JUNTOS

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Caminaba de un lado a otro, el nerviosismo no paraba de golpearle en el pecho, esperaba que en cualquier momento se apareciera frente a él, y no estaba seguro de cuál sería su reacción. Tal vez con esa sonrisa que siempre la caracterizaba o con el ceño fruncido por la molestia que aún no se le bajaba, esperaba fuera lo primero, pero era claro que era lo menos probable.

Por más que intentaba no lograba encontrar las palabras adecuadas, si se aparecía, claramente primero se tenía que disculpar, ¿pero y después?, ¿cuál sería su siguiente movimiento?, ¿Qué le diría?, "¿Te amo?", "¿Me gustas?", "¿Estoy loco por tí?", "¿Me traes más idiota que Naruto?", "¿Quiero darte toda mi ternura?", ¡¿Cuál era la frase adecuada?!, La frase que no la haría huir de él o perder su amistad si llegaba a fallar.

Todos lo tenían clasificado como un genio, pero para esto definitivamente era la persona más idiota de todas.

Jamás creyó que llegaría tan lejos.

Toda la confianza que había acumulado después de hablar con Hinata se había desvanecido, sabía que su prima casi hermana tenía razón, después de todo él conocía a Tenten como a nadie más, se había hasta aprendido cada uno de sus gestos después de observarla por mucho tiempo, como el idiota enamorado que era; y sabía que no se alejaría ni huiría, ella no era una cobarde, en ese aspecto, hasta tenía más agallas y seguridad que él, la mejor prueba había sido esa discusión por aquel ataque de celos, mientras que él había huido del problema enojado, sin mirarla y sin explicarle el porque de sus patéticas acciones, como un niño berrinchudo; ella estaba seguro de que iría a su casa a buscarlo para pedir disculpas y aclarar las cosas aún cuando no había tenido culpa de nada. Y esa había sido la razón por la cual estaba seguro llegaría en cualquier momento y por la cual le había dejado ese sutil mensaje a Hiashi, (otro punto por el cual se había enamorado perdidamente de ella, ¿Ya cuántos iban?).

En un momento, tratando de alejar los malos pensamientos sobre la posibilidad de lo mal que podía resultar todo después de eso, se plantó en un punto, la cascada en frente suyo y los pájaros en los árboles cercanos dejaba fluir un ruido tranquilizador y placentero.
A su mente llegaron todos los momentos que habían pasado juntos en aquel lugar, tanto malos como buenos; todas las veces en las que se contaron sus problemas e inquietudes, las veces que lloraron uno frente al otro y al mismo tiempo se daban ánimo y consuelo, las veces que se contaron sus secretos personales, y la vez que se despidieron para emprender camino hacia la guerra, prometiéndose que volverían con vida, fuera como fuera, y habían cumplido.

Miró el ramo de docena de tulipanes en su mano, aún no podía creer como había tenido las agallas para llegar al establecimiento y comprarlas, algo tan cursi como eso no era característico de él, era algo que iba en contra de la naturaleza y el orden del universo, pero aún así lo hizo; la misma Ino se lo había hecho saber después de ir a su florería y no parar de burlarse, ¡de él!, no entendía como se había atrevido cuando de adolescentes hasta le tenía miedo, al parecer le estaban perdiendo el respeto. Pero no sólo eso, además le había hecho saber que sabía quién era el destinatario de tan grato detalle, provocando que  sus mejillas se colorearan de un rojo intenso haciendo soltar una carcajada más grande de parte de la rubia escandalosa, pero aún así no lo negó, por más avergonzado que estuviera era algo que no haría nunca de ahora en adelante, se había prometido no negar sus sentimientos por Tenten, además de que esperaba que pronto se hiciera oficial si salía todo bien; y sabía que Ino no lo divulgaría, algo le decía que podía confiar en ella, pero no podía negar que aquello había sido humillante y un gran golpe a su orgullo, pero por ella...por Tenten, haría lo que sea, hasta pasar la peor de las vergüenzas frente a los demás.

Sabía que los tulipanes eran sus flores favoritas, a decir verdad, ahora que lo pensaba bien, sabía más cosas de ella que de sí mismo, y eso le aterró por un segundo, ya que podía catalogarse como un acosador. Pero no, sabía que ella nunca lo vería como ese tipo de chico, ella confiaba ciegamente en él.

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