capitulo 13

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  **Elizabeth**

Renata está sirviendo mi café cuando Morgan aparece, la pelinegra aún tiene puesta la ropa con la que estaba nadando esta mañana, al verla llegar no puedo reprimir mi mal humor.

-Buenos días- susurra- Lamento no estar para cuando te despertaste- se disculpa conmigo, trata de sonreír, en cambio, sale una mueca torcida, Renata pone mi café frente a mí y luego le sirve el desayuno a Morgan- Muchas gracias Renata todo se ve delicioso- la pelinegra agradece amable

-Retírate- le ordene al ama de llaves, pero ella parecía un poco reacia a irse- ¡Es mejor que te pierdas! - gruño molesta.

-Elizabeth no tienes por qué tratarla de esa manera- Morgan interviene viendo con pena a Renata, le regala una sonrisa compasiva y el ama de llaves contesta con una sonrisa para luego irse, Morgan me mira con desaprobación ¡Como si me importara su opinión!- Ella se merece tus buenos modales-dice tomando un poco de fruta.

Sentí como el calor me subió a la cabeza, aprete tanto los dientes que estos rechinan- El cómo yo trate a mis empleados no es de tu incumbencia- dije furiosa, Morgan levanta la mirada de su comida y la conecta con la mía.

Puedo ver que mi comentario ha tocado una fibra, su mandíbula se tensa.

-¡Elizabeth, eso ha sido muy...!

-Disfrutaste tu noche-corto su indignación, Morgan aparta su mirada con las mejillas rojas - Sabes cuándo me acuesto con una puta, usualmente soy yo quien deja la cama -mi comentario le cortó la respiración a Morgan e inmediatamente volvió a poner su mirada en mí- Debo admitir que jamás había experimentado despertarme desnuda en una cama sola cuando se supone que debería estar acompañada- el rostro de Morgan perdió color, su mirada se endureció por mis palabras.

-Es mejor que me retire para que puedas calmarte- dice levantándose de la silla.

-¡Tú te quedas donde estás!- grité la orden, la pelinegra me fulmina con la mirada, pero obedece- Sabes anoche te ganaste el sueldo- los ojos de Morgan se cristalizan, pero su mirada no refleja tristeza, sino rabia pura- Pero no eres más que una aprovechada y descarada, yo te pago y tú me coges ese es un buen trato, no es como si hubiera esperado rosas al despertar, pero me molesta que me uses para satisfacer la falta de amor en tu vida- era más que evidente que Morgan se había acostado conmigo en un momento desesperado por traer de vuelta a su amadísima mujer, ¡esa por la que llora como una cría! Morgan no dice nada solo me ve furiosa- Pero no podía esperar menos de ti, pero que no se te olviden nuestro acuerdo, no olvides las reglas Morgan, si las rompes te jodes, Ahora también tendrás que tener en cuenta que nadie me traiciona así que si por alguna razón no te ha quedado claro te lo voy a explicar- le dije acercándome un poco a la mesa, la respiración de la pelinegra era fuerte- Si tú piensas siquiera traicionarme con esa puta que te quita el sueño que te hace lloriquear como una niña por las noches, que te tiene tan necesitada como para cogerte a según tú a la persona menos tolerable del mundo- le dije dos lágrimas se derrama de los ojos de la pelinegra tenía la mandíbula tensa y los labios apretados- Entérate de que si lo haces voy a convertir tu vida en un infierno-le amenazo- Y voy a encargarme que la vida de esa perra no valga nada...

Morgan se levanta de una manera colérica, agarra la mesa y la lanza lejos, la inesperada explosión me petrifica en mi lugar, ella me toma los brazos y los aprieta contra la silla que era de hierro, Los ojos de Morgan se veían negros como la noche las lágrimas se derraman por sus mejillas coloradas, tenía los dientes apretados, su pecho subía y baja lentamente como si estuviera conteniendo a una bestia, la pelinegra se había abalanzado quedando a escasos centímetros de mi rostro, ahora aquí, en este momento Morgan era terrorífica.

-¡Nunca jamás en tu vida vuelvas hablar de ella de esa forma!- me gruñe entre dientes su voz era ronca por la cólera- ¡Nunca!- me grita no pude evitar saltar por el susto- Y si crees por un momento que te tengo miedo, que tus palabras me harán meter la cola entre las piernas y arrastrarme a tus pies, estás totalmente equivocada, porque si te deshaces de mí tendrás que ser tú la puta follando a ese pobre desgraciado por un poco más de dinero de lo que me has pagado a mí, pero eso no cambia lo que es-me suelta y se aleja hasta que estuvo a un par de metro de mí solo con la mirada fija en mí- Pero yo no soy como tu Elizabeth mis padres me enseñaron a tener honor en mi palabra, claro, ¡pero tú que sabrás de eso! Así que no te preocupes que aunque tenga que castrarme te seré fiel por los dos años que durará este infierno- un par de lágrimas más se derraman de sus ojos que ahora reflejan dolor- Pero te juro que si vuelves hablar de Madeleine de cualquier forma, me importará una mierda el maldito acuerdo todo este teatro se irá al infierno- se gira para irse, pero cuando está a varios pasos lejos, la escucho decir - Además que ella está muerta y por más que desee estar con ella nunca podré, así que tendré que conformarme contigo, y tú tendrás que conformarte conmigo, en serio lamento haberte tocado- me dice con la voz ronca, pero no estoy segura de que si es enojo o tristeza.

Después de eso Morgan no volvió a dormir conmigo, o, a dirigirme la palabra, sus detalles caballerosos se terminaron, no me toca ni por error, si tenía que hablarme siempre es lo más breve que se pudiera, no volvió a cocinar, se pasaba casi todo el día arreglando cosas con el capitán o nadando en el océano, duerme en el sofá, por las noches puedo escuchar sus gemidos y sollozos, sus pesadillas se volvieron más frecuentes.

El resto del tiempo en la isla fue un verdadero calvario, fácilmente empecé a extrañarla, me hacía falta su actitud ligera y risueña, sus constantes bromas o la falta de vergüenza que a veces podía tener, era algo ridículo extrañar a una persona que puede llegar a molestarte tanto, y era algo patético extrañar la compañía de alguien que había dejado claro que no desea tocarte ni con un palo, pero una Morgan furiosa era algo con lo que puedo vivir felizmente, pero una Morgan triste es algo que ni siquiera quiero ver, así que termine evitándola tanto como ella me evitaba.

Para cuando nos tocó dejar la isla Morgan tenía un aspecto demacrado con bolsas debajo de los ojos, la piel pálida, la nariz roja porque al parecer cogió un catarro, verla era algo incómodo.

El viaje en el yate ahora se sintió eterno en comparación al viaje anterior antes de que me lanzara por la borda estamos ya estábamos subiendo al SEDÁN negro para ir al aeropuerto.

-Mis padres estarán para recibirnos- le anuncio a Morgan dentro del auto - Desean vernos primero que nadie

Morgan no volteo a verme, seguía con la mirada enfocada en ver por la ventanilla- Bien- fue su corta y seca respuesta.

-Querrán ver a una pareja de recién casados que llega de su luna de miel- comento- No esto- nos señalé.

-Descuida- sus ojos se encontraron con los míos están cristalinos y opacos- Haré por lo que me pagaste-me dice apartando su mirada.

Si el viaje en el auto fue un martirio, el viaje en avión sería todo un infierno. 

Contrato de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora