capítulo 20

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Ahora los días pasaban tan lento, o era así como los empezaba a sentir Magnus, y le gustaba que fuera así, Alec se había empeñado en acompañarlo a su respectivo edificio, para dejarlo allí he irse, eran acciones que Magnus siempre apreciaba mucho, y no podía evitar compararlo con su anterior alfa, y ahora debía admitir que todo era tan distinto que le gustaba, de verdad le gustaba que fuera así.

Alec le ofrecía su mano cuando era necesario, le ayudaba a cargar sus cosas para evitar que se cansara, después de todo esta en cinta y necesita reposar en muchas ocasiones, pero siempre, no había día en que Alec no se ofreciera en ayudarle.

Alec no necesitaba de de regalos para demostrar su interés en él, después de todo Alec mostraba su mejor esfuerzo, le escuchaba atentamente, le hace reír, ese alfa es como pocos, le gusta eso, le gusta ser tratado de esa forma, le gusta cuando lo escucha y no trata de ignorarlo con cualquier cosa.

Ahora que lo pensaba, no sabía como había sido posible que haya aceptado un mal cortejo, no sabía como había podido entregarse a un alfa que no le prestaba ni la más mínima atención.

Dicen que el amor te deja cegado de tus sentidos, ahora comprendía esas palabras, había estado enamorado cuando ni siquiera los sentimientos eran recíprocos, había caído en las garras del amor no correspondido, quizás solo quería sentirse enamorado, se ilusiono falsamente creyendo que estaba enamorado cuando ni siquiera aquel alfa sentía algo verdadero por él.

Miró hacia su vientre, casi tres meses, bueno parecía que tenía sobrepeso ahora, pero le gustaba. ¿A Alec le gustará como se ve?

Le hubiese gustado conocer desde antes a aquel alfa, posiblemente en un principio ni siquiera podría hablarle bien y seguramente se sentiría pequeño ante su presencia, Alec es imponente pero tiene un dulce carácter que hace que se sienta sumamente protegido y feliz al mismo tiempo, es algo que nadie logra a la primera con él.


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Conocer a Magnus había sido lo mejor que le había pasado a Alec, debía admitir que pensaba en la posibilidad de que Magnus le dijera que no quería saber absolutamente nada de él, era posible, pero ahora que lo conocía un poco más se había dado cuenta de que todo lo que pensaba no iba a ser posible.

Magnus es muy especial, y no solo por el hecho de tener un lazo roto y un bebé en camino, si no que su personalidad puede variar un poco, Alec trataba siempre de ver aquella sonrisa que tanto le había gustado, por más tiempo en ese angelical rostro.

Es difícil, Alec sabe que seguramente aún hay tristeza en el corazón de Magnus, pero trataba de ser lo más cuidadoso posible al respecto, por alguna razón parecía que el omega se comportaba distinto con cada día que pasaba.

A Alec le gusta observar todos esos cambios en Magnus, y notaba todo lo que pasaba, cuando lo veía por lo pasillos, podía notar como a veces bajaba la cabeza,pero cuando él le hablaba se la pasaba solamente mirándolo, de alguna manera él es parte de su protección, y por supuesto que le agrada que eso sea posible. Solo quisiera verlo siempre con la frente en alto, mirando al frente para después sonreírle, no quiere verlo triste, nunca más.

Alec había que todavía hay mucho por delante y que será un poco difícil estar dentro del corazón del omega para por fin liberarlo de la tristeza y traerlo a la felicidad, pero nada es imposible, ya no importaba ser rechazado, importa que Magnus sea feliz, que mantenga esa sonrisa en su rostro, que pueda estar bien con él mismo y si era posible, cuidarlo.

Después de todo, le gusta, le ha tomado cariño, le gusta en todos lo sentidos, lo quiere, y no quiere que nada malo le suceda. 

Lazo Roto |Malec| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora