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Había pasado poco tiempo en el orfanato antes de ser adoptada por aquella familia española de clase media y Daniella estaba muy agradecida por ello

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Había pasado poco tiempo en el orfanato antes de ser adoptada por aquella familia española de clase media y Daniella estaba muy agradecida por ello. Por el cuidado y amor que sus padres adoptivos le habían brindado, ella logró desarrollar sentimientos positivos como la gratitud y el respeto.

Estudios psicológicos determinan que las personas aprendemos a querer a partir del amor de quienes nos han cuidado, y en un ambiente donde no se nos cuide ni se nos otorgue cariño sincero es difícil que esta experiencia suceda en una forma completa. Los orfanatos son sitios que acogen aquellos niños que han perdido o han sido separados de sus padres o abandonados sin que nadie más pueda hacerse cargo de ellos. Es aquí donde, por lo general, sentimientos negativos como la inseguridad y el enfado surgen en los niños porque no tienen a alguien cercano que pueda atenderles individualmente más que lo justo y necesario.

Daniella era consciente de todo aquello, por lo que solía llevarse muy bien con los menores debido a la gran capacidad empática que tenía. Dicho sea de paso, esa era la razón principal por la que Katherin la puso bajo la tutela de Solange y, además, le confiaba a la joven aprendiz aquellas misiones que implicasen el trato con niños.

—¿Eres él, cierto? —preguntó Daniella—. Te llamas Albin.

El niño no respondió e inmediatamente retrocedió unos pasos, asustado. Daniella suspiró a la vez que avanzaba. Esto hizo que el niño siguiera en su labor de dar pasos hacia atrás, tropezando y cayendo sentado. Eso bastó para que Solange interviniera sonriendo de manera dulce y amable.

Tranquilo, todo estará bien. —Solange utilizó un tono de voz dulce en idioma sueco—. No te vamos a hacer daño, pero por favor, no huyas.

El niño entendió las primeras palabras pronunciadas en su idioma nativo, por lo que asintió sosteniendo la mano que la detective le extendía.

—¿Hablas inglés? —le interrogó Sylvia en sueco para proseguir en un perfecto inglés británico—. No soy buena en tu idioma.

—Lo entiendo, sí —respondió el niño en inglés.

—Estamos aquí para ayudarte... ¿Te habían secuestrado?

La pregunta de la detective Cousteau no fue respondida, ya que el niño adoptó una postura cabizbaja. Daniella lo observó nuevamente, sabiendo que ese niño tenía miedo y desconfianza, producido quizás por lo traumático del encuentro con la secta que estuvo en su pueblo natal y se lo llevó. O tal vez no, tal vez su actitud provenía de antes.

Un niño sin un adulto amoroso a cargo ha tenido una gran carencia de contacto físico, algo tan imprescindible para sentir que se es valioso y amado a través de gestos amorosos. Le ha faltado la paciencia del adulto cuando se ha sentido nervioso o enfadado. Tampoco ha tenido límites coherentes y adecuados a su edad.

—Estoy buscando a mi hija, Albin —explicó Solange—. Es una niña de cinco años apenas. Se llama Alexa, no me iré sin ella y tampoco sin ti.

Albin levantó la cabeza rápidamente, mirándola dudoso, pero al final le sonrió con amabilidad.

BLOOD DUST© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora