Outer Banks el paraíso en la tierra, donde tienes dos trabajos o dos casas, dos tribus, una isla.
Figure eight, la parte rica de la isla, hogar de los kooks, mi hogar.
Soy Grace King y este verano lo iba a recordar toda mi vida, pero no por lo que...
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LA FIESTA
La voz de Ward resonaba por toda la primera planta de la casa de los Cameron, porque, aunque Rafe y él se encontraban en la terraza, su voz tajante y dura sonaba mucho más fuerte de lo que a Ward le gustaría. Y, es que, a pesar de los numerosos problemas que todo el mundo suponía que habitaban en el interior de nuestras enormes y perfectas casas, si había algo que nuestros padres hacían bien, era intentar enseñarnos la importancia de las apariencias. Daba igual cuantos problemas nos quitaran el sueño por la noche, porque lo que teníamos que hacer, siempre, era convencer al resto de que nuestra vida es idílica.
Y eso era lo primero que había que aprender en nuestro mundo.
Y justo a nosotros, a Topper, Rafe, Sarah y a mí se nos daba de maravilla. Gracias a nuestros maravillosos padres.
-¿Y los generadores de emergencias? Te di el dinero y me dijiste que te encargarías ¿Dónde están? – desde donde estábamos Sarah y yo escondidas solo podíamos ver a un Ward con semblante serio, esa cara que solo yo veía cuando de Rafe se trataba, como si estuviera harto de todo lo que englobase a su hijo.
- Los he pedido.
La voz de Rafe, aunque por como estaba levantando también el tono, estaba claro que estaba tratando de sonar tan duro como su padre. Sin embargo, no había mas que prestar un poco de atención para percatarse de que de vez en cuando le temblaba un poco la voz, lo cual era una señal de que estaba nervioso. Muy nervioso. Y, si lo conocías, tan bien como yo, sabías que cuando Rafe está nervioso, es porque no está bien. Por lo que, Rafe no estaba bien.
Otro grito de Ward consiguió que me estremeciera, haciéndome pensar en que, si yo me estaba sintiendo algo intimidada cuando ni siquiera me estaba gritando a mí... ¿Cómo se estaría sintiendo Rafe? ¿Qué habría pasado para que su padre estuviera así de enfadado? ¿Estaría bien? ¿Sería por dinero? ¿Lo habría pillado metiéndose... Joder, ¿eran las cosas como esta discusión lo que lo habrían hecho que llegase a "refugiarse" en la droga?
Cuando el torbellino de preguntas de mi cabeza fue tan fuerte que sentí una ligera sensación de mareo golpearme, cerré los ojos con fuerza y tragué saliva para deshacerme del pequeño nudo que había aparecido en mi garganta. Cogí una bocanada de aire y, tratando de ignorar los continuos gritos de Ward y las respuestas tan tajantes de Rafe, sacudí la cabeza y pestañeé un par de veces.
-Ponte las pilas, Rafe, o vete a vivir al Arrabal – volví a escuchar la voz de Ward antes de poder ignorar todo el malestar que estaba sintiendo dentro de mí.
Tenía que ir en broma, si todo ello era por unos malditos generadores, estaba pasándose con Rafe. No tenía ni idea de como tratar con su hijo, nunca la tuvo, ni cuando a los diez años Rafe se metió en una de sus primeras peleas en la academia y llegó a casa con un ojo morado y lo único que supo hacer fue gritarle y pedir a la asistenta que le diera una bolsa de hielo y desaparecer de la cocina, mientras Sarah y yo con siete años mirábamos toda la escena sin saber que hacer, como ahora, las dos paradas escuchando todo sin salir a defenderle.
