10 - Todo de ti, maldita sea

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Por supuesto que sí. Te amo por completo.

¿Quién no podría enamorarse de ti?

~

Aún recuerdo tu expresión de tristeza.

Habían pasado más de dos años desde que nos graduamos de la universidad cuando me arrodillé ante ti.

Tu rostro se iluminó de felicidad y aceptaste. Pero a medida que pasaban los días, esa felicidad se esfumó.

—John —me llamaste y tu voz se rompió. Tus ojitos se estaban llenando de lágrimas, destrozando mi corazón—. Sabes que te amo, que pasaría toda mi vida a tu lado, me encantaría casarme contigo. Pero es imposible.

Mi mente quedó en blanco, no sabía por qué decías esto ahora, o qué había sucedido para que cambiaras de parecer.

Me acerqué a ti y te abracé. Te acurrucaste en mi pecho y dejaste que tu llanto saliera.

Acaricié tu cabello mientras te desahogabas, temblabas contra mí y mi corazón se rompía un poco más por cada lágrima que se escapaba de tus preciosos ojos.

Cuando lograste calmarte un poco, comenzaste a hablar.

—Jamás me había preocupado por algo así, pero comencé a investigar y no hay forma de que podamos casarnos. Es ilegal envejecer junto al amor de mi vida.

Te abracé con más fuerza que antes. Entendía cómo te sentías, por eso lo había pensado tanto antes de proponértelo.

—Lo sé, amor. Y sé cuánto duele. Por eso tengo esto.

Te entregué un sobre blanco. Me viste con curiosidad y recelo antes de animarte a abrir mi regalo.

Sacaste los boletos de avión y los observaste un largo rato.

—¿Qué es esto? ¿Iremos a Chicago?

—Conocí a tus padres el verano pasado. Creo que sería bueno que conocieras, en persona, a los míos antes de casarnos.

—¿Nos casaremos en tu ciudad natal? —tus ojitos comenzaron a brillar con ilusión.

—Si así lo quieres, sí. Tal vez sea un papel inservible aquí, pero sé que en algún momento aceptarán que un amor como el nuestro es real y no tiene nada de malo. Y si no lo hacen, al menos tenemos un lugar donde nuestro amor sí es reconocido.

Las lágrimas en tus ojos ya no eran de tristeza y tu sonrisa había regresado. Me abrazaste con fuerza, diciendo te amo una y otra vez.

...

—John, en serio. ¿Por qué tanto misterio?

—Solo relájate y disfruta del viaje.

—Tengo los ojos vendados, lo único que siento es el movimiento del auto y la música.

Entrelacé nuestras manos, riendo un poco ante tu berrinche.

—Falta poco para llegar.

—¿Acaso me estás secuestrando? ¿O vas a asesinarme? Es bueno enterarme de esto antes de casarnos para poder escapar más fácil de ti.

—Deja de pensar tonterías. Ya llegamos, pero aún no puedes quitarte la venda.

Te cruzaste de brazos, haciendo más berrinche. Bajé del auto y me di la vuelta para ayudarte a salir.

—¡AH!

—¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?

—El suelo esta blandito.

—Es césped.

Te abrazaste a mi cintura y te guié hacia mi sorpresa.

Con cuidado, nos sentamos sobre la manta que había preparado. Estabas serio y callado y eso me asustaba un poco.

—John, ¿dónde estamos?

—Estoy seguro que ya descubriste dónde.

Te quité la venda y tus ojos se iluminaron al reconocer nuestro rincón en el mundo. El lugar donde tuvimos nuestra primera cita y te llevé en cada aniversario y fecha importante.

Como siempre, nos acomodamos debajo de aquel árbol que tanto te gustaba, junto al pequeño río que tenía su sonido tan característico.

—¿Hoy es un día especial y lo olvidé?

No lo era, todavía no.

—No, tranquilo —reí, ante tu rostro de preocupación—. Aún falta un mes para ir a Chicago y pensé "deberíamos casarnos antes en corea, aunque no haya un juez de por medio".

—¿A qué te refieres?

—Corea es nuestro hogar y en Estados Unidos no van a estar nuestros amigos para festejar. Por eso, qué mejor que nuestro lugar especial para ser testigo de nuestro matrimonio.

Las lágrimas de felicidad hicieron brillar tus hermosos ojos y mi corazón se derritió de amor.

—¡Te amo! —te lanzaste sobre mí y me abrazaste con fuerza.

Comencé a decir todas las razones por las que te amo. Tu preciosa mirada, tu dulce voz, tu increíble sonrisa que me volvía loco, tu cabello que, hicieras lo que hicieras con él, era perfecto. Tu suave piel, tu energía al bailar, tus gestos característicos que los conozco de memoria, el sonrojo de tus mejillas, cada piercing que adorna tus orejas, cada tatuaje que podría pasar horas observando y redibujando con mis dedos. Tu humor tan particular, tus chistes subidos de tono, tus berrinches, tus días de pereza, tus días de hiperactividad, tus momentos de mucho amor y también los de espacio personal. Tu ayuda desinteresada, tu amabilidad, tu honestidad.

Necesitaba que lo sepas, necesitaba que entendieras lo importante y valioso que eres en mi vida.

—¿Tanto así me amas? —tus mejillas se tiñeron de rojo. Te besé susurrándote una y otra vez que te amaba.

Por supuesto que sí. Te amo por completo.

¿Quién no podría enamorarse de ti?

Pero era a mí a quien le estabas dando el "sí".

Era conmigo con quien intercambiabas anillos.

Y era yo la persona más afortunada del mundo por poder estar a tu lado.







Este es el fin de JohnTen T^T (o tal vez no uwu)

Gracias por leer y votar ♡ me hacen muy feliz :3

PERO esto no termina 7w7 el miércoles publicaré la portada y sinopsis de YuWin. No solo van a conocer en profundidad a esta pareja, sino que se enterarán de más cosas del JohnTen y de otras parejas.

¿Alguien sospecha cuál es el nombre de la historia del YuWin? Fue mencionado en esta historia. Quien lo adivine será etiquetado en el primer capítulo (porque no tengo otro premio para dar jajaja)

Gracias por todo, espero verles en la otra historia ♡

Parte 2: Mi Ángel (YuWin)

Mi Tentación (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora