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Al otro día Cameron se sentía mal del estómago. En la madrugada sentí como me movían bruscamente de donde estaba, vi una sombra irse hacía la puerta, la abrió y salió corriendo. Estaba tan cansada que apenas podía asimilar lo que había pasado. Tome mi bata y segui a mi mejor amigo.

Se metió al baño más cercano, prendí la luz cuando llegué y sobé su espalda. Estaba vomitando.

—Tranquilo... —me hinque a su lado.

Vi como unas cuantas lágrimas se asomaban en sus ojos. Me preocupé más, porque sé lo que puede arder.

Agarre un vaso que teníamos en el baño, lo llené con un vaso de agua del grifo y esperé a que terminara para darle el vaso. Cuando lo hizo le di el vaso mientras lo abrazaba por los hombros.

—¿Estas bien?

—Creo que vomite mi hígado...

Reí y él igual, tomo del vaso y lo dejo a un lado, nos abrazamos un rato.

—Llévame al cuarto por favor...

—No puedo cargarte, eres muy pesado— mencione recargándome en su hombro.

—Arrástrame.

Sonreí. —Iré por ayuda, espera.

Salí antes de que pudiera decir algo; fui a la habitación de Ángel, pero no despertaba el tronco este.
Cuando salí de su cuarto mire la puerta de enfrente, necesitaba ayuda para mi amigo así que me acerque y abrí la puerta, me acerque al cuerpo y lo moví un poco.

—Bryan... —dije en un susurro cerca de él.

Se levanto exaltado, sentí que me pegaba y retrocedí.

—¿_____? —Se sentó e intento mirarme en la obscuridad —¿Qué haces aquí?

—Perdona que te despierte a esta hora, pero Cameron esta tirado en el baño y no puedo llevarlo a su cuarto, ¿podrías ayudarme?

Se levanto lentamente de su cama, me hice a un lado dejándolo pasar. Yo iba detrás de él cuando salimos de su habitación.
Abrió la puerta del baño y miro a Cameron recargado en la taza del baño, al parecer había vomitado más. Lo mire preocupada y Bryan volteo a mirarme.

—¿Lo envenenaste?

Lo mire espantada —¿Qué? ¡No!, estábamos dormidos, se paro corriendo al baño y empezó a sacar sus pecados...

Bryan sonrió y se acercó a Cameron —Ven amigo, hay que llevarte a tu cuarto —paso el brazo de Cameron por sus hombros.

Fui rápidamente a mi cuarto, saque una cajita de medicamentos y volví al cuarto de Cameron, cuando llegue Bryan ya lo estaba terminando de acostar, me acerque a una lampara de mesa y la encendí, me senté en la cama y busque mi confiable paracetamol. Se la di a Cameron junto con su botella de agua que tenía a un lado.

Cuando se recostó quedo profundamente dormido, Bryan y yo nos dirigimos a la puerta.

—Ahora te debo dos —dije con una sonrisa, cruzando mis brazos.

—No es nada ____, aunque ideare un plan para cobrarte esos dos en una —reímos suavemente mirando hacía abajo.

—En serio muchas gracias, Ángel no despertaba y tu puerta era la más cercana...

—Oye no te preocupes —dijo poniendo su mano en mi hombro —para eso están los amigos.

Lo mire sonriente. Ya no supimos qué decir nos quedamos en silencio, no uno incómodo claro, mire en dirección a Cameron, mientras sentía su mirada. Los dos estábamos muriendo de sueño, lo único que nos alumbraba era la luz de lampara de mesa.

Al Final Sólo Hay Amor (Bryan Skabeche y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora