El viento susurra cosas que no logro entender, las ramas del Gran árbol bailan con su voz, dejando ver las bolitas que tiene como frutos. Es todo tan pacífico, tan silencioso y tan hermoso. Cuando llegué aquí hace dos años, este pedazo de tierra era algo nuevo para mí, explorando cada rincón de esté, sin embargo, con el pasar de los días que se convirtieron en semanas y luego en meses, todo me pareció tan normal, cayendo en lo cotidiano.
Lo único que mantiene mi curiosidad al máximo, es la puerta, no se que hay al otro lado de ella y nadie se atreve a decirme o a mencionar lo, es como si fuera algo prohibido.¡Pum!
- ¡¿Pero qué carajos?!- gritó asustado ante tal ruido, despertandome de mis pensamientos.
En una elevación de tierra, una piedra gigante sale rodando hacía bajo, cayendo al vacío del que se encuentra flotando esté pedazo de tierra. Me dirijo hacía donde la piedra cayó para poder saber que lo provocó, además, no tengo otra cosa más interesante que hacer.
Una vez salto hacia la elevación, mis ojos no pueden creer lo que veo ante mí.
Una pequeña niña vestida con un vestido de color blanco suelto, con una larga cabellera de color negro, tiembla y sorbe sus mocos.- oye, ¿Niña, estás bien? - trato de tocar su hombro, pero voltea bruscamente a ver me, encontrándome con unos ojos nublados en los que me reflejó.
-y-yo... No... S-si, pero... - empieza a balbucear y agravar más su llanto.
- Tranquila, no te asustes - mi voz se suaviza, incluso me sorprendo de mi mismo - ya no llores - cargo a la niña entre mis brazos - no se que te pasa, pero, trataré de ayudarte en lo que pueda, ¿Si? - no se que tiene está niña pero, me recuerda a ella.
La niña de ojos nublados me mira sorprendida, estupefacta ante mi reacción a ella, haciéndola balbucear palabras que no logró comprender.
Me bajo de la elevación de tierra y me dirijo hacía la puerta para bajarla ahí.
La niña mirá hacía todos lados, en busca de algo o tal vez asustada de que algo pueda salir. Me arrodilló ante ella y recojo un mechón de pelo, poniéndolo atrás de su oreja.- no tengas miedo, estoy aquí, mientras esté yo, nada te pasará - le sonrió - dime qué te sucede y porque estabas ahí, donde cayó la piedra.
La niña no me dice nada, duda, pero si me señala hacía arriba. La copa del árbol es habitada por Etsu y Vidal, aunque no se que pasa ahí exactamente. Supongo que de ahí viene.
- vienes de la copa, ¿Verdad?- le pregunto a la niña y ella mueve la cabeza en afirmación - vaya - susurró para mí mismo - eso será difícil, no se cómo se sube a la copa del árbol, además, tengo prohibido dejar mi puesto.
La niña solo ve al suelo, como si se disculpara por el problema, yo la mira y acarició su cabeza para reconfortar la.
- ¿Qué tal si... Nos sentamos a esperar a qué... Etsu baje por ti? Tarde o temprano se dará cuenta de que no estás allá - le propongo a la pequeña niña, ella muy callada me afirma moviendo la cabeza.
Nos quedamos sentados en las escaleras que dan hacia la puerta, en un silencio incómodo, aunque me alegra un poco tener a alguien aquí, aunque sea por un momento. Aquella niña mirá hacía el horizonte, con una mirada madura y melancólica.
(¿Qué habrá vivido está niña para tener una expresión tan compleja y triste?)
A lo lejos, un piar de un ave se hace presente en el cielo, aquel Quetzal que a veces me hace compañía se acerca hacía nosotros, posando se en la cabeza de la niña. La niña sin saber exactamente que hacer o tal vez tenga miedo, agita los brazos en un afán de quitarse el ave de encima.
- ¡Tranquila, tranquila! Solo es un ave, pequeña - pongo mi brazo en señal de que venga a mí y el ave obedece, la niña ve al ave extrañada, confundida y asustada - ¿Vez? No pasa nada, solo es una amiguita que quiere jugar - acaricio el plumaje del ave.
La niña desvía bruscamente la mirada del ave, sin querer verla. Esto me extraña, un niño normal estaría fascinado por tocar al ave, pero ella no. Tal vez le tenga miedo o le tenga Fobia. Alejo lo más que puedo el ave de ella. Dirijo mi mirada hacía Tuna.
- Hola, pequeña Tuna, ¿Qué te trae tan repentinamente a mí? Eso es muy raro de ti, amiguita mía - le hablo tan vivaz mente al ave que no puedo evitar sonreír - normalmente vienes una vez por semana y está vez son dos veces - el ave sube a mi hombro y me pica la cabeza suavemente - ¡Jajajaja! Tranquila.
Miro de reojo a la pequeña niña de ojos nublados, y descubro que me observa detenidamente como si me estuviera analizando me a mi y al ave.
- tienes curiosidad sobre Tuna, ¿No es así?- la miro con una mirada juguetona.
Aquella niña me mira sorprendida y vuelve a quitar la mirada.
- Bueno, ya que insistes - alzó los hombros - te contaré la fantástica historia entre yo y tuna - aquella niña sonríe por mi gran presentación dramática - hace tres meses atrás Tuna llegó a mi vida - trato de hacer las ademanes y expresiones más dramáticas posibles - y un día a la semana viene a visitarme y así a sido desde entonces, y como me aburrí de decirle "tú" y "ave" le puse Tuna - acerco mi brazo y Tuna pica mejilla.
La niña ríe ante mi exagerada narración sobre los hechos y no puedo evitar seguir esa sonrisa, me alegra tanto tener a alguien a mi lado, aunque sea por un solo momento.
- es muy raro de ella - aquellas palabras son un susurró del viento, casi inperseptible ante los oídos de un humano como yo.
- Perdona ¿Qué dijiste? - me acerco a la niña para poder escucharla mejor.
Sin embargo no me doy cuenta que acercó el ave a la niña y está corre por alejarse de ella, llegando a la orilla de este montón de tierra, cayendo en el vacío del que flotamos.
- ¡Chiquilla!- corro hacía ella lo más rápido posible, logrando la sujetar de la muñeca, apretándola bruscamente sacándole un gemido de dolor - lo siento... Pero... Deja que te suba - con una mano logro alzarla fácilmente, sorprendiendo me de mi propia fuerza.
- ¡¿Pero qué estás haciendo?! ¡Baja la en este preciso momento! - la voz de Etsu se escucha furiosa.
Volteó a verla y luego volteó a ver a la niña, quién tiene una expresión de dolor, la bajo rápidamente y trato de justificarme pero solo balbuceó por el miedo.
Etsu camina rápidamente y me arrebata a la niña, que parece ser como su hija.- ¿Estás bien? ¿Qué te hizo? - Etsu acaricia la cara de la niña y la abraza como una madre preocupada y desesperada y sin dejar la hablar prosigue con el regaño - ¡No tienes permitido acercarte a mis almas! ¡Entiendes! - su cara y ojos expresan el más profundo rencor y odio que he podido ver en mi corta vida, sintiendo miedo.
- lo siento - solo bajo la cabeza, sin poder decirle la verdad.
Vuelve a mi esa sensación de inferioridad y miseria, me siento tan pequeño, tan insignificante, tan indeseado, que mi garganta me empieza a doler y mis ojos empiezan a lagrimear.
- Todo era mejor sin ti - Etsu quita su furiosa mirada de mi y susurra esas palabras para ella.
Algo en mi se empieza a hinchar, algo quiere explotar y la irá hace que mi sangre hierva.
- ¿Qué? - susurró esas palabras cargadas de frustración - durante dos años enteros me han ignorado, me dejaron solo y abandonado - aprieto mis puños - ¿Y aún así dices que todo era mejor sin mi? ¡ Si no fuera por tu maldita Diosa yo no estaría aquí! ¡Culpa a la desgraciada de tu Diosa, por ella es que estoy aquí! - todo lo que guardaba en mi sale a flote, gritando toda la desesperación que contuve adentró.
Una vez terminado todo lo que tenía guardado, mi expresión y mi comportamiento cambia a una de miedo y preocupación.
( ¿En qué me acabo de meter?)
Etsu me mira con un intenso odio. Ella solo camina hacia a mí rápidamente y me suelta una cachetada. Más que dolerme el golpe, me duele todo lo que conlleva está.
Las lágrimas salen de mí y Etsu se va con la niña, desaparecido de mi vista.
No se cómo, pero logro sentarme en uno de los primeros escalones que llevan a la puerta y me suelto a llorar por mi desgraciada vida.
No puedo ver, mis ojos sean nublado.
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La Luz De La Oscuridad.
FantasíaSergio para evitar el suicidó de su mejor amigo Manuel, murió en su lugar. Lamentablemente le puso otro peso a la espalda de su amigo. Ahora Sergio conoce a la respuesta a una de las preguntas más grandes de la humanidad. ¿Qué hay después de la mue...