, Kenma lo suponia.

- si... Sólo espero que Akaashi me ame de vuelta, no sé que podría hacer sin él.

- tranquilo... Yo creo que si te ama. Asi todo tonto y entusiasta, demás te corresponde o si no, no te habría aguantado todos estos años.

Con esas palabras, pudo tranquilizarse mejor. La boda se realizaría, se opondrá a ella en ese momento oportuno y se confesaria a Akaashi ante todos los invitados. Y no sólo era para él, si no que también la princesa confesaria su eterno amor a aquella aventurera de desconocido rostro para él.

🌼🌈

Ahí estaba, con su traje de tonos grises esperando en el arco a la hermosa princesa ya tomada por alguien más. Habían demasiados invitados, muchos la verdad, se habían encargado de invitar a la mayor cantidad de personas posibles para el encuentro matrimonial, una pena que verían como se casaría, tal vez, con Akaashi.

Y hablando de él, ahí estaba, con su impecable traje de color blanco, presentable y hermoso como siempre, sentado en una de las primeras sillas. Pero sus ojos no brillaban, estaban apagados... ¿Sería mala idea todo esto? Pero sus pensamientos fueron cortados por la música de bodas en el fondo, la princesa había llegado. La observó detenidamente, llevaba un hermoso vestido al estilo princesa, tan abultado por los lados que apenas podía pasar. Su velo era tan largo como todo un camino al pueblo, lleno de encajes y su ramo de rosas era blanca, resaltando su cabello negro entre todo. Si, si no hubieses estado enamorado de Akaashi... Hubiera amado a esta princesa, pero ella ya tenía al amor de su vida, así que descartó la idea de inmediato.

Un reino junto a ti... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora