Capítulo II

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Se dirigía a la cocina con algo de leña que había cortado anteriormente, al llegar a esta sus ojos encontraron a la joven sacerdotisa preparando los ingredientes para la cena, cada movimiento que hacía le parecía suave y elegante.

-Ya trajiste la leña- expresó la mujer con una sonrisa suave.

Sin decir nada, el pelinegro dejó un poco de esta a un lado del fogón y comenzó a meter algunos leños en este para encenderlo. Una vez que encendió, se apartó para que la azabache se sintiera libre de preparar la cena.

Él se quedó en el borde de la cocina, observándola y sonriendo levemente al verla tan concentrada en su tarea actual, sin embargo, notó como ella se detuvo abruptamente.

-Kikyô?- su nombre salió con un tono de preocupación

-Algo está pasando- exclamó ella de forma serena -se siente una energía igual a cuando llegaste-

Aquello sorprendió al Uchiha, quería decir que un vórtice se había formado, aquel que conecta su mundo con este. Notó cierta preocupación en la sacerdotisa, pero antes de que pudiera acercarse a ella, desvío la mirada en dirección al bosque.

-Algo se acerca- expresó en forma de alerta -parece una presencia híbrida-

Él se tensó, esperaba que no fuera aquel hanyou, después de tanto tiempo venir a buscarla sería un descaro, al parecer notó su cambio de energía y se acercó a él.

-No es él- expresó tranquilizándolo -Pero está muy cerca, parece venir hacia la aldea-

Ante eso, decidió salir de la casa y esperar lo que fuera que viniera. Ella lo siguió quedando unos pasos atrás, notó en su rostro un poco preocupación.

-Espera en la casa, yo puedo encargarme de un hanyou-. No quería arriesgarla, ella no debía arriesgarse en su condición actual.

Estaba en la entrada con ella detrás, estaba listo para salir a enfrentar lo que estuviera cerca.

-Disculpe las molestías, pero podría ayudarme?-

En cuanto escuchó aquello reconoció inmediatamente la voz, por un momento quedó inmóvil, una sonrisa involuntaria apareció, "nunca se da por vencido" pensó.

Movió la cortina de paja para salir, la joven se quedó esperando, los rasgos de Sasuke le indicaban que no había peligro, pero ella no estaba del todo tranquila.

Escuchó la voz del pelinegro pero sus palabras no le eran audibles, le tranquilazaba escucharlo sereno, sin embargo, escuchó a la otra presencia alzar la voz.

- Que no vas a regresar? Es por eso que estoy aquí, para que volvamos a nuestro mundo, tú no perteneces aquí-

Cuando escuchó aquello su corazón dio un vuelco, habían venido por Sasuke, alguien de su mundo había logrado crear el vórtice y estaba aquí para llevárselo.

No pensó demasiado, su cuerpo ya se encontraba caminando hacia la cortina de paja, sus manos la tomaron, la apartó para poder salir y enfrentar aquella situación. En cuanto se encontró afuera, se dirigió al pelinegro y se colocó a su lado.

-Kikyô- el nombre de la joven salió de los labios del Uchiha en un tono suave

La joven sacerdotisa dirigió su mirada hacia el peli anaranjado, su apariencia le recordaba a los demonios zorro, se relajó un poco al percibir su esencia humana pero siguió alerta.

El Uchiha notó en la azabache un indicio de alerta, en esta situación Naruto corría más peligro que la misma sacerdotisa.

-Naruto, ella es Kikyô, mi esposa- tomó la mano de la azabache captando su atención, sus ojos marrones se cruzaron con los de él -Kikyô, él es Naruto-

La joven sacerdotisa volvió su mirada al Uzumaki, y su rostro se relajó, Sasuke ya había mencionado en varias ocasiones al joven que tenía frente a ella, pero nunca se imaginó ver a un híbrido. Por la manera en que se expresaba de él, suponía que se trataba de un buen amigo.

-Es un gusto Naruto- hizo una leve reverencia en forma de saludo, el aludido apenas reaccionó a su cortesía -la cena estará lista en un momento, debería pasar y comer- su mirada regresó al azabache

El Uchiha bufó un poco molesto, esperaba que el ojiazul se fuera sin necesidad de explicar cómo llegó hasta esta situación y la invitación de Kikyô a Naruto dejaba sobre la mesa una larga conversación.

Sin poder contradecir a la azabache simplemente asintió, ella dejó asomar una leve sonrisa y caminó hacia la entrada de la casa, antes de entrar por completo invitó a pasar al peli anaranjado.

El joven Uzumaki estaba asombrado, toda aquella situación parecía irreal y no sabía si era prudente entrar. Salió del trance en cuanto el Uchiha habló mientras detenía su entrada a la casa.

-Entra- expresó para finalmente entrar

Naruto reaccionó siguiendo a la pareja hasta adentro de la casa, su curiosidad no cabía en su cabeza.

Por un momento, un sentimiento de molestia se apropió de él al recordar a Sakura. Ella seguía esperando a Sasuke, no perdía la esperanza de tener un futuro con el azabache y ahora, cómo podría regresar y decirle que el hombre que ella ha esperado ya ha formado una familia.

-Por favor, Naruto, ponte cómodo, enseguida terminaré la cena- la joven se dirigió a la cocina con el Uchiha yendo tras ella

Notó la mirada de su amigo a la joven sacerdotisa, este Sasuke parecía más relajado, su molestia se esfumó al entender al azabache, era como si con esa mujer finalmente hubiera encontrado lo que tanto buscaba, paz.

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Este es el segundo capítulo. Es como el primero pero desde otra perspectiva. Pronto sabrán el inicio de esta unión. Cualquier duda o comentario estaré encantada de leerlos ^^

El Destino de Dos Pecadores (Sasuke x Kikyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora