𝐌𝐑. 𝐁𝐑𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒𝐈𝐃𝐄
A la mañana siguiente, no fueron los rayos de sol lo que me despertaron, si no el sonido de los armarios de la cocina abriéndose y cerrándose, causando un gran estruendo que resonaba por toda la casa. Un agradable olor a tortitas y zumo llegó hasta mis fosas nasales, haciendo que una pequeña sonrisa apareciese en mi rostro; mi madre estaba en casa. Con el estómago rugiendo tan fuerte que hasta llegaba a ser molesto, bajé las escaleras a toda prisa, deseando llegar a la cocina y sentarme a desayunar.
En cuanto entré a la cocina, encontré a mi madre, con el pelo recogido en un moño que quedaba por encima de su nuca y un bonito vestido de flores. Estaba sirviendo las tortitas que acababa de hacer en dos platos, por lo que, cuando entré, tuve que aclararme la garganta para que se percatase de mi presencia.
-Buenos días, Gigi –dijo mi madre, dejando el plato sobre la encimera para poder girarse y mirarme. Sonrió ampliamente, cosa que yo imité al escuchar el apodo cariñoso con el que solo me llamaban mis padres y mis dos mejores amigas.
-Hola, mamá –saludé. Me senté en uno de los taburetes que rodeaba la isla que había en el centro de la cocina y me serví un poco de zumo de naranja. Sin apartar la mirada del líquido que estaba vertiendo en el vaso, añadí -: ayer no te vi en todo el día.
-Tengo mucho trabajo –comentó, dejando escapar un suspiro. Se frotó el puente de la nariz con su dedo índice y su dedo pulgar, cerrando los ojos mientras negaba con la cabeza -. Además, ayer me llamaron para decirme que otra vez han pillado a esos Pogues metiéndose en una de las casas.
Yo, al escuchar las palabras de mi madre, casi escupo el zumo que acababa de beber. Sabía que se trataba de Kiara y los sucios de sus amigos, por lo que, sin poder controlarlo, miré a mi madre haciendo una mueca, preocupada por si sabía de quién se trataba.
-Lo siento, hija –se disculpó. Se acercó a mí y colocó sus manos, una a cada lado de mi cara, para después, darme un beso en la cabeza como muestra de afecto. Yo sonreí y asentí, sintiendo un gran alivio al confirmar que mi madre no tenía ni idea de que una de mis dos mejores amigas andaba colándose en las casas de la construcción.
Aunque no me gustase admitirlo, sentí una sensación de calidez florecer en mi cuerpo cuando sus labios rozaron mi cabeza. Era raro que mi madre tuviera ese tipo de comportamientos conmigo porque era la persona menos cariñosa que había conocido nunca; sabía que me quería, pero lo demostraba a su manera y, a veces, llegaba a ser bastante difícil creer que le importaba lo más mínimo lo que pasara conmigo.
Durante el desayuno, estuvimos conversando sobre el viaje a Hawái que llevábamos planeando un par de meses, deseando darnos un descanso de lo que suponía vivir en un lugar como Outer Banks. Cualquier persona diría que era un auténtico paraíso, pero solo hacía falta pasar un tiempo en él, para darse cuenta de que paraíso era la palabra menos acertada de toda la lengua. Además, no lo habíamos hablado, pero estaba segura de que las dos aprovecharíamos la oportunidad para estrechar nuestra relación, ya que, desde que mi padre se marchó, era una relación bastante fría y distante la mayoría del tiempo.
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paradise on earth || rafe cameron
FanfictionOuter Banks el paraíso en la tierra, donde tienes dos trabajos o dos casas, dos tribus, una isla. Figure eight, la parte rica de la isla, hogar de los kooks, mi hogar. Soy Grace King y este verano lo iba a recordar toda mi vida, pero no por lo que...