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Para cuando había finalizado el video escucho un golpe fuerte en la pared. Me puse de pie, tomé el hacha y esperé en posición de combate. Estaba todo en silencio, se escuchaba solamente mi respiración y el pitido en el oído. De repente otra vez el golpe en la pared que abre una grieta. Me preparo pero nada. Otra vez el silencio y mi respiración. Estuvo todo en silencio durante 10 segundos interminables. Miro hacia atrás y se escucha el último golpe contra la pared. Se había destruido por completo, restos de pared golpearon mi traje y lo destrozaron. Me caí al suelo. Una luz incandescente me cegó y una sombra en toda esa luz que entraba por el hueco se iba acercando a mí. Era mi esposa con el cuchillo en el brazo, todo el vestido que traía puesto estaba cortado y ella caminaba renga. A medida que se iba acercando yo trataba de ir a diferentes lugares para que no me atrape. Mientras estaba huyendo no me había percatado de que la puerta dónde estaba el suelo roto estaba en frente mío, intento frenar pero era muy tarde. Tenía medio cuerpo afuera y me agarraba del borde, estaba colgado de la puerta básicamente. Cuando trato de subirme veo a mi esposa en frente mío que me agarra de la mano, me levanta y me tira fuertemente y con odio hacia la mesa del comedor. Se logró sacar el cuchillo del brazo y me lo lanzó clavandolo en el riñón. Comenzó a acercarse, yo tenía cada vez más miedo y sentía mi propio corazón latir cada vez más fuerte. Cuando se acercó lo suficiente me senté en el piso cubriéndome un poco la cara con los brazos mientras sostenía el cuchillo aun en mi riñón. El hacha estaba cerca mío pero no tenía fuerzas para moverme y además, estás son mis consecuencias por todo el mal que le hice.

-Amor.- Me dijo con una voz casi disfónica que apenas se escuchaba mientras levantaba mi mentón con su mano para verla a la cara. –Eres mi cielo, y por lo que veo, aceptaste tus consecuencias del mal que me has hecho ya que pudiste haber escapado o haberme matado pero no lo hiciste. Es por esa acción que te voy a dejar vivir como una segunda oportunidad, pero antes.- Dijo mientras se ponía de pie y apoyaba su brazo muerto en mi cabeza haciendo una larga pausa de silencio.

-Hay que salvarte.-

Comenzó a balbucear y a repetir extrañas palabras "Kurmok, lianyultres, dertimaklomo", las repetía sin cesar...

-Kurmok, lianyultres, dertimaklomo. Kurmok, lianyultres, dertimaklomo. Kurmok, lianyultres, dertimaklomo.-

-¿Y eso para qué es?- Pregunté sorprendido por lo que estaba viendo y escuchando.

-Yo te traje aquí, el incendio, verme de niña, destruir la escalera, llevarte hasta el último piso, destruir el suelo y encerrarte aquí lo provoqué yo para librarte y hacerte entender por lo que estás pasando y haciendo. Eres una persona maravillosa, solo necesitas librarte de esa personalidad que te tiene atrapado en una burbuja de locuras y esquizofrenias.- Dijo sosteniendo su brazo en mí cabeza.

Comencé a experimentar una sensación extraña, una mezcla de dolor y placer al mismo tiempo, como si algo saliera de mi cuerpo, el dolor me encegueció, comencé a alucinar, sentí que flotaba, escuchaba gritos de dolor, luego me desvanecí por completo. Quizá fueron segundos, no lo sé, pero al reaccionar comencé a ver tonos de colores en blanco y negro y se alcanzaba a oír un un zumbido muy leve que me tranquilizaba. Las tonalidades parpadeaban al ritmo de mi corazón, cada vez más rápido, sentía como si una mano saliera de mi pecho. Mi pulso se aceleraba cada vez más. Comencé a gritar por el dolor hasta que se calmó y veo entre sombras, una silueta masculina, no comprendía bien lo que sucedía, pero desde ese momento el ambiente se tornó oscuro, alcanzaba a ver la forma humana penumbrosa frente a mí, eso también me miraba como si me conociera. Por un momento pensé que era mi alma y me pregunté si estaba muerto. Creo que nunca lo comprenderé del todo. ¿Brad estaba frente a mí?, tenía mucho pelo y era rubio. Sus ojos eran marrones, medio achinados, la nariz era extraña, algo grande pero corta. Las orejas no se veían por todo el pelo que traía y tenía la mandíbula definida.

-Así que esto soy... vaya.- Preguntó mirándose las manos mientras las abría y cerraba constantemente.

-¿Quién eres? - Pregunté incrédulo de lo que estaba viviendo.

Exhaló aire profundamente, me miró y simplemente sonrió.

Luego, su silueta se desvaneció, desapareció en la nada como si se fuera a esfumar. Poco después de ver eso desperté en el hospital psiquiátrico. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente ni lo que había sucedido conmigo.

Tres doctores me observaban seriamente sin mover un músculo y dicen al mismo tiempo: "Estás limpio" y me dejan solo en la habitación.

Mi trastorno se había curado, ya no sentía la presencia de Brad, la sensación de ansiedad permanente había desaparecido y supuse que jamás la volvería a tener. Creo que no lo extrañaré, nunca.

Fin

Trastorno, dos personalidades diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora