Capítulo VI

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Después de unas semanas caminando por un sendero, se encontraban ahora en una de las aldeas de las tierras del norte.

Sasuke se vio incómodo en cuanto llegaron, ya que la gente apenas notaron la presencia de la sacerdotisa se acercaron suplicantes a pedir por su ayuda para exterminar a un demonio que cada noche atacaba a la aldea.

La joven notó la angustia en el rostro de cada aldeano y aceptó el trabajo, les ofrecieron una cabaña pequeña a las afueras de la aldea, cercano al camino que tomaba el demonio para atacarlos e inmediatamente se dirigieron a ella, guiados por los aldeanos.

-Disculpen lo humilde del lugar, pero es lo único que podemos ofrecerles-

-Agradecemos su cortesía- Kikyô dio una pequeña reverencia a los aldeanos

-Dejaremos que su esposo y usted se instalen- dijo una anciana mientras se daba la vuelta

-Sólo es mi compañero de viaje, no es mi esposo- expresó con tranquilidad la sacerdotisa, aunque algo divertida por el comentario

El azabache notó como algunos de los hombres de la aldea se vieron entusiasmados ante la aclaración, realmente no era algo de su incumbencia y simplemente los ignoró.

Ambos se dirigieron a la cabaña, al entrar la joven se desarmó dejándolas apoyadas en una de las paredes cercanas a la entreda. El joven Uchiha simplemente se sentó un momento, sobó su cuello que se encontraba algo tenso, había sido un largo camino.

-¿Podrías ir por un poco de leña?-

Sasuke no dijo nada, simplemente asintió levemente y salió de la cabaña. Su mirada se desvió al notar que un pequeño grupo de aldeanos se dirigían a la cabaña con un hombre herido. Ignorado el hecho, él se dirigió al bosque y se adentró un poco.

Se detuvo y cerró sus ojos, agudizó sus sentidos en busca de posibles amenazas pero sólo se vio rodeado de los sonidos naturales del bosque, lo que permitió que se relajara. Sacó su espada y comenzó a concentrar un poco de su energía, tratando de dirigirla a la hoja.

"Recuerda que ahora es una extensión de ti mismo", las palabras de la azabache se colaron en su cabeza y también el roce de su mano sobre la de él. Algo incómodo trató de concentrarse y pudo notar de nuevo como su hoja canalizaba su energía, con un suave movimiento de la espada logró cortar varios árboles, no sólo fue una ráfaga de energía parecía haberse transformado en varias cuchillas que cuabdo revisó los árboles cortados los encontró cortados en varios pedazos.

Tomó algunos y se dirigió de nuevo a la aldea. Cuando por fin salió del bosque y dirigió su mirada a la cabaña, notó que los aldeanos se iban, exceptuando a un joven que se quedó un momento hablando con la sacerdotisa. Notó en el rostro de la joven una leve sonrisa de cortesía.

Su mirada se desvió a los movientos del joven hombre que le decían que estaba cortejandola, comenzó a caminar dando pasos largos y pesados, disminuyó un poco al notar que la azabache parecía negar con su cabeza y hacer una leve reverencia antes darse vuelta y entrar nuevamente a la cabaña, notó al joven aldeano rascar su cabeza con una sonrisa desilusionada.

Con pasos más ligeros llegó a la cabaña, al entrar notó a la azabache acomodando los utensilios para preparar la comida y cortando algunos vegetales.

-Muchas gracias- expresó al notar al peli negro parado en la entrada con la leña en sus manos

-¿Atendiste a los aldeanos?- preguntó al notar un poco el olor a las hierbas medicinales

-Sí, trajeron a un hombre herido- explicó mientras tomaba algunos leños de los brazos del Uchiha

Sasuke dejó los demás en el suelo alejados del área del fuego. Inmediatamente, su vista fue con la sacerdotisa y se encontró perdido en sus rasgos suaves de su rostro, notó como el par de mechones que se encontraban al lado del rostro de la joven rozaban sus mejillas.

-¿Sucede algo?- preguntó Kikyô al sentirse observaba por el joven

-No es nada-Él se sobresaltó un poco al darse cuenta de lo obvio que había sido. Giró sobre sus talones y se dirigió a la salida -iré al pueblo un momento-

La joven sólo lo miró irse, no le tomó ninguna importancia, quizás solamente quería familiarizarse un poco más con este mundo.

Sasuke caminó por el pueblo, notando que la mayoría de los hombres se encontraban dando las últimas reparaciones a sus casas, las mujeres les llevaban alimentos y los niños parecían temerosos siempre agarrados de los ropajes de sus madres.

"Parece ser una época muy dura en este mundo", sus pensamientos se vieron detenidos al encontrarse con el hombre al que Kikyô había atendido y sus acompañantes

-La señorita Kikyô fue enviada por los cielos a responder nuestras suplicas- expresó el hombre que parecía con mejor semblante ahora que sus heridas habían sido atendidas

Aquello le recordó a las personas de aquella aldea que lo recibió en este mundo. Todos parecían ver a la joven sacerdotisa como una bendición y también los hombres cautivados por su belleza eran rechazados, y aquello sólo hizo que las preguntas surgieran en su cabeza.

¿Qué era lo que impulsaba a aquella mujer a llevar una vida vagabunda ayudando a las aldeas? ¿Por qué no aceptaba las propuestas de los aldeanos de quedarse? ¿Qué la hacía vivir de esa manera tan solitaria? ¿Podría ser una persona tan pura?

La imagen de la sacerdotisa se paseo por su mente, durante esas semanas de viaje no lo había notado, pero ahora se daba cuenta que había estado observando atentamente a la azabache y reconoció en su rostro inexpresivo algo de tristeza que de vez en cuando se asomaba por sus ojos.

Y de nuevo, la sensación de saber de ella comenzó a esparcirse en su cabeza. Retomó su camino hacia la cabaña que los aldeanos les habían ofrecido, al llegar notó el agradable aroma de la comida que la joven había preparado.

-Llegaste a tiempo, la comida está lista-

Ella lo recibió con su plató servido, se lo entregó y él se sentó frente a ella, decidió saborear primero la comida antes de atreverse a ser entometido en la vida de una mujer que apenas conocía.

Ambos comieron en silencio, sin embargo, la joven notó como de vez en cuando el joven azabache la miraba y mientras lo hacía su mirada parecía curiosa.

-¿Hay algo que te preocupa?- preguntó la joven al tomar el plato ya vacío de las manos de Sasuke

Él se quedó callado un momento, bajando la mirada pensando en cómo comenzar.

-Sólo me preguntaba, ¿por qué vives de esta manera? Eres una mujer solitaria, que va de aldea en aldea ayudando a la gente-

La joven sacerdotisa se sorprendió un poco y sonrió de manera entristecida. ¿Podría hablar de su pasado con este joven que la ha estado acompañando por un tiempo?

-Cometí muchos errores en mi pasado, se podría decir que estoy buscando expiar mis pecados- decidió dar una respuesta honesta, sin ir muy profundo

El joven al escuchar eso entendió perfectamente a la mujer que tenía frente a él, ambos eran parecidos. Su corazón comenzó a acelerarse al notar la tristeza en los ojos de la joven y un impulso extraño lo obligaba a acercarse a ella y tomarla entre sus brazos.

Pero antes de que pudiera si quiera acercarse lo suficiente, un estruendo se escuchó en la entrada al bosque, ambos salieron con sus armas en las manos y notaron como un enorme demonio con cabeza de buey salía de entre los árboles.

-Esta es una buena oportunidad- expresó el joven mirando al demonio, quería pobrar el mismo movimiento que había hecho en el bosque esa misma tarde

La sacerdotisa notó como el joven caminaba hacia el demonio y lo permitió, cualquier cosa que pasara, ella estaría ahí para cubrirlo.

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Hola~!!! Ahora demoré menos en traerles continuación y creo que se las debía jejeje...
Espero pronto traerles más. Muchas gracias por su apoyo!!!

El Destino de Dos Pecadores (Sasuke x Kikyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora