No recuerdo bien como pasó, solo estaba ella en la cama de aquel mugroso y detestable hospital que además te cobraba por el tratamiento contra una supuesta enfermedad incurable el equivalente al valor de un 0km de alta gama (Elija usted, amigo lector, el que más le guste). Su pulso fue cada vez más bajo hasta que se escuchó aquel sonido, el que toda persona en este planeta detesta, a las 3:35 de la madrugada, ese pitido interminable que quiere decir "se acabó, tu final llegó"
No sabía qué hacer, si llorar, gritar, patear, golpear u otra cosa estúpida carente de sentido. Estaba más enojado que triste.
Apenas llegué a mi casa revoleé los zapatos, el saco impermeable que llevaba puesto y empecé a gritar tirado en el suelo:
-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué a mí?! ¡¿Por qué ahora?!-
Lo repetía una y otra vez hasta que escuché una voz muy fuerte en mi cabeza:
-Con que quieres saber el "Por qué", ¿Eh?
-¡Sí!- Le grité al aire. – ¡Sí quiero!-
-Dentro de unos meses lo sabrás- Me dijo con un tono tenebroso y disminuyendolo poco a poco –Lo sabrás.-
Pasé semanas en casa preguntándome por qué había muerto y de qué. Los médicos decían que fue una infección de nivel 4 en el brazo izquierdo por un corte profundo pero era imposible que de un corte tratado a tiempo haya muerto. Ella estuvo en el hospital las últimas dos semanas de su vida. De todos los casos de homicidios, suicidios y secuestros ninguna víctima había fallecido por algo así. No podía ser posible.
Había empezado a investigar por mi cuenta que pudo suceder, así qué le había dicho a mi jefe que si encontraba algún cuerpo muerto con lastimaduras, me avise. Le pareció una falta de respeto y enfermizo pero accedió. Me puse manos a las obra. Tomé mi mejor ropa de detective, busqué mis cosas, me preparé un buen licuado y cargado de energía salí de casa. Pero al momento de salir sentía como si mi cabeza se partiera en dos, como si alguien estuviera dentro de mí, me sacudiera y empezara a hacer fuerzas opuestas con sus brazos. Al poco tiempo, el dolor desapareció a la vez que escuché un grito dentro de mí:
"¡Noooooo!"
El pánico se apoderó de mí, fue entonces que decidí ir inmediatamente al médico. Como no estaba lejos del consultorio, demoré poco tiempo en llegar. Estaba todo sudado y con algo de miedo. Odio los hospitales, centros médicos y todos los lugares que tengan que ver con medicina, no sé, no me gustan. Este en particular no era tan feo, estaba bien cuidado y decorado, lo que me hizo sentir un poco mejor. Cuando llegó mi turno el doctor me atendió con mucha gentileza.
-Buen día.- Saludó el doctor.
-Buen día.- Lo saludé tímidamente.
-Cuénteme, ¿Qué le está pasando?
-Bueno, verá, mi esposa falleció hace unos días y no me estuve sintiendo muy bien que digamos.- Le dije confiado.
-Hmm.- Expresó el doctor. -¿Sintió mareos, náuseas, o algo parecido?
-Escuché un grito en mi cabeza que decía "Noooo" ¿Eso es un síntoma?-
-Emmm, creo que no soy la clase de médico que debería ver, pero le haré un análisis.- Dijo levantándose de sus silla, acercándose a mí y poniendo sus dedos en mi cuello para sentir mis amígdalas.
Me hizo un par de exámenes.
Empezó con el pulso, siguió con la presión, midió la frecuencia cardíaca y respiratoria, tomó la temperatura del cuerpo y me examinó el oído. Al rato de los exámenes le pregunté:
-¿Qué tengo, Doc?-
-La verdad que no sé, usted está sano, no noto nada fuera de lo correcto en su sistema. Ese tal grito que escuchó pudo ser de la calle misma, ya sabes vives en pleno centro, o pudo ser obra de tu imaginación. Esa es la teoría menos probable pero las posibilidades no son nulas.-
-¿Entonces debería estar tranquilo?
-Tranquilo sí, pero tampoco tanto- Me dijo con una pequeña pausa –Te voy a dar ésta revista que contiene, en una de sus páginas, el número de un mejor centro médico al cuál podrías acudir por si esto te sucede otra vez.- Terminó rápido porque tenía otro paciente en espera y se estaba demorando mucho conmigo.
Le agradecí, pagué la consulta y me fui.
-Le voy a hacer caso.- Dije luego de subirme al auto.
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Trastorno, dos personalidades diferentes.
Mystery / ThrillerUn detective, tras un pasado traumático, ha desarrollado una segunda personalidad que lo ha atormentado toda su vida. ¿Te crees capaz de saber que tiene?