capitulo 28

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*Elizabeth*

- Morgan es mejor que estes prestando atención- vuelvo a decir- Prometiste ayudarme con esto- me acerco a ella muy molesta- Morgan ¿me estas escuchando? - le pregunto al ver que ella sigue en la misma posición.

- ¡Sip! Pero la verdad es que estoy ayudando mucho- me dice y desliza las gafas oscuras sobre el puente de su nariz dejándome ver sus profundos ojos café mientras mete otra dona en su boca llenándose la boca- ¡Hum, delicioso! - sobreactúa para molestarme.

-Morgan me prometiste que me ayudarías a buscar un vestido para la fiesta de mis padres, pero en cambio solo estas bien sentada comiendo donas ¿ni se cuántas donas llevas comiéndote ya? - le reclamo.

La pelinegra traja su bocado y me sonríe- Llevo seis- de dice con expresión de triunfo en el rostro- Vamos hermosa no te enojes- dice dejando la dona en la caja para acercase a mí, me rodeo con sus brazos acaricia mi mejilla con la punta de su nariz-Verte ponerte ropa no llama mi atención como la idea de quitártela- susurra en mi oído- Además cada cosa que te pones se te ve bien- su mirada se encuentra con la mía roza mis labios con los suyos- El color rojo te sienta de locura-me besa tiernamente, pero rápidamente el beso se profundiza abrazándome con fuerza pegándome a su cuerpo.

Siento como la temperatura de mi cuerpo se eleva enredo mis dedos en su cabello, ella acaricia mi espalda, un gemido se me escapa de los labios.

Morgan se ríe en mis labios- Tranquila hermosura está incendiando el lugar- me dice divertida- Estas apunto de quemarme-se aleja un poco para verme a los ojos- Y eso me encanta- el deseo se lee en sus pupilas dilatadas.

Cof, Cof, Cof.

Es escucha a espaldas de Morgan alzo un poco mi vista y me encuentro con la mirada de las dos dependientas, las chicas tienen el rostro rojo por la vergüenza, siento como el color sube a mis mejillas y la vergüenza me llena a mí también, pero Morgan solo se gira y les regalo una bríllate sonrisa.

-Por favor no me culpen, Quién podría mantener las manos lejos de esta preciosura- las dependientas solo se ríen bajando la mirada como si fuesen colegialas, Morgan se rio con ellas eso sinceramente me molesto, ¿acaso no había mujer que se resistiera al encanto de Morgan? La pelinegra volvió su atención en mi- Este es el vestido ganador-me muestra su perfecta dentadura.

- ¡¿Este?! - pregunto sorprendida de que escogiera este vestido en específico- No crees que es un tanto provocador y bastante revelador- le dijo volviéndome para verme en el espejo.

Morgan me sigue me toma de los hombros acerca sus labios a mi oído- Eso es lo que me gusta, no quiero ocultarte de nadie, al contrario, quiero que todos me envidien- me susurra al oído dejando un pequeño beso en mi cuello, se aleja de mí, dejándome un poco mareada- ¿Quieres una dama frígida, o, tu esposa? - me pregunta con su atención en uno se los maniquíes

-Mi esposa por supuesto- digo un poco confundida.

-Eso es bueno saberlo, voy a llevarme este- señala en maniquí frente a ella, es un traje azul marino y una camisa negra- Y voy a llevar estos- apunto a unos zapatos de vestir en color borgoña- Creo que será todo- dice a la dependienta que rápidamente comenzó a buscar la talla correcta para Morgan- eso fue fácil ¿no? -dijo acercándose a mí para besarme.

-Eso es lo que llevaras puesto ¿segura? -dijo sorprendida.

-Claro que si hermosura, ya verás que bien nos veremos, y si no es así siempre podemos quitarnos la ropa- de guiña el ojo de forma picara

Estamos por besarnos cuando la dependienta nos interrumpe con la ropa de Morgan, ella me sonríe y se retira a los probadores, no espero mucho cuando sale ya vestida con su traje y los zapatos de vestir, que para mi sorpresa le quedan muy bien.

-¿Qué tal? - me pregunta con una sonrisa orgullosa.

Y debe estarlo porque ese traje le queda perfecto, la camisa se pega muy buen a su cuerpo dejando ver las sensuales curvas de sus atributos, los pantalones se ajustan alrededor de sus piernas bien contorneadas, y el blazer le queda perfecto, se ve hermosa y fina como un buen vino. Me acerco a ella rodeando su cuello con mis brazos, me acerco nuestros rostros lentamente hasta que nuestros labios se rozan y nuestras narices se acarician.

-Te ves comestible- le susurro-La idea de quitarnos la ropa me ha convencido-la beso con pasión

Cuando nos alejamos ambas estamos con la respiración entrecortada y agitadas.

-Creo que es hora de irnos-me dice con lujuria en sus ojos y yo solo puedo asentir.

No sé lo que me está pasándome, pero no puedo mantener mis manos lejos de Morgan, no puedo estar lejos de ella, amo su olor, amo su risa, amo la forma picara en como bromea conmigo, amo sus besos, deseo sus caricias, su compañía, amo que sea mía y solo mía... ¡Dios mío! Me atraganto ¡Amo a Morgan! Por fin caigo en razón ¡Estoy jodida! reflexiono.


Contrato de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora