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Cuando se despertó a la mañana siguiente, Rubén miro por los ventanales como el sol salía, gruño más por el hecho que despertó nuevamente temprano, con fastidio se levantó, aprovechaba el día como si no hubiera mañana, entendí que pronto todo se volvería su mayor pesadilla.

Hoy quería hacer recuerdos, al bañarse y aplicarse la crema de su amigo en sus marcas en su cuerpo y rostro, se alegraba que fuera mágico, ya no tenía marcas solo era un tono rojizo, miró sus flores que comenzaban a florecer más eran de un suave color verde, sabía que pronto estas taparían su otro ojo, aprovecharía que se quedaría en su casa, no tenía muchas ganas de salir, aunque debía reunirse con Nieves para ver su avance. Tenía que aplicar algunos consejos para la chica, al vestirse con su sudadera blanca, sabía que pronto no podría usarla, se apreció en el espejo, peinó un poco su cabello rebelde, teniendo cuidado con sus orejitas que se movían por las cosquillas del peine cerca, río divertido, sintiéndose más rejuvenecido que otros días, pensó que sería un día maravilloso, bajo para hacerse algo de comer, tomando en cuenta alimentar a sus mascotas y dejar algún dulce para la hada que había escuchado reír junto el sonido de Coringa, al alimentarse busco su cámara por el segundo piso, llamó a sus mascotas, Maripili apareció en frente de él, le sonrió al verla expectante y viendo que estaba curiosa por el orden.

-Bueno Maripili hagamos recuerdos ¿Quieres?.-preguntó viéndola, está asintió acomodándose en su cabello.-Oh ya veo, ten cuidado con mis orejas pequeña.-pidió mientras se sentaba en el sofá y rápidamente su cerdito y su lobo se subieron, entendían lo que harían porque se quedaron completamente quietos en su lugar.

Había configurado la cámara antes de irse a sentar, así que miró al artefacto esperando el sonido correspondiente del flash, sonreía de forma relajada, escucho la risita de la hada. Cambió su posición, abrazando con cuidado a su cerdito que se dejaba cargar por su dueño, escuchando nuevamente que se tomaba la foto, beso la cabeza de su mascota y la dejo en el sofá, levantándose de su lugar, tomando la cámara, viendo las fotos, sentándose en el piso viendo las fotos dentro de la cámara, no recordaba que había sacado por ella, teniendo en cuenta que la tenía olvidada, sintió el apoyo de sus compañeros que se sentaron a su lado, Maripili se ganó en su hombro viendo curiosa la máquina extraña para ella, Rubius miraba la cámara, pasó la imagen, miraba como salía él junto a Vegetta, al parecer pasaban por la noche, estaban algo golpeados así que supuso que había sido de uno de esos días donde el amante del morado lo habría convencido de conseguir experiencia matando mods, pasó a la siguiente, nuevamente estaba aquel hombre que le gustaba en el desierto, recordando cómo habían sido atacados por algo parecido a un gusano gigante con dientes, la otra era Luzu, tenía ojeras y tenía una caña de pescar, recordó ese día, fue lo más vergonzoso de su vida, estaban en la playa los tres, él, Luzu y Vegetta, hasta que salió un tema sobre parejas, se había insinuado nuevamente al de ojos amatista pero este paso de sus palabras.

Siguió viendo las fotos que aparecían en su cámara, algunas veces reía y en otras sólo sonreía con cariño y melancolía, pasó quizás una hora a su parecer cuando decidió salir de su casa a regañadientes, alimento a sus mascotas, dejó que su hada le acompañada al verla acomodarse en su hombro, tomó su espada y salió de su hogar, caminando hasta la casa donde se hospedaba su alumna, cuando tocó la puerta vio a Mónica que le miró serio al abrirle la puerta.

-Hola Mónica.-le sonrió amablemente teniendo un asentimiento de la chica.-¿Esta Nieves?. - preguntó curioso.

-Sí, ya la llamo.

Cerrándole la puerta en su casa el oso solo pudo esperar con paciencia a que le volvieron a abrir la puerta, solo fue un minuto cuando la peli naranja salió y cerró la puerta, llevaba otra ropa, se notaba más flexible para los movimientos y asintió en aprobación.

Sin Arrepentimiento (Rubegetta)T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora