capítulo 26

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capítulo 2/3

—¿Ya haz pedido que te cambien para clases en línea? —aunque Alec se mostraba bien al respecto, la realidad era muy distinta, le hubiera encantado que Magnus siguiera en la universidad, y aunque continuaría con sus estudios, el solo pensar que ya no lo vería por el campus lo hacía sentir triste.

Magnus no pudo evitar sentirse un poco mal, sabía que Alec lo quería lo más cerca posible pero esto era necesario, ya que a veces Magnus tenía que subir muchos escalones y eso no era justo para alguien que le empiezan a doler los pies por la hinchazón, es sumamente agotador.

—No pongas esa cara Alec, estaré bien aquí —mencionó Magnus acercándose al alfa que parecía no estar tan convencido.

—No es eso —negó lentamente—, ¿estás seguro de hacer esto? Puedo cargarte a tus clases si deseas.

Magnus sonrió al escuchar eso, era la propuesta más dulce y tierna que le habían hecho en toda su corta existencia.

—Te cansarías y no quiero lastimarte, no quiero que por mi culpa pierdas clases —Alec soltó un resoplido—, esto es lo mejor, Alec.

—Pero... ¿Sabes que voy a extrañarte? La universidad no será lo mismo sin mi dulce omega paseando por allí...

—Podremos vernos los fines de semana —Alec asintió, esa era una buena idea.

No quería estar separado del omega, en verdad se siente como un cachorro que no quiere despegarse de sus padres, solo que ahora la situación era muy distinta, no quiere dejar a Magnus, quiere ser parte de cada minuto en su vida.

Miró como el omega iba de un lado a otro parecía cansado pero a la vez animado, sus ropas eran holgadas y dejaban ver un poco su vientre abultado que resaltaba un poco más.

—Deja de mirarme así —mencionó el omega al sentir la mirada del alfa en todo momento.

—No te miro de mala forma —respondió sin apartar la mirada—, te ves adorable en esas prendas.

—No, no me veo lindo ni nada por el estilo —soltó un bufido—, ¡solo mírame! Parece que acabo de poner una almohada dentro de mi ropa y no es así.

Alec rodó los ojos al escuchar esas palabras, para él se veía perfecto, no importaba como esté vestido, si su vientre sobresale, no importa que sus cabellos estén algo desarreglados, Magnus es perfecto tal cual es.

—¿Me dejarás abrazarte? —preguntó Alec, a lo que Magnus negó divertido.

—Después, cero contacto físico —canturreó Magnus, a lo que Alec rodó los ojos nuevamente, respeta las ordenes de su omega pero aún así quería abrazarlo y darle los mimos que se merece.

Hasta ahora lo más que el omega le ha dejado hacer, ha sido acariciar su cabello, el cual Alec debía admitir que es muy sedoso y esponjoso, le encantó.

—Tengo que irme —mencionó el alfa—, tengo que terminar un pequeño detalle de un proyecto en computadora —resoplo, no le gustaban esos proyectos—, ¿gusta que te traiga algo que se te ofrezca?

—De hecho —Magnus se acercó hacia él—, ¿me harías un pequeño favor?

Alec dio un asentimiento.

—¿Puedes cerrar los ojos? —el alfa frunció el ceño al escuchar eso, pero podía desobedecer, así que sin más asintió y cerro sus parpados, no sabía lo que pasaría o si acaso Magnus le tenía preparada una sorpresa.

Pero cuando menos lo esperó... sintió algo en sus labios, y abrió los ojos, Magnus le estaba besando, cuando el omega se separo y abrió los ojos, frunció el ceño.

—Te dije que cerrarás los ojos —dijo Magnus molesto.

—¿Puedo besarte de vuelta?

—No...

—¡Magnus! —el omega soltó una risa al escuchar la queja del alfa. 

Lazo Roto |Malec| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora