La Luz De La Oscuridad.

Feto abandonado.

- Sabes... Desde que "nací", durante estos últimos dos años, he estado vigilando la puerta de este árbol de tamaño galáctico - la brisa es cálida y suave y la nostalgia de mis días con vida se ven tan lejanos - Me dieron un nuevo nombre contra mi voluntad, desde ahí, me votaron y abandonaron en este lugar solitario y silencioso - acaricio suavemente a una llerba de color blanca azulada que se encuentra en mis pies - sabes... Me siento tan solo, a veces ya no aguantó la soledad, siento que algún día no muy lejano, terminaré volviéndome un loco - dejo salir un pesado y escandaloso suspiró- siento que mi vida se está desperdiciando... ¿Qué debería hacer?- miro hacía adelante y observó la noche.

Las estrellas no son tan lejanas, casi, casi puedo sentir su calor en los dedos de mis manos con solo estirar me.
Veo arriba de mi y las ramas del árbol parecen caer como lluvia sobre mi cara. En las ramas de este sauce, hay frutos de color azul brillante, esferas de luz.
Todos los días me preguntó sobre el bienestar de mis padres y de Manuel. Me preguntó si ya habrá superado mi muerte... Aunque es seguro que no, puede que incluso su depresión allá empeorado. Todo por mi culpa.

El viento es raro aquí, siempre está susurrando cosas que no entiendo, pero se que el viento es el mensajero en este mundo hecho polvo, a veces canta y me da paz, me preguntó si el viento tendrá conciencia o alma.

- como quisiera volver a verla - digo algo agotado y desilusionado.

- si tanto deseas verla, toma en serio el puesto que te impusieron - una voz profunda y femenina se hace presente atrás de mí - Hola, Liam - me susurra al oído.

Volteó asustado. Etsu, la muñeca de porcelana, con cabello largo y oscuro como la noche, ojos como el océano más profundo y piel blanca como la nieve, me ve con una frialdad e indiferencia. La misma muerte en persona.
Cada vez que ella está ante mí, un sentimiento grande de inferioridad se hace presente en mi pequeño ser.

( Me siento tan miserable.)

- ¿Qué... La trajo por aquí? Señorita Etsu - digo inseguro ante su imponente presentación.

No me deja de impresionar que la muerte tenga la apariencia de una niña y que tenga una voz que contrasta con eso.

- No te asustes, mi vida - él "mi vida" suena tan dulce, es como un consuelo - solo venimos a ver cómo te va... - Vidal es interrumpida por su hermana gemela, Etsu.

- pero vemos que no te va muy bien que digamos - Etsu me mira con indiferencia, viéndola incluso más grande que yo.

Bajo la cabeza. La mano cálida de Vidal se hace presente en mi espalda. Es de esperar de la misma vida en persona. La pequeña y maternal muñeca de porcelana con cabello de oro rizado y ojos cafés como la madera quemada, me Sonríe y ante el mimo de mi pequeña madre adoptiva, esa inseguridad se disipa un poco.
Etsu se empieza a marchar.

- no te preocupes, Etsu no es mala, solo es indiferente, pero me tienes a mi - Vidal me sonríe, aliviando mi sentimiento de inferioridad.

- Gracias, señorita Vidal - le devuelvo la sonrisa.

- No me digas señorita, solo dime Vidal - me golpea amablemente el hombro - Liam, nos vemos.

Veo como una sombra y una luz se pierden en el horizonte de este pedazo de tierra flotante. Me dejó caer en las escaleras.

(Conque... ¿Tomarme enserio este puesto?... ¿Cómo se hace eso?)

Bajo la cabeza tan confundido y cansado. ¿Solo quiero verla, es tanto pedir?
.
.
.
.
Han pasado tres meses desde la visita de Etsu y Vidal. Y desde entonces, un quetzal me a acompañado en mi solitaria custodia frente al árbol. No me siento tan solo.

- será que... ¿Es el destino el que te guío hacía mi?... ¿No te importa si te pongo Tuna?- el ave ve hacia el frente - supongo que no, Tuna - sonrió.