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-Está todo exactamente igual, quemado, pero tal cual lo recordaba.- Dije en voz alta para jugar.

-Idiota.- Me dijo Brad por ese chiste malo.

-Admitilo, fue buen chiste.-

-Sí...- Dijo con un tono de lamento

-¡AJÁ!-

-...bien malo.-

En ese instante de relax, un grito en el pasillo que llevaba a la sala de cocina captó completamente mi atención.

-¡¿Hola?!- Grité sin obtener respuesta mientras el eco iba siendo cada vez más bajo.

Avancé con miedo y sentía como mi pulso se hacía más fuerte, a medida que me acercaba al lugar de origen del sonido escuchaba sonidos de destrucción del edificio y voces en mi cabeza, muchas voces que balbuceaban. Para cuando llegué no había nada ni nadie hasta que escuché una risa de un bebé en el pasillo de arriba. Saqué mi hacha de la espalda y fui corriendo a las escaleras. La risa era cada vez más fuerte y cuando menos me lo espero, la risa paró, me quedo quieto y algo salta a mi traje que me tira hacia abajo por las escaleras.

-¡Ah, uh, ah, aaaah!- Empecé a hacer por los golpes que recibía mientras caía. Llegué al piso.

Rápidamente me levanté, no sentí dolor por la adrenalina, tomé mi hacha y perseguí a lo que sea que fuera eso.

-¡Pero que mierda es eso!- pregunté con muchísimo miedo- ¡Eso sólo se ve en las películas!

Al rato escucho una puerta cerrarse, corro hacia ella y con mis dos manos sujeto fuerte y de manera correcta el hacha, con paso lento y firme me acerco un poco más a la puerta y de un hachazo le hago un agujero, la rompo a la primera y esa forma que me tiró de la escalera ataca por su segunda vez, salta al traje gritando y arañando toda la máscara. Mi respiración era agitada, mi pulso estaría en 120 pulsaciones por minuto y mis ojos se hacían cada vez más grandes de lo normal. Después de que esa cosa terminó de arañar la máscara, dejó una marca en el lado izquierdo que me impedía ver bien y el aire escapaba. Entré en pánico buscando algo con que sellar la rotura pero por desgracia no encontré nada, usé mi mano. Aquello subió por la escalera soltando cinta adhesiva. No sé si fue a propósito o qué pero salvó mi vida. Arreglé la perdida de aire pero seguía sin ver bien. Seguí a aquello por la escalera y una vez arriba la forma se detiene frente a mí, no podía creer lo que veía, era mi esposa de niña. Se fue corriendo por el pasillo desapareciendo en el humo.

No recuerdo mucho de lo que pasó después pero avancé por el pasillo donde había desaparecido mi mini-amor y en el camino me encontré con un florero lleno de flores quemadas, las recordaba como si hubiera sido ayer, eran las flores que le había dado a mi esposa en nuestra First Date, así llamaba ella a nuestra primera cita. Al darme cuenta que el departamento había estado deshabitado desde entonces, me fijé a ver si había algo más y resultó que sí, había una carta entre las flores que decía lo siguiente:

Amado mío y solo mío 

Sos una persona fascinante, asombrosa, amorosa, bella, educada. Sos una persona con mucha bonhomía en tu comportamiento y por eso te amo y te seguiré amando.

Pero ese trastorno que tenés, te está afectando fuertemente en tu día a día, no paras de golpearme, venís ebrio a casa y me hechas a mí la culpa de tus problemas, pedí el divorcio pero en Juicio me ganaste. Es por eso que

----------------El resto de la carta estaba quemada----------------


Trastorno, dos personalidades diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora