Capítulo VIII

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-¿Estás diciendo que primero te rechazó?- preguntó sorprendido el peli anaranjado

El Uchiha no respondió, la verdad era que recordar aquello aún raspaba en su orgullo, pero admitía que el rechazo de la sacerdotisa lo había encontrado realmente encantador.

-Creo que no recuerdo a ninguna chica rechazándote, habría sido algo que hubiera disfrutado- expresó burlándose del azabache

-Tenía sus razones para hacerlo- ignoró el comentario del hanyou

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Continuaron caminando, el azabache se encontraba algunos pasos detrás de ella. Miraba su espalda, su cabello azabache se movía con gracias a cada paso que daba la joven.

"Sasuke, lo que sientes por mí no es una atracción romántica. Sólo es una admiración y empatía, surgió en nuestro viaje y cuando luchamos juntos para deshacernos de los seres malignos", la voz de la sacerdotisa se coló en su mente, repasando las palabras que había dicho la noche que derrotaron al demonio toro.

Desde entonces, el joven Uchiha ha tratado de estudiar sus propias emociones y llegó a estar de acuerdo por un momento, pero se esfumó en cuanto notó la atención de los jóvenes de otras aldeas hacia la sacerdotisa. No le agradaba cada vez que alguno aprovechaba un breve momento de su ausencia para tratar de cortejarla. Kikyô podría rechazarlos, pero no podía controlar aquella molestia con los jóvenes, y a veces estaba tan irritado que cuando llegaba a toparse con ellos los fulminaba con la mirada.

En cuanto Sasuke analizó estos hechos, concluyó que no era lo que la sacerdotisa había afirmado, él tenía sentimientos hacia ella. Cada día y semana que habían pasado viajando juntos, hasta llevar un par de meses más desde que llegó, reforzaba aquel sentimiento y él se negó a ocultarlo por más tiempo. Aunque la azabache no aceptara sus sentimientos, él no negaría los suyos, porque esta era la primera vez que conocía a una mujer a la cual veía como tal.

Por un momento llegó a recordar a Sakura, le molestaba la devoción que tenía hacia él, una devoción sin sentido. Pero ahora podía comprender un poco sus sentimientos y comenzó a sentir algo de remordimiento al haberla rechazado más de una vez con rudeza e incluso haberla herido.

Notó que la sacerdotisa se detuvo, se acercó a ella hasta quedar a un lado de ella y poder ver su rostro. Había aprendido a notar los leves cambios en su rostro y sobretodo en sus ojos los cuales eran más expresivos de lo que ella creía.

Estaba atenta y giró su rostro a su izquierda, su mirada estaba puesta sobre los frondosos árboles del bosque, Sasuke miró hacia la misma dirección, tomó su espada preparándose.

Del bosque salió una mujer ciempiés, abalanzándose hacia ellos, ambos se separaron, Sasuke no tardó demasiado en arremeter contra la criarura logrando de una estocada separar la parte humana del resto del cuerpo. La criatura soltó un grito furioso y giró para mirar a su atacante, pero inmediatamente fue atravesada su cabeza con la hoja de la espada, terminando así con el monstruo.

Kikyô se acercó al joven y a los restos, sacó unos pergaminos y los colocó sobre lo que quesaba de la criatura, estaba segura que el azabache había logrado terminar con esta pero no quería correr riesgos, y los restos se disolvieron.

-Creo que has mejorado considerablemente- expresó la sacerdotisa mientras veía el lugar donde estaba el cuerpo -cada encuentro que hemos tenido con los demonios no me has necesitado-

-He aprendido mucho estando contigo- expresó el joven mirando al mismo lugar -pero creo que estos monstruos no han sido tan peligrosos-

La sacerdotisa sonrió, él tenía razón, hasta ahora las bestias que se han cruzado en su camino no han sido una gran amenaza para ellos. Pero el que ahora los pueda combatir sin esfuerzo demuestra que él ya ha avanzado bastante.

Sin decir nada se giró y decidió emprender el camino, siendo seguida por el joven Uchiha. Había notado que le había dado un poco de espacio y se lo agradecía, ya que después de aquella noche en la que trató de aclarar lo que estaba pasando entre ellos, ella también estaba tratando de convencerse de que la compañía del azabache sería pasajera y trataba de no dejar colar ningún sentimiento hacia él que no fuera compañerismo.

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Pasaron unos días y llegaron a otra aldea en el norte, parecía una aldea pacífica y no había signos de ataques de demonios. El azabache lanzó un pequeño suspiro de alivio, necesitaba poder tener un momento de paz.

La gente volvió su mirada a ellos con curiosidad, algunas jóvenes comenzaron a hablar entre ellas al ver al joven, pero él las ignoró. Sus ojos continuaban en la azabache que caminaba aún unos pasos adelante. Se dirigieron al templo, buscando que los aldeanos aceptaran que ellos pudieran tomar un descanso en este.

El templo se encontraba desocupado, se instalaron rápidamente, ambos se sentaron un momento y disfrutaron un momento la tranquilidad del día, lo cual duró poco, ya que un anciano aldeano se presentó y solicitó de manera amable que se le atendiera un dolor que tenía en el hombro, el cuál era persistente.

El azabache encontró un poco molesta la presencia del anciano, lo que quería era tener un momento de paz junto con la sacerdotisa, sin tener que estar con la guardia alta ante algún ataque, y esto generalmente era posible sólo en las aldeas.

Después de que el anciano dejó el templo, ambos prepararon todo para comer. Sasuke amaba la comida que Kikyô preparaba, era tan simple pero de un sabor inigualable. La presencia de la azabache era tan reconfortante para él, ambos eran de pocas palabras lo cual agradecia, pero también después de un viaje considerable nunca hablaron de sus vidas y quería que ella supiera quién es el joven que la está acompañando, y a su vez quería saber quién es la mujer que de alguna manera lo ha cautivado.

Aceptaba que la sacerdotisa era realmente bella y su belleza se veía resaltada con su personalidad, era increíble lo calida que era con los niños y los aldeanos, pero esos ojos constantemente eran nostálgicos. ¿Por qué? Quería saber cuáles eran los pecados de los que ella hablaba, quizás se estaba adelantando al decir que la entendía.

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Hola a todos!! He estado mejor y un poco inspirada para traerles este capítulo.

La razón por la que que decidí que Kikyô rechazara a Sasuke es porque creo que si fuera revivida trataría de alejar el amor de su vida, ya que ella es muy fiel a su camino de sacerdotisa. Cuando fue revivida con su cuerpo de barro ella continuó ayudando a las aldeas y a los soldados heridos, siguió siendo una sacerdotisa. Creo que ella no se ve dejando ese camino aunque es lo que realmente quiere.

Y siempre creí que Sasuke se enamoraría primero, porque vería a alguien igual de trágico que él y sería rechazado, y eso lo haría luchar por estar con esa persona.

Buenos ya explicado eso, espero que les haya gustado. Agradezco los votos y comentarios.

El Destino de Dos Pecadores (Sasuke x Kikyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora