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- entonces... ¿Esta tarde vendrá a tomar el té conmigo?

- Si Bokuto- san...la princesa del Reino del sur vendrá a visitarlo y creo que ya sabrá por qué.

Sabía claramente el por qué. Casamiento. Puede que la misteriosa princesa de rostro desconocido podría ser bonita, pero eso no iba a cambiar el hecho que no era su amor verdadero. ¿Por qué lo querían casar con alguien que no le gustaba? Era una estupidez injusta y cuantos amores han separado por este error...

No lo iba aceptar fácilmente.

Nunca supo bien la historia de sus padres, pero tampoco veía cuando niño un trato de amor sincero entre ellos. No quería ser frío y presionarse a amar como lo vio en toda su infancia en esas fiestas reales.


no se sentía así cuando estaba junto a Akaashi...

no quería ser como los otros reyes que nunca han sentido cariño para la persona que reina a su lado, son importantes también. Y además, pensaba que aquella princesa se merecía su reconocimiento y no ser la sombra de un rey, debía ser libre e irse con la persona que ama ¿no? Si pensaba en ella, no quería verla infeliz a su lado si fuese así.

- esta bien... Entonces me voy a preparar, me pondré la mejor vestimenta para recibirla - fingir una sonrisa con aquel tema ya era costumbre, la verdad le gustaría vestirse con pijama para causar malas miradas ¿no era buena idea? -

- Bokuto no empieces a pensar en un pijama ¿si? Debe... Debe ser formal para la chica.

- Ugh, me conoces tan bien Akaashi - "deberías ser tú mi esposo ¿no lo crees?" - esta bien, iré con mis mejores prendas, gracias por avisarme - mencionó por último antes de alejarse del pelinegro -

- lo esperaré... Lo esperaré, Bokuto-san...

~~

Ya en la tarde estaba listo esperando la carroza de la dama. La entrada estaba bien decorada llena de flores blancas que le daban un aire armonioso al lugar y a las escaleras tapadas con una alfombra de color crema, la verdad que sus empleados se habían esmerado en recibir bien a la princesa. Mala suerte que no la iba a elegir como esposa, jamás y a ninguna. Mirando de reojo a su mayordomo, se preguntaba que estaría pensando, porque su rostro era tan sereno, que quería demostrar en esos ojos serios... Pero esos pensamientos se desvanecieron al escuchar la trompeta, avisando que la carroza había llegado.

Se preparó su atuendo y juntó sus manos atrás de su espalda para que no se le notaran los nervios.

Así bajo una linda y dulce princesa, de cabellos negros largos peinados en una trenza y su vestido era como el hielo, con colores celestes suaves como las montañas de su Reino natal. Sus ojos eran oscuros, no como los azules que les caracterizaba a los del sur y eso la hacía diferente y bella. La verdad era muy hermosa, pero no se comparaba con la belleza que apreciaba tanto de interior como exterior de su Akaashi.

Cuando estuvieron uno frente al otro, se hicieron las reverencias y se sonrieron con naturalidad y al estrecharle su brazo por educación, comenzaron el camino, guiandola hacia adentro.

- Buenas tardes Princesa ¿puedo saber su nombre?

- Hola... Soy Kori. Un gusto conocerlo... La verdad estaba muy nerviosa al llegar aquí. Pensé que usted era más atemorizante, pero es muy dulce - habló con tanta tranquilidad que Bokuto pensó que tal vez si se llegaban a conocerla mejor, podría olvidar a Akaashi... Pero a la vez parecía imposible, no quería pensar en ello - ¿tomaremos el té? Tengo aquí en mi cesta unos dulces provenientes de mi Reino, son deliciosos

Un reino junto a ti... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora